Hadassah: Preciosa, perfume, victoria

“Esther es una historia de triunfo que surgió de la tragedia; el éxtasis que brotó de la agonía; celebración que surgió de la devastación. Esta puede ser tu historia”

                                                                                Charles Swindoll

Me encanta la vieja costumbre judía que permanece vigente en muchos de nosotros hasta el día de hoy. Me estoy refiriendo a pensar con mucha calma, el nombre que le damos a nuestros hijos. Ellos lo hacían con mucho esmero y, la verdad es que, no sé de qué modo; pero siempre coincidía el significado de un nombre, con la personalidad que marcaría a una persona.

Con esto no quiero decir que tengamos que ponerles a nuestros hijos nombres bíblicos; nombres que, en algunas ocasiones, pueden marcar con mucho dolor a nuestros hijos. Pero sí pensar con mucha calma lo que significa cada nombre y no olvidar que suene bien al oído. No es difícil, simplemente es cuestión de pensar con ingenio y esmero.

Sólo uno de mis tres hijos lleva nombre bíblico, pero os aseguro que cada uno de ellos, lleva un nombre que coincide de un modo muy grande con lo que ha llegado a ser su propia personalidad.

Lo cierto es que me encanta el nombre que me han puesto mis padres, Beatriz, no sólo por lo bonito que es o lo bien que puede sonar; sino por su significado. Hay muchos modos de explicar lo que significa, el que más se acerca a la verdad etimológica es… La que hace feliz, la que bendice… ¡Ay! ¡Qué bonito! Pido al Señor que eso pueda ser una realidad en mi propia vida.

Cuando hablamos de la reina Esther.. Nos encanta su historia, nos atrapa su personalidad, su belleza y todo el relato bíblico. ¡Sí! Estrella, Estrella persa… Muy bonito, pero casi siempre olvidamos que ese nombre no era el verdadero de esta maravillosa mujer. Lo tuvo que cambiar por precaución, su verdadero nombre era Hadassah.

¿Os habéis parado a pensar en el significado de este bonito nombre?

Hadassah significa mirto o arrayán, y ¡decididamente! No podría encajar de mejor modo con lo que llegaría a ser la futura reina Esther, Esther de Persia…….

Me encanta todo lo referente al arbusto del mirto o arrayán, no sólo por lo precioso que puede llegar a ser; sino porque nos ilustra, sin la más mínima duda, como era Hadassah, tanto por dentro como por fuera.

El follaje del mirto es perenne, es decir, está siempre verde, nunca se cae, y dicen los entendidos que su precioso verdor nunca deja de ser, por muy grandes que sean las dificultades.

Su fuerza nunca desmaya ante las adversidades, por muy duras que puedan llegar a ser.

El mirto es tremendamente aromático, su olor es intenso a la vez que delicioso, y de ahí vienen otras dos acepciones del nombre que estamos intentando desgranar, perfume y precioso.

Así era Hadassah, Esther.....  ¡Preciosa!

Cuentan las crónicas que en su temprana juventud era bellísima y con una espléndida figura, pero no sólo por fuera; ; sino en toda su esencia.

Podemos aplicarle todas las características citadas anteriormente:

Fuerte, noble, digna, decidida, “sus hojas” permanecían siempre verdes, tanto al sol como a la sombra. Las dificultades creo que la hacían crecer. Su fortaleza era increíble en todos los aspectos y jamás perdía el gozo. Tal como diría el profeta Isaías, el gozo del Señor era su fortaleza, y eso nos lleva a la última acepción  de este precioso nombre, ¡VICTORIA!

El gran lema para Esther, antes Hadassah, era no dejar que los grandes desafíos que tenía que atravesar la hundieran, muy al contrario, logró vencer con la ayuda del Todopoderoso, siempre mirando al Invisible.

Ese tipo de bellezas, no se acaban con el tiempo, se intensifican. La razón es muy fácil de comprender, nacen de muy adentro, de lo más profundo de un alma bella, y se reflejan al exterior por más que pasen los años. Esa era su verdadera belleza, la belleza de una mujer llena del Espíritu de Su Dios.

Y aquí volvemos al significado de Hadassah…. Mirto, arrayán.

En este punto vienen a mi mente las preciosas palabras que me llenan el alma, las palabras del Salmo 139…. “Mi embrión vieron tus ojos, y allí estaban escritas todas aquellas cosas que serían luego formadas”.

Llegaron momentos en la vida de Hadassah, en los que las tres acepciones de su nombre se harían más que realidad…… ¿Belleza? ¡Era preciosa en todos los sentidos!

¿Perfume?.... La estela que siempre dejaba tras de si, siempre era sutil,  suave a la vez que intensa…. ¡Simplemente deliciosa!

¿Victoria?...... Cuando llegaron los momentos difíciles y tuvo que llegar a jugarse la vida por su pueblo, lo hizo con todas las consecuencias; llegando a su punto más álgido al pronunciar las palabras… “Y SI PEREZCO, QUE PEREZCA”,

Nada fue fácil en la vida de Hadassah, desde su más tierna infancia hasta llegar al trono y años más tarde, ¡absolutamente nada! Pero ella fue capaz de demostrar todo lo que llevaba muy adentro de su ser, una belleza serena y llena de encanto, una vida que exhalaba un delicioso perfume de la Presencia de Dios en su alma bella, y una valentía que dejó bien patente consiguiendo la más profunda victoria para su pueblo y para ella misma.

No te conozco, no sé cual es tu nombre, no sé si realmente coincide con tu personalidad o si, tal vez igual que Jabes, cuyo nombre significaba dolor, deseas cambiarlo con toda tu alma y conseguir borrar de tu corazón experiencias muy dolorosas de tu pasado. Pero….. ¿Sabes algo? Jabes oró con toda intensidad a su Dios haciéndole cuatro peticiones que le fueron concedidas una a una. 

Dice la palabra del Señor que en el cielo se nos dará un nombre nuevo……

“…… Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita un Nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce; sino aquel que lo recibe”.

¡Sí! ¡Me encanta mi nombre y su significado! Pero estoy más que segura que el que me tiene escogido mi Padre del cielo, será mucho más maravilloso que el que me han escogido mis padres de esta tierra… Único, escogido para mi solita, escrito en una preciosa piedra, no habrá otro igual y será para siempre.

¿Tienes la misma seguridad, confianza y esperanza que yo?. Si no es así, te invito a acercarte a Dios. La Biblia te promete, y yo también,  que si te acercas a Dios, Él se acercará a ti. ¡Atrévete! Y deja que todos tus sueños se hagan realidad. Nunca olvides que Dios está a la distancia de una oración, tan solo a la distancia de una oración…