10 razones por las que Will Graham admira al predicador americano Paul Washer
Casi todos mis héroes están muertos. Lo bueno de seguir a un hermano difunto es que el tipo ya no puede meter la pata. Mientras está vivo siempre está la posibilidad de que se equivoque. Pero una vez en la tumba, ya no corre ese riesgo. ¡Menos mal!
No obstante, “casi todos” no significa todos. Hay algunos hermanos vivos que admiro muchísimo tanto dentro como fuera de España. Un tal hombre que está ubicado fuera de la península ibérica (aunque ha predicado aquí en numerosas ocasiones) es el varón de Dios, Paul Washer (1961-).
Me da mucha alegría ver cómo las prédicas del hermano Washer van llegando a España a través de la esfera digital y cómo me topo con cada vez más jóvenes españoles que disfrutan de su ministerio de predicación y enseñanza.
Ante el auge de interés en el hermano Washer en nuestros días, quiero nombrar diez razones por las que lo amo. Y os aconsejo a todos mis lectores a que descarguéis material de Washer online. ¡Seguro que será de bendición!
1.- Amo a Washer porque predica la Palabra
Antes que nada, Washer es un predicador de la Palabra. En sus mensajes se puede percibir cómo no hay nada que le apasione más al hermano que la Palabra del Dios viviente. Resulta sumamente refrescante ver como Washer divide bien las Escrituras, “como un trabajador que no tiene de qué avergonzarse” (2 Timoteo 2:15). Además de cavar a fondo en las Escrituras, el hermano explica todo de una forma tan sencilla y clara que sería imposible no entenderlo.
En una generación cuando predominan los sermones enfocados en el ego, el potencial humano, los sueños de cada uno y la auto-ayuda, los predicadores centrados en la Palabra llegan a ser valiosísimos. Y gracias al Señor, Paul Washer es uno de ellos.
2.- Amo a Washer porque es evangelio-céntrico
En círculos cristianos hay tantas programas y eventos que el creyente común y corriente se siente desorientado. Hay conferencias y talleres sobre casi cualquier tema hoy en día salvo el tema de temas: ¡el Evangelio de la libre gracia de Dios revelada en Jesucristo!
Washer ha fundamentado su ministerio sobre la predicación del Evangelio. Aun en sus mensajes más duros, Washer siempre llama la atención de sus oyentes hacia la buena noticia de Cristo. Difícilmente te toparás con un predicador que haga más mención de la preciosa persona de Cristo en el púlpito que Washer. Conviene destacar que el Jesús de quién predica Washer no es el ‘Jesús Barbie’ del siglo XXI sino el Jesús del Evangelio. ¡El Señor nos regale 100.000 predicadores evangelio-céntricos más como Washer!
3.- Amo a Washer porque llama las cosas por su nombre
Tristemente el pecado principal del posmodernismo es el de ofender a alguien. Un predicador de la iglesia emergente nunca molestará a nadie. ¡Tampoco los teólogos liberales! Pero gracias a Dios, sigue habiendo profetas entre nosotros que dicen las cosas claras. Puedes estar a favor de Washer o en contra de Washer, no obstante, sabes exactamente lo que cree y dónde se posiciona. No procura agradar a los hombres (Gálatas 1:10).
Creo que esta faceta de Washer explica una de las razones por las cuales es tan popular entre la juventud. Los jóvenes nacidos de nuevo se han cansado de una religiosidad de jiji-jaja. Necesitan claridad. Desean saber qué es lo que enseña la Palabra. No tienen tiempo para los conferenciantes que tiran media hora dando vueltas sin ir al grano. Los jóvenes respetan la integridad de un varón de Dios cuyo sí es sí y cuyo no es no.
En el siglo XIX J.C. Ryle (1816-1900) confesó su admiración por el predicador bautista Charles Spurgeon (1834-1892) de la siguiente manera: “A menudo he pensado que uno de los grandes secretos del maravilloso honor que Dios ha puesto sobre un hombre que no se encuentra en nuestra denominación (me refiero al señor Spurgeon) es la extraordinaria valentía y confianza con que habla desde el púlpito a las personas de sus pecados y de sus almas. No se puede decir que lo haga por miedo a alguien o por complacer a alguien.
Parece dar lo que corresponde a cada clase de oyente: al rico y al pobre, al de clase elevada y al de clase baja, al noble y al campesino, al erudito y al analfabeto. Trata a cada uno con claridad, según la Palabra de Dios. Creo que es misma valentía tiene mucho que ver con el éxito que a Dios le ha complacido dar a su ministerio. No nos avergoncemos de aprender una lección de él en este aspecto. Vayamos a hagamos lo mismo”.1
Si Ryle todavía estuviera entre nosotros, seguramente podría decir exactamente lo mismo del hermano Washer.
4.- Amo a Washer porque resalta la importancia de la familia
En vez de buscar convertirse en una superestrella evangélica, Washer ha pasado una gran parte de su vida invirtiendo en su matrimonio y educando a familia en el temor de Dios. Algo que he aprendido del predicador americano es que la familia es más importante que el éxito en el ministerio. ¿Cómo puedo ministrar las cosas de Dios si mi hogar es un desastre?
Es reconfortante ver cómo Washer llama la atención de la congregación hacia lo que realmente importa en esta vida. Desafortunadamente hemos deificado el éxito en nuestro afán por iglecrecimiento y puestos altos en nuestras denominaciones y ministerios para-eclesiales. Ahora creemos que el predicador protestante más ungido es aquél que tiene más seguidores en Facebook. ¡Menuda tontería! ¡Qué ceguera!
El evangélico más fiel es aquél que ama a su esposa con el amor de Cristo e instruye a sus peques en los caminos del Señor. Antes de ir a la casa de Dios el domingo, nuestro hogar ha de ser una pequeña iglesia. Doy gracias a Washer por haberme librado del deseo de ser una celebridad evangélica.
5.- Amo a Washer porque es humilde
Prediqué con Washer hace siete años en una conferencia de Sermon Index (Dublín, Irlanda). Tuve la oportunidad de charlar con él en el coche y luego ir a cenar juntos. Aunque pasamos poco tiempo juntos, percibí la gran humildad que le caracteriza. Ya en aquél entonces era todo un fenómeno en el mundo anglosajón y creo que prácticamente todos los asistentes fueron al evento para verle a él; sin embargo, me habló como si fuera un hermano común y corriente sin ningún tipo de prepotencia.
Una cosa que he aprendido de predicar en ‘grandes’ eventos a lo largo de los años es que bastantes invitados suelen ser distantes y si logras hablar con alguno, se nota el orgullito enseguida. Hay un espíritu flipado, creído, presumido, envanecido que resulta repugnante. Están enamorados de sí mismos. Y es imposible que te hablen sobre el bendito Salvador o la sana doctrina. Sólo están interesados en sus proyectos ‘ministeriales’. Pero ¡nada de eso con el hermano Washer! Su corazón ardía por Cristo tanto dentro como fuera del púlpito en Irlanda y me trató como un verdadero caballero, un verdadero hermano en la fe.
6.- Amo a Washer porque nos llama a la santidad
La santidad es una palabra olvidada. Suena a legalismo para muchos. Pero esos muchos son aquéllos que quieren vivir cómo les da la gana. La santidad es algo gozoso para el verdadero hijo de Dios. Como dice 1 Juan 5:3, “Sus mandamientos no son gravosos”. Todo el que es nacido del Espíritu sabe que es así. Los mandatos del Señor son un auténtico deleite.
Este mensaje sobre la santidad es tan necesario ya que el cristianismo light al cual estamos tan acostumbrados nos permite vivir como auténticos cerdos ombligocéntricos. Dios no quiere tener a soldados egoístas en su ejército; sino militantes santos, puros, apartados de lo mundano que viven exclusivamente para su gloria.
La predicación falsa borra la línea de distinción entre el reino de Dios y el reino caído del mundo, pintando la esfera del mundo como algo deseable y codiciable. De allí tantos cristianos discotequeros entre nosotros. Pero Washer revela claramente que uno que es genuinamente nacido de Dios será santo como el Señor es santo (1 Pedro 1:16).
7.- Amo a Washer porque ama las misiones
Washer no simplemente predica sobre las misiones sino que ha servido como misionero y sigue apoyando a muchísimos misioneros económicamente hasta el día de hoy. El hermano desea ver a multitudes convertidos a Cristo y este celo por la salvación le llevó a levantar HeartCry Missionary Society.
Es difícil no admirar a un siervo de Dios que ha negado la comodidad del mundo occidental para anunciar a Cristo en algunos de los sitios más humildes del planeta, lugares donde pocas –muy pocas- superestrellas religiosas han pisado. Su pasión por las misiones es una señal indubitable de su gran amor por el Señor de la cosecha y por las almas que han de ser cosechadas.
8.- Amo a Washer porque ama a todos
Es impresionante ver cómo el hermano Washer disfruta de estar con hermanos de todo tipo de trasfondo evangélico. Aunque sea bautista del sur, no se limita a estar exclusivamente con ellos. Me resultó fascinante ver cómo promocionaba la biografía de Leonard Ravenhill. A pesar de que Ravenhill fuese arminiano, Washer destacó su vida devocional y su pasión por la oración como dignas de imitar.
Washer tiene un corazón abierto ya que es capaz de ver el soplo del Espíritu moviéndose en círculos cristianos fuera del suyo propio. En este sentido tiene mucho que enseñarnos en España sobre todo en determinadas ciudades donde las diferentes iglesias evangélicas no tienen relación alguna entre sí. La unidad en el Evangelio es más importante que la unidad denominacional, seamos pentecostales, bautistas, metodistas, presbiterianos, independientes, etc.
9.- Amo a Washer porque toma en serio la teología
Cuando era más jovencito, me encantó ver cómo Washer era capaz de combinar predicaciones apasionantes con teología profunda. Siempre pensaba que el predicador tenía que ser o fogoso o académico. No concebí que las dos características se pudiesen mezclar en una sola persona.
Ahora entiendo que es precisamente la teología la que da tanto peso a los mensajes de Washer porque todo lo que dice está fundamentado teológicamente. He aquí una lección que tenemos que aprender los jóvenes predicadores del siglo XXI. ¡No basta con levantar la voz en el púlpito! ¡No es suficiente ser carismático y saber contar buenos chistes y un par de ilustraciones emocionantes!
Lo que hace falta es T – E – O – L – O – G – Í – A. Sin esta base doctrinal, Washer nunca podría haber llegado a ser el predicador que es hoy día. Todos los grandes voceros de Dios a lo largo de los siglos han combinado fuego y teología en el púlpito.
10.- Amo a Washer porque es mi hermano
La última razón por la que amo a Washer es por una muy simple razón, a saber, que Paul Washer es mi hermano en Cristo. ¿Cómo no voy a amar a un hermano mío por quién ha muerto mi amado Salvador? Como dice 1 Juan 4:20, “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso”. ¡Amo a Paul Washer porque es mi hermano en Cristo! Así de sencillo.
Conclusión
Espero que este breve artículo sirva para que empecéis a escuchar material del hermano Washer por vuestra cuenta. Para recapitular: ¿por qué amo a Paul Washer?
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