Virtutem versus peccatum *

Estaba ya dispuesto a abandonar mis sugerencias sobre “píldoras” según las recetas que me sugerían mi “CARISMA COMPLEX BIBLICUS” pues sólo me impuse la disciplina durante el vacacional mes de Agosto, cuando leo que un antropólogo y etnopsiquiatra nacido en Barcelona afirma que “la ayahuasca” es el único fármaco contra la neurosis, que lo aprendió de los jíbaros, que realizaban una mixtura enteogénica, que producía una íntima experiencia de divinidad trascendente extática; y en tono sarcástico me pregunto ¿será este fármaco el que llevaba a los jíbaros a reducir las cabezas de sus apresados? y en tono de buen humor (pues me agrada la píldora de: “menos humos y más humor”) me dije: pues si tal personaje, que además declara que estudiar Psicología es una payasada, dice tales sandeces, yo puedo afirmar con más acierto, que las píldoras de la composición Virtutem versus peccatum *(virtudes contra pecados) sí es un auténtico, comprobado y eficaz tratamiento contra la insalud.

Creo que todos sabemos que toda acción comporta una consecuencia. En ocasiones pensamos que no es así, incluso que podremos librarnos de dichas responsabilidades. Cabalmente no podemos escapar de las consecuencias de nuestros actos. Pero el reconocimiento de tal realidad, puede ser una gran ventaja si sabemos utilizarla para nuestra motivación.

En el tono del “CARISMA COMPLEX BIBLICUS” digamos que si alguien abusa de las drogas o el alcohol durante años, sufrirá resultados adversos. Se trató de enseñarle bien, pero comenzó a cultivar el hábito y en poco tiempo éste se hizo una adicción. La adicción hace mucho más que deteriorar el organismo, se hace más perjudicial cuando se comienza a perder todo lo que era importante para él: familia, carrera, amigos, salud… todo.

Después de años de abusar de las drogas peccatum, de estropear el cuerpo, destruir las relaciones y cauterizar la conciencia, se vuelve en sí, y se recurre al Médico Divino y a Él se le suplica salud; es entonces, cuando empieza el proceso de recuperación. Del Maestro se escuchan las palabras más consoladoras del mundo: Dios perdona todos tus pecados y comenzando en un nuevo estado de salvación, las evidencias del cambio traen el perdón de la familia y la renovación de las buenas amistades.

El problema es que permanecen las heridas de larga duración. Los años perdidos en las adicciones han desaparecido. La salud ha sido afectada, y es que algunas consecuencias del pecado persisten. Las palabras ásperas con las que herimos no pueden desdecirse. Los insultos que produjimos entraron rápidamente como tóxicos en los recuerdos. Llevará tiempo reparar el daño que nos hicimos e hicimos. Sí, las consecuencias del pecado persisten, son daños colaterales y es que tales faltas lastiman también a inocentes.

Cuando por la Gracia del Médico Divino tomamos la píldora responsum (responsabilidad: la habilidad de responder) las personas carismáticas (saludables) empiezan a comprender que contra el mal del peccatum están los poderes de las virtutem

 Y nos preguntamos ¿cómo podemos vencer contra el mal?; la respuesta es fácil, alimentar nuestro ser interior con el Espíritu de poder nutrir nuestras almas y convicciones con los tratamientos de las Recetas del Médico Divino. Habiéndonos convencido de nuestros errores, combatiendo los impulsos de los mismos cuando pretenden alejarnos de la salud.

El Senador Saulo de Tarso escribía con su sabiduría: “no seas vencido de lo malo, vence con el bien el mal” y esta facilísima receta en su comprensión nos dice que tenemos que dejar de alimentar nuestros malos pensamientos. En otras palabras, no podemos alimentar ni entretener ningún pensamiento que nos aleje de la salud en Dios.

Pero del mismo modo que si a un huerto le quitamos las malas hierbas, y lo dejamos así, sólo tendremos eso: una tierra sin hierbajos; lo sabio es plantar frutos y cuidarlos para tener no sólo un huerto sino un campo fructífero, un jardín.

Contra el veneno del peccatum tomemos las píldoras reconstituyentes: Andreia (valentía, hombría) Sofrosine (sensatez, moderación, mesura) Diacaoiosine (justicia) Agapeo (amor, mucho más que aprecio, cariño o afecto) Xara, carisma (gozo que tiene su base en lo espiritual, en lo íntimo) Eirene (tranquilidad, paz, serenidad…) Makrothymia (tenacidad, más que paciencia ante las cosas, pero sí tolerancia, perseverancia, literalmente: “aguantar el tipo en toda circunstancia”) Crestotes (benignidad, suave, como se llamaba al vino añejo: crestos), Agathosyne (la más amplia expresión de bondad, la virtud equipada para cada momento) Pistis (Fe, fidelidad…) Praotes (mansedumbre, docilidad) Egkrateia (dominio propio, el sabio control de los instintos…) y con estas píldoras que no tienen contraindicaciones, que el mismo autor declaró que: “contra estos reconstituyentes, no hay ley”, se está en el camino de la salud.

Y ahora me parece apropiado acabar este recetario de CARISMA COMPLEX BIBLICUS sugiriéndoos que viváis cada día como si fuera el último que pasarais en la tierra. No queriendo decir con ello que abandonemos responsabilidades o seamos imprudentes, sino que reconozcamos lo hermosa que es la vida, cuando la vivimos como un don del cielo, cuando no posponemos decir que queremos a los que queremos, ni escatimamos una sonrisa, ni dejamos de escribir una nota de afecto y de saber escuchar, aprender a meditar y tener un tiempo para la oración, el oxígeno del alma.