Los cien años de soledad de García Márquez

En tiempos de confinamiento, y a pesar de que todos estamos más juntos que nunca de otro modo, al menos a mi, me va pudiendo una especie de soledad; porque somos muchos los que trabajamos en diferentes cosas que no podemos evitar, personas que por su profesión o ministerio al servicio de Dios, se están “volviendo locas”  intentando solucionar asuntos importantes e imprescindibles. 

Cuando me pongo a escribir, me viene al pensamiento una y otra vez la excelente obra literaria “Cien años de soledad  del escritor colombiano Gabriel García Márquez, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1982.

Ya  sé  que no tiene nada que con el Evangelio, y que toca temas un tanto escabrosos; pero me vuelve una y otra vez  el tema de la soledad, la soledad de personas muy solas en sus confinamientos, las que por mil motivos sufren soledad en compañía… Permitidme dejar para vosotros algunas frases relacionadas con  la soledad…

“Debemos aceptar la decepción finita pero nunca perder la esperanza infinita.” Martin Luther King

“La decepción es para un alma noble lo que el agua fría es para el metal ardiente; refuerza, intensifica, pero nunca destruye.” Eliza Tabor

“Hay tanta pena, opresión y decepción, que una persona puede aguantar que la linea entre la razón y la locura se debilite.” Rosa Parks

“Yo doy y doy incluso cuando no recibo nada a cambio. Eso es lo que más me decepciona.” Angie Stone

Somos varías las generaciones de lectores que le debemos mucho amor por la lectura, un amor que siempre convivió con cada uno de nosotros, a Gabriel García Márquez. ¿Quién no ha querido visitar en algún momento de su vida al mágico Macondo?...  Con sus letras, “Gabo” logró cautivar a millones de personas en todo el mundo y  cuando ya se han cumplido  bastantes años de la primera edición de esta inolvidable novela, quiero recordar a vuestro lado algunas historias que nos permiten comprender el proceso detrás de una de las obras más importantes de la literatura latinoamericana.

Y es que como toda gran obra, la creación de “Cien años de soledad” no se dio de un día para otro, ni mucho menos se escribió en un tiempo récord.

En una entrevista concedida a la revista colombiana Cambio en el 2002, Gabriel García Márquez relató el origen de la obra:

En 1965 el autor conducía por las carreteras   junto a su esposa Mercedes y sus dos hijos, para pasar un fin de semana en Acapulco. En el trayecto, encontró una inspiración tan intensa, que lo convenció sobre lo que tenía que escribir.

“No tuve un minuto de sosiego en la playa. El martes, cuando regresamos a México, me senté en la máquina para escribir una frase inicial que no podía soportar dentro de mí”

¿Pero cuál era esa frase?

“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”...

Y así, la primera frase de Cien años de soledad se convertiría en una de las más recordadas de la literatura iberoamericana, y desde ese momento Gabriel García Márquez habría de pasar 18 meses ininterrumpidos sentado frente a su máquina de escribir.

La historia de cómo logró sobrevivir con su familia durante todo este tiempo, podría ser “otro libro” según recordó el propio “Gabo”, pues durante este periodo, no ganó un solo centavo…

“Ni siquiera sé cómo hizo Mercedes durante esos meses para que no faltara ni un día la comida en la casa”. Los García pidieron prestado a los amigos, ganaron algunos pesos por trabajos ocasionales y finalmente terminaron empeñaron algunas joyas de Mercedes en el Monte de Piedad.

Uno de los problemas problemas más asfixiantes, era el papel para su máquina de escribir. El escritor consumía cuartilla tras cuartilla, algunas se guardaban, otras terminaban en la basura.  Pero lo que pocas personas sabían es que ante las dudas que le generaba su propia obra, Gabriel García Márquez decidió publicar, a través de diversos periódicos y revistas, siete capítulos que conforman la obra, incluso antes de que la hubiera terminado y por supuesto, muchísimo antes de que fuera editada en 1967.  Según recoge El País, el primero de estos capítulos se publicó el 1 de mayo de 1966 en... El espectador de Bogotá.

Y cuando García Márquez terminó su obra, acudió junto  a su esposa a la oficina de correos para enviarla a la Editorial Sudamericana en Buenos Aires con esperanza de que quisieran publicarla. Para su sorpresa, el costo del envío de las 590 cuartillas sería de 82 pesos.

“Mercedes contó los billetes y las monedas sueltas que le quedaban en la cartera y se enfrentó a la realidad: Sólo tenemos 53”, recuerda nuestro protagonista; así que abrimos el paquete, lo dividimos en dos partes iguales y mandamos una a Buenos Aires. Después caímos en cuenta de que no habíamos mandado la primera sino la última parte.”

Cuando la Editorial Sudamericana recibió el escrito, no dudó en enviar dinero a García Márquez para que pudiera enviar la primera parte y así es como se concreto el nacimiento de una obra que desde su publicación original en 1967 se ha traducido a 39 idiomas y ha vendido más de 40 millones de ejemplares en todo el mundo.

Después de haber recorrido un tanto algo precioso para mi; aunque para algunos no sea correcta y un tanto extraña, tengo que fijar mi mirada en el Dios de mi vida, en su Palabra preciosa, y en muchas promesas que vienen a mi alma hoy con mucha fuerza.

Permitidme ahora recoger algunas inconmensurables y bellísimas promesas del Señor para sus hijos, entre los cuales me encuentro... 

“Porque así dice el Alto y Sublime que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: Habito en lo alto y santo, y también con el contrito y humilde de espíritu, para vivificar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los contritos.” Isaías 57:15

“Y El respondió: Mi presencia irá contigo, y yo te daré descanso.” Éxodo 33:14

“Me darás a conocer la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; en tu diestra, deleites para siempre.” Salmos 16:11

“Entonces el SEÑOR respondió a Job desde el torbellino y dijo...”. Job 38:1

“Si los contara, serían más que la arena; al despertar aún estoy contigo.” Salmos 139:18

“He aquí que yo voy a hacer una cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Aun abriré un camino en el desierto, y ríos en la soledad.” Isaías 43:19

Y después de haberme paseado un poquito por los... Cien años de soledad de García Márquez…  Después de haberme deleitado a junto a vosotros, en algunas de las maravillosas promesas de mi Señor, Os dejo con una de las canciones cristianas más preciosas que he conocido nunca…

Es Juan Luis Guerra cantando, Tan solo he venido

¿Me acompañas a escuchar esta belleza de canción… A adorarle… A estar a su lado…  A escucharle… A estar ante su presencia?… Te aseguro que cualquier sentimiento de tristeza o soledad que puedas tener desaparecerán al instante, Es el Dios de amor infinito… ¡Mi Señor!