Unidos por la fe en Jesús para la misión

Jesús el Cristo es el modelo misional a seguir. Él marca la pauta sobre el contenido del mensaje, las formas de comunicarlo y vivirlo. A nosotros nos corresponde discernir los tiempos, contextualizar el Evangelio, encarnarlo en el mundo globalizado caracterizado por un agudo proceso de diversificación en todos los órdenes de la vida.

El lema de la Convención de la Conferencia de Iglesias Evangélicas Anabautistas Menonitas de México (CIEAMM) fue Unidos por la fe en Jesús para la misión. La reunión tuvo lugar del 15 al 18 de septiembre, en la Hacienda Mazahua, más o menos a dos horas y media de la ciudad de México. Poco más de cien asistentes (entre adultos, infantes y jóvenes) reflexionaron por tres días sobre la obra misional/misionera de Jesús y las formas de hacerla carne dentro de la intrincada realidad mexicana.

En las reuniones generales tuvo a su cargo exposiciones César García, secretario ejecutivo del Congreso Mundial Menonita (CMM). El tema de sus conferencias estuvo centrado en Cómo está haciendo misión la comunidad anabautista mundial. Antes de compartir casos, César desarrolló enseñanza bíblica acerca de lo que es la comunidad de creyentes, la Iglesia que recibió la encomienda de ser primicia del Reino de Jesús. Subrayó que la proclamación del Evangelio es una parte integrante de la misión, pero no el todo que las comunidades de fe están llamadas a realizar en el nombre de Jesús.

En un llamado del regreso ad fontes (a las fuentes), César enfatizó que cada generación de seguidores y seguidoras de Cristo tiene que redescubrir el significado de la misión cristocéntrica, mediante el estudio personal y comunitario del Nuevo Testamento. Aquí se encuentran tanto el ethos del ministerio de Jesús, como el desarrollo de las primeras comunidades cristianas y sus aciertos y equívocos al ir construyendo, desde la carencia de poder político y económico, comunidades contrastantes con su entorno.

El secretario ejecutivo del CMM, quien es originario de Colombia y donde el organismo tiene sus oficinas centrales, afirmó que necesariamente el modelo misional debe ser neotestamentario, y por ende cristocéntrico. En su comunicación verbal a la Convención de la CIEAMM, resonó lo que redactó para exponer ante agencias misioneras y de servicio anabautistas/menonitas: “Necesitamos un nuevo paradigma para la misión. El objetivo no es simplemente cambiar las relaciones de poder entre los agentes y los tradicionales receptores de la misión, sino cambiar los presupuestos básicos de la misión –alinearse con la misión de Dios de reunir a las diversas culturas de todo el mundo. El llamado, que Emmanuel Katongole llama el momento de Éfeso, es entender misión como la actividad de Dios de unir diversos fragmentos sociales –como partes de un mismo cuerpo– con el fin de descubrir lo que Pablo describe como ‘la estatura de la plenitud de Cristo’. De acuerdo con Efesios, el momento "ajá" de llegar a la plena estatura de Cristo sucede cuando estamos sentados en la misma mesa comiendo con gente de diferentes culturas. En este ambiente multicultural vemos la imagen completa de Jesús. No hay una sola cultura que vea la imagen completa. Cuando una parte del cuerpo no está presente, el cuadro está incompleto. De la misma manera, el libro de Apocalipsis nos llama a vivir ahora mismo de acuerdo a esa visión. Necesitamos un nuevo paradigma, que implique sentarnos juntos, y encontrar el significado del testimonio de Cristo”.

Además de abrevar en la forma en que Jesús encarnó su propia misión, César García refirió cómo en el seguimiento de Cristo los anabautistas comprometidos con el Evangelio de paz dejaron lecciones sobre hacer misión desde los márgenes y bajo persecución. Comprendieron que la misión es integral, profundamente identificada con las necesidades espirituales y físicas de las personas. En esta perspectiva, por ejemplo, Menno Simons (1496-1561), líder anabautista que desplegó su ministerio en la clandestinidad, aseveró: “Porque la verdadera fe evangélica es de tal naturaleza que no puede quedarse inactiva, sino que se manifiesta en toda justicia y obras de amor; muere a la carne y sangre; destruye todas las pasiones y deseos prohibidos; busca, sirve y teme a Dios; viste a los desnudos; alimenta a los hambrientos; consuela a los afligidos; alberga a los desamparados; ayuda y consuela a los entristecidos; devuelve bien por mal; sirve a los que le hacen daño; ora por quienes le persiguen; enseña, aconseja y reprende con la Palabra del Señor; busca a los perdidos; venda a los heridos; sana a los enfermos y salva a los débiles; se convierte en todas las cosas para toda la gente. La persecución, sufrimiento y angustia que resultan por causa de la verdad del Señor son para ella un gozo y consuelo gloriosos”.

Además de César García, asistieron y tuvieron participación en el evento Linda Shelly (Red Menonita de Misiones), Willi Hugo Pérez (rector del Seminario Anabautista Latinoamericano, cuya sede está en Guatemala), Jamie Pitts (profesor del Anabaptist Mennonite Biblical Seminary, de Elkhart, Indiana), Cleiton Araujo da Silva (bautista, de Brasil). En representación de Iglesias Anabautistas Menonitas Unidas de México asistieron Isaak Bergen y Juan Jesús Garza. Hubo presencia de integrantes de iglesias menonitas puertorriqueñas y Estados Unidos.

Por parte de la Conferencia de Iglesias Evangélicas Anabautistas Menonitas de México, tuvieron a su cargo exposiciones bíblicas el moderador, quien esto escribe, y Oscar Jaime Domínguez Martínez, director del Centro de Estudios Anabautistas. Impartieron talleres los pastores Ruhama Pedroza, Rodrigo Pedroza y Rubén Pérez Ventura, quienes forman parte de liderazgos jóvenes de la CIEAMM.

Cada día participaron personas y grupos distintos en la dirección de la alabanza musical. Esto dio espacio a diversos ritmos y estilos musicales, desde acordes de música clásica, cánticos rítmicos latinoamericanos, pop, rap y, por supuesto, canciones rancheras mexicanas con letras inspiradas en los salmos y otras partes de la Biblia. En la Convención tuvo su estreno el Himno de la CIEAMM (Tu Iglesia entrega el corazón), cuya autoría letrística y musical es de Marisol Arriaga Aranda:

I

Te bendecimos oh buen Señor, todos cantamos de tu amor.

Tu Iglesia entrega el corazón, precioso Salvador.

Celebremos juntos al Dios redentor,

Que conozcan de su amor, por nuestra unión.

II

Oh Santo Espíritu guíanos, en el camino de verdad.

Lleva cautiva toda opresión, llénanos de tu paz.

Tu gracia descienda gran Consolador.

Con tus dones ministremos la misión.

III

Padre glorioso sustentador, recibe nuestra adoración.

Todo provees Papito Dios, nos das la salvación.

Somos la familia de tu elección,

Abracemos a nuestros hermanos hoy.