La fe de mi madre y el coronavirus

“La debilidad y limitación humanas son compatibles con el amor perfecto de Dios, siempre y cuando uno adquiera humildad y aprenda a poner toda su confianza en la gracia de Dios.”

Thomas Merton

Era más de las 12 de la noche de hace dos días cuando mi marido me habló sobre las decisiones tomadas por el consejo de Ancianos de nuestra iglesia, era ya muy tarde; pero no dudó en pasar todo lo decidido a los miembros de la iglesia, una iglesia grande que tenía que ser responsable ante lo que estamos viviendo.

A la mañana siguiente, era el día de nuestra reunión de mujeres, y dejaron recaer sobre mi la responsabilidad de suspender o no la reunión. Realmente faltaban unas horas, y delante del Señor decidí que iríamos adelante con ella, creo que el único factor de riesgo en aquella mañana era mi madre, y así se lo comuniqué en aquellas horas, ya de la madrugada, a las mujeres.

Mi madre, que todavía andaba “danzando por ahí” y aun no se había acostado ni se dio cuenta de toda la movida que nosotros estábamos teniendo; así que me acerqué a ella y le dije:

- Mamá, ¿pero qué haces todavía levantada? ¡haz el favor de acostarte de una vez!

- Ya voy ¡ya voy!

- Mamá, pasa esto y esto, pero mañana hay reunión de mujeres en la mañana, es mejor que no vengas, ¿qué piensas?

- Soy yo y decido ir, además….. Ya tengo todo leído, y.. Ese día tenía el día de… “Soy tu madre y aun mando” (ups)….  ¡Y si me muero, me muero yo!

Tiene casi 88 años, ha pasado una buena bronquitis hace poco y …. Pero iba a faltar gente, el espacio era amplio, me callé.

Cuando en la mañana siguiente, nos reunimos, éramos pocas, y lo cierto es que me hizo mucha gracia que todas sacaron su gel desinfectante de bolso, nosotras veníamos con las manos recién lavadas con agua y jabón, y las volvimos a lavar al llegar… Una hermana me regaló uno que agradecí mucho. Todo aquello me hizo sonreír en medio de lo que estábamos viviendo. Nada de besos ni abrazos, separaditas, toser en el brazo y demás, era la última reunión en no sé cuanto tiempo y la disfrutamos.

Al día de hoy, 12 de marzo, Ana Pastor esta contagiada con el virus, se han suspendido las fallas de Valencia… lo de la Semana Santa por el sur….. Les cuesta….. Ya se habla, y se reunirá el consejo de ministros para ver medidas económicas, de regresar a la crisis económica del 2008, la OMS ya ha declarado pandemia mundial, son muchos los muertos y muchos más los infectados, y hasta Trump suspende todos los vuelos de EE UU a Europa. ¿Qué os voy a decir que no sepáis ya?

Frente a todo esto tan fuerte, en ocasiones veo cosas a las que no doy crédito, algunas personas se lo toman con un alarmismo excesivo, hasta saqueando los supermercados, otras…. ¡Viva el quijotismo español! Y supongo que la mayoría, intentamos ser responsables frente a todo esto, intentando también mantener la calma.

En cuanto a nuestras iglesias evangélicas, creo que la inmensa mayoría, intenta seguir las normas y consejos de FEREDE, aquí... Xunta de Galicia, Consejo general de sanidad, y todo está muy entremezclado: FEREDE es bien consciente y responsable y está en contacto permanente con todo y pasa sus consejos y normas. Considero que es lo correcto, y cada iglesia es responsable de ella misma; pero se están suspendiendo un evento detrás de otro, aquí en mi tierra… el Retiro de mujeres ya casi listo y con un número grande inscrito y cerrado…. Y mucho más. Muchas iglesias han cerrado por completo el tiempo necesarias, otras estamos bajo el mínimo más mínimo… ¡De momento!… Y hay que tirar de INTERNET y de nuestras Webs de iglesia, reuniones por video conferencia y demás, para muchísimas cosas y mantenerse en contacto.

Hace unos días recibí un mensaje por whatsapp que me encantó. Una persona que reside en Italia, escribió el siguiente texto:

"Coronavirus en la región de Lombardía-Italia.”

“Existen situaciones en la vida que no se esperan, y lo peor, delante de ellas, nos vemos impotentes.

Vivo en Como, en la zona donde el Coronavirus llegó sin que nadie lo espere…  

Corrijo,  sin que nadie lo crea, pues esperar, con tantos chinos que pasan por el  norte de Italia,  ya lo esperábamos!

Escuelas cerradas,  gimnasios cerrados, bares cerrados después de las 18:00, y tantos, saliendo de la casa solamente para lo estrictamente necesario.

Es  una situación extraña que nos lleva a revaluar algunas cosas. En esta hora, tener un auto lindo, una cartera cara, ropas maravillosas, sirven para qué? No tendríamos ni cómo usar o a quien mostrar.  

LA ÚNICA cosa que pasa a importar y que se pide a DIOS es la SALUD. Para uno mismo y  para tus seres queridos.

En verdad, cómo gastamos tiempo corriendo atrás o pidiendo a DIOS cosas que no nos sirven para nada, tantas veces!!!

Cómo somos fútiles en la mayor parte del tiempo! Como no valorizamos lo que realmente es tan valioso!!!

Estamos en casa. Inventamos juegos; los almuerzos y cenas se vuelven largos y llenos de charlas entre nosotros, nos reímos y lloramos juntos de los problemas y cuidamos uno del otro.

Nadie tiene a donde ir, o cosas para hacer. La falta de tiempo ACABÓ!

Encerrados en casa y "presos" por causa del tal Sr. CORONAVIRUS. Que nos hace un gran favor, a pesar de todo. Nos libra de la ARROGANCIA, porque vemos que no somos nada y ni tenemos control de nada.

Nos libra de la ENVIDIA, porque entendemos que no sirve para nada. Nos muestra nuestra vulnerabilidad y entonces, nos muestra el camino de vuelta a DIOS.

En fin, nos ayuda a percibir de nuestra  “Prisión" individual del día a día, por la tal falta de tiempo y por tener  que contener nuestros sentimientos.

Y nos LIBERTA. Nos deja LIBRES para tener miedo, para  sentirnos impotentes, para no correr atrás de nada...

Al final, el único trabajo que tenemos o la única lección de casa es la de intentar no enfermarnos...

También , y tal vez lo más importante, nos permite REENCONTRARNOS con nuestros  amados. Aquellos con quienes vivimos en la misma casa, amamos, pero muchas veces ni no nos hablamos como deberíamos: NUESTRA FAMILIA.

Y por fin, nos hace volvernos a DIOS. Al final, delante de nuestra  vulnerabilidad, es ÉL y solamente ÉL quien puede protegernos...

Haciendo un balance general, el Sr. Coronavirus puede hasta matarnos, pero al fin de todo, CIERTAMENTE nos enseña a VIVIR!!!"

Soy muy consciente que mi madre fue un tanto temeraria con la decisión bien fuerte que tomó, y yo más, ¡mucho más! Por permitirle ir conmigo; aunque sabía bien las pocas que íbamos a ser y que mi madre no iba a contagiar, pero era muy vulnerable de ser contagiada.

Este mensaje del hermano de Lombardía, me hizo muchísimo bien y me hizo pensar mucho.

¡Por supuesto que conozco bien las posturas absurdas de algunos, agarrándose a textos de la Escritura que no son aplicables en ningún modo a toda este maremágnum que estamos enfrentando! Pero a sus años y en tono fuerte, de algún modo la fe de mi madre, fe que me enseñó desde que estaba en sus entrañas, es una fe que no quiero perder venga lo que venga y pase lo que pase en mi vida, la que he transmitido a mis hijos y a toda mi descendencia. No son tiempos fáciles, pero personalmente, descanso en mi Señor, Él tiene cuidado de mí.

“Es más, aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis; vosotros valéis más que muchos pajarillos".

Lucas 12:7