Si Dios es Todopoderoso ¿por qué no evita el sufrimiento humano? Si es un Dios de amor ¿por qué salva de sufrir a unos y no a todos? Quizás solo 1 de cada 9 tengan la respuesta correcta.
Decía en mi anterior artículo que en nuestra congregación estamos estudiando la doctrina del pecado (1) en días que vivimos rodeados de imágenes de refugiados que vienen a buscar un mundo mejor en Europa y de desaforados políticos en campaña que utilizan toda clase de males para captar votos que los catapulten al poder. No tengo conmigo el libro escrito por el doctor Martyn Lloyd Jones que leí de joven y que trata del problema del mal y sus consecuencias (2). Pero, del blog ‘Reasonable faith’ que escribe William Lane Craig (3) rescato lo que sigue a continuación de estos pasajes bíblicos con los que se dará respuesta a la pregunta del título. El primero en el NT:
“Jesús les contó otra parábola: ‘El reino de los cielos es como un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero mientras todos dormían, llegó su enemigo y sembró mala hierba entre el trigo, y se fue. Cuando brotó el trigo y se formó la espiga, apareció también la mala hierba. Los siervos fueron al dueño y le dijeron: ‘Señor, ¿no sembró usted semilla buena en su campo? Entonces, ¿de dónde salió la mala hierba?’ ‘Esto es obra de un enemigo’, les respondió. Le preguntaron los siervos: ‘¿Quiere usted que vayamos a arrancarla?’ ‘¡No! —les contestó—, no sea que, al arrancar la mala hierba, arranquen con ella el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha. Entonces les diré a los segadores: Recojan primero la mala hierba, y átenla en manojos para quemarla; después recojan el trigo y guárdenlo en mi granero (…) Una vez que se despidió de la multitud, entró en la casa. Se le acercaron sus discípulos y le pidieron: ‘Explícanos la parábola de la mala hierba del campo.’
El que sembró la buena semilla es el Hijo del hombre —les respondió Jesús. El campo es el mundo, y la buena semilla representa a los hijos del reino. La mala hierba son los hijos del maligno, y el enemigo que la siembra es el diablo. La cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. Así como se recoge la mala hierba y se quema en el fuego, ocurrirá también al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los que pecan y hacen pecar. Los arrojarán al horno encendido, donde habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán en el reino de su Padre como el sol. El que tenga oídos, que oiga.” (4)
El pasaje del AT:
“Yo les hice pasar hambre en todas sus ciudades, y los privé de pan en todos sus poblados. Con todo, ustedes no se volvieron a mí—afirma el Señor—. »Yo les retuve la lluvia cuando aún faltaban tres meses para la cosecha. En una ciudad hacía llover, pero en otra no; una parcela recibía lluvia, mientras que otra no, y se secó. Vagando de ciudad en ciudad, iba la gente en busca de agua, pero no calmaba su sed. Con todo, ustedes no se volvieron a mí—afirma el Señor—. Castigué sus campos con plagas y sequía; la langosta devoró sus huertos y viñedos, sus higueras y olivares. Con todo, ustedes no se volvieron a mí—afirma el Señor—. Les mandé plagas como las de Egipto. Pasé por la espada a sus mejores jóvenes, junto con los caballos capturados. Hice que llegara hasta sus propias narices el hedor de los cadáveres. Con todo, ustedes no se volvieron a mí—afirma el Señor— Yo les envié destrucción como la de Sodoma y Gomorra; ¡quedaron como tizones arrebatados del fuego! Con todo, ustedes no se volvieron a mí —afirma el Señor.” (5)
Dice Craig: No podemos considerar el problema del mal y del sufrimiento aparte de los propósitos del establecimiento del Reino de Dios. Martin Lloyd-Jones comentó correctamente:
“La clave para entender la historia mundial es el reino de Dios...Desde el principio...Dios ha estado obrando para establecer un nuevo reino en el mundo. Es su propio reino y él está llamando a personas para que salgan del mundo y entren en ese reino. Todo lo que acontece en el mundo está relacionado con este reino. Otros eventos cobran importancia en la medida en que estén asociados con este evento. Los problemas de hoy sólo se han de entender a luz de este propósito.
Por lo tanto, no tropecemos cuando veamos que ocurren acontecimientos sorprendentes en el mundo. Más bien. Hagámonos la siguiente pregunta: "¿Cuál es la relación de este evento con el reino de Dios?" De igual manera, si nos suceden acontecimientos extraños en la esfera personal, no nos quejemos, sino que digamos: "¿Qué me está enseñando Dios por medio de esto?” No es necesario turbarse y dudar del amor y justicia de Dios. Deberíamos juzgar cada evento a la luz del grande, eterno y glorioso propósito de Dios.” (6)
Bien podría ser el caso que los males naturales y morales sean parte de los medios que Dios utiliza para atraer a las personas de manera libre a Su Reino. Encontraremos que es precisamente en los países que padecen grandes sufrimientos que el cristianismo evangélico está creciendo en su mayor índice, mientras que las curvas de crecimiento en el indulgente Occidente están aproximándose a cero.
Tomemos, por ejemplo, a China. En las últimas décadas, el crecimiento de la iglesia en China no tiene paralelo en la historia. Algunos autores opinan que el comunismo preparó a China para la recepción del cristianismo al despojar sus supuestos budistas y confucianos de la cultura (7). Sólo le queda a uno imaginar a las personas preguntándose durante los días oscuros de Mao el por qué Dios permitió a la mala hierba del comunismo crecer y devastar el campo. Dios tenía más amplios propósitos en vista.
Cuando se piensa acerca de esto, la historia de la humanidad ha sido una historia de sufrimiento y guerra. Sin embargo, también ha sido una historia de avance del Reino de Dios. Una gráfica publicada en el 1990 por el Centro para Misiones Mundiales de los Estados Unidos documenta el crecimiento del cristianismo evangélico a través de los siglos al trazar o comparar el número de cristianos evangélicos per no cristianos en el mundo. (Estas cifras no incluyen, bajo ambas categorías, a las personas que son sólo cristianos nominales.) En el año 100, había alrededor de 360 no cristianos por cada cristiano evangélico en el mundo. Alrededor del año 1000, había 220, en el año 1900 sólo había 27; para el 1950, ese número se había reducido a 21. Observemos esto: en el año 2000 sólo había ¡7 no cristianos por cada cristiano evangélico en el mundo! Incluso si también se suman todos los individuos cristianos nominales (también a evangelizar) habría alrededor de 9 personas no creyentes por cada cristiano.
Según Johnstone, "Estamos viviendo en el tiempo de la más grande cosecha de almas para el Reino de Dios que este mundo haya visto jamás” (9). No es del todo improbable que este increíble crecimiento en el Reino de Dios se deba en parte a la presencia de males naturales y morales en el mundo. Cuando algunos preguntan "¿Por qué Dios simplemente no elimina todo el sufrimiento en el mundo?" realmente no tienen ni idea lo que están preguntando, ni de cuáles podrían ser las consecuencias de eso. El brutal asesinato de un inocente o la muerte de un niño de leucemia podría desencadenar un efecto dominó a través de la historia de manera que la razón de Dios al permitirlo no podría salir a la luz hasta siglos más tarde o tal vez en otro país.
Sólo una mente omnisciente podría entender las complejidades de dirigir un mundo de personas libres hacia sus objetivos pre-imaginados. Para apreciar el punto, bate pensar en las contingencias innumerables e incalculables necesarias para llegar a un acontecimiento histórico único; por ejemplo, la victoria del ejército aliado en el llamado “Día-D.”
No tenemos ni idea de los males naturales y morales involucrados que Dios utiliza para arreglar las circunstancias, ni de los agentes libres necesarios para lograr un propósito esperado a través de ellas (10); tampoco podemos discernir cuáles son las razones que Dios pudiera tener en mente para permitir alguna instancia de sufrimiento en nuestras vidas. Pero Él tiene buenas razones a la luz de los propósitos de Su Reino.
La parábola también nos recuerda de aquellas personas que preguntan “¿Por qué Dios no se abstuvo de crear las personas que iban a rechazarle si sabía quiénes iban a creer en Él y quienes no?” En otras palabras, preguntan por qué no creó un mundo para que vivan solo los creyentes. Jesús dice que al arrancar las malas hierbas también se podría sacar el trigo. Simplemente no puedes arrancar a las personas de este mundo para mejorar las cosas porque al hacer eso, nos encontraríamos tratando con otro completamente diferente, en el que las personas podrían actuar de manera totalmente diferente a la forma que actúan en el primero (11).
En cuanto al pasaje de Amós, eso nos recuerda poderosamente, como escribió C. S. Lewis, que Aslan no es un león domado. Algunas personas suelen decir que Dios no envía el sufrimiento en nuestras vidas, sino que sólo lo permite. No es más que una presunción. Los israelitas de la antigüedad no entendían que las calamidades que les afligían eran de hecho una misericordia severa enviada por Dios para su propio bienestar, pero su intransigencia puso en cortocircuito el buen propósito que Dios tenía en mente (12). En el Nuevo Testamento, el autor de Hebreos nos recuerda que Dios disciplina a todos los que recibe por hijo. Aunque no es agradable, sino doloroso: "Dios lo hace para nuestro bien, a fin de que participemos de su santidad.” (13)
Pablo dice: "Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno." (14)
Pablo entendía que la duración de esta vida finita es, literalmente, infinitesimal en comparación con la vida eterna que disfrutaremos con Dios. Mientras más tiempo pasemos en la eternidad, más disminuirán los sufrimientos de esta vida, en relación con ese momento infinitesimal. Es por eso que Pablo podía llamar a los sufrimientos de esta vida "sufrimientos ligeros y efímeros": No estaba siendo insensible al clamor de los que sufren terriblemente en esta vida— por el contrario, Pablo era uno de ellos—pero veía que estos sufrimientos son barridos por el mar de gozo y gloria eterna que Dios dará a los que confían en Él.
Por lo tanto, la manera que reaccionamos en los tiempos de sufrimiento debería ser, de volvernos a Dios en fe y de depender de Su fortaleza para pasar por esa situación. Cuando Dios nos llama a pasar por sufrimiento que parezca inmerecido, sin propósito e innecesario, meditemos en la cruz de un Cristo inocente sufriendo por nuestra causa. Esto nos ayudará a tener fortaleza y coraje para soportar la cruz que se nos manda a cargar.
Conclusión: los creyentes en Cristo aprendemos que el sufrimiento es parte necesaria del proceso provisto por Dios para santificarnos en Su reino. Entonces, ya no preguntamos ‘por qué’ desoyendo la respuesta de Dios; en su lugar decimos ‘hágase Padre tu voluntad, porque ella es buena, agradable y perfecta.’ (15) Nos volvemos a Él, y Su paz nos llega como respuesta.
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Notas
Ilustración: niños encerrados junto a sus mayores en ‘campos de refugiados’ (o de concentración); xabiaaldia.com
01. http://protestantedigital.com/magacin/39583/El_dios_que_sigue_fracasando
02. ‘From fear to faith’ (80 páginas) un estudio del libro de Habacuc sobre cómo mantener el gozo de la salvación en medio de un mundo turbulento. ISBN-13: 978-0801056208
03. http://www.reasonablefaith.org/spanish/Por-que-Dios-Permite-que-Continue-el-Sufrimiento#ixzz4BuZ7ZKaP04. Mateo 13.24-30/36-43 (NVI)
05. Amós 4:6-11 (NVI)
06. Obra citada en 02, páginas 23 y 24.
07. Operación Mundo’ por Patrick Jonhstone, páginas
08. United States Center for World Mission
09. Obra citada en 07, página 25.
10. Nota del autor: esto está en consonancia con lo que Scott Peck afirma en su libro ‘The road less travelled’ al hacernos reflexionar sobre la infinidad de accidentes que podrían darse en todo momento y en todo lugar debido a innumerables casos de falta de previsión humana; y que no se transforman en catástrofes por la gracia de Dios.
11. El que tiene conocimiento en filosofía se dará cuenta que aquí estoy hablando del conocimiento medio y de cuales mundos son factibles para Él crear.
12. Apocalipsis 16.9, 11, 21.
13. Hebreos 12:10.
14. 2ª Corintios 4:16-18.
15. Mateo 6:10; 26:42; Lucas 11: 2. Romanos 12:2.
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