El muchacho de la túnica de colores

“ES POCO PROBABLE QUE DIOS PUEDA BENDECIR GRANDEMENTE A UN HOMBRE (O A UNA MUJER……) ANTES DE HABERLE HERIDO PROFUNDAMENTE”. A. W. Tozer.

Me encanta la vida de “El muchacho de la túnica de colores” Es realmente fascinante y me harían falta ríos de tinta para escribir todo lo que quisiera. Pero no os preocupéis, sólo voy a reflexionar sobre algunas cosas que bendicen enormemente mi vida y quisiera que ocurriera lo mismo con las vuestras.

Hay distintos autores, como Swindall que dividen la vida de José en tres etapas.

-Desde que nace hasta los diecisiete años.

-Desde los diecisiete años hasta los treinta.

-Desde los treinta hasta su muerte.

Creo que esto, en líneas generales, lo podemos aplicar a cada vida; pero en la vida de el chico de la preciosa túnica, estas tres etapas están muy marcadas y bien delimitadas.

Cuando pienso en José, lo primero qué viene a mi mente es la figura de su abuela Rebeca. Una joven impresionante a todos los niveles…. Hermosa por dentro y por fuera, preciosa, sanguínea, ligera, trabajadora, muy cuidadosa con su atuendo y sus adornos… ¡Simplemente encantadora!

Eliezer no tuvo ni la mínima duda cuando encontró a Rebeca, que ella era la elegida por Dios para ser la esposa del hijo de la promesa…… ¡Ni la menor duda!

Cuando Isaac y Rebeca se encuentran por primera vez, simplemente me quedo sin palabras….. ¡Flechazo absoluto!........ ¡Amor a primera vista!....... Aquella preciosa joven, inteligente y sutil, se baja del camello de forma sensual, del mismo modo se cubre con un velo y de igual manera camina hacía un Isaac de unos cuarenta años al que encandila irremediablemente, y sin mediar palabra…… La mete en la tienda de su madre Sara y la ama. Selah……

Me he preguntado miles de veces como algo así de hermoso pudo terminar como terminó y como Rebeca terminó convirtiéndose en la mujer que terminó siendo.

Supongo que influyeron muchos factores, la diferencia de edad, de manera de ser criados, la inmensa diferencia de temperamentos, las continuas e inevitables comparaciones entre Sara y Rebeca…….

Todos conocemos bien la historia y llego hasta Jacob, Él era el elegido por Dios, pero su madre no tuvo la fe suficiente para esperar en Él y las cosas terminaron de un modo devastador.

Creo que por mucho que Jacob supiera acerca de Dios, su primer encuentro con Él lo tuvo en Bet-el; sólo, cansado, dolorido y frustrado…. Con una cama de hierba y un techo de noche oscura. Jacob tiene el primer encuentro brutal con el Dios de la Gloria y, casi no se entera, hasta que dice…”Verdaderamente Dios estaba en este lugar y yo no lo sabía” Pero el Señor le hace una promesa: “He aquí yo estoy contigo y te guardaré por dondequiera que fueres”.

¡Y de tal palo, tal astilla!…. Cuando Jacob ve por primera vez a Raquel ¡La besa! No creo yo que aquel beso fuera simplemente de primos……. Porque la ama profundamente cuando se fija en su rostro, con un amor que duraría hasta que la muerte se la arrebató y ni los catorce años que trabajó por ella ni su esterilidad pudieron destruir aquel precioso amor, creo que ni siquiera la propia muerte pudo acabar con aquel fuego que ardía muy dentro del corazón.

Y aquí aparece nuestro personaje, José, el elegido para una misión muy especial, tipo de Cristo, lleno de talentos, sueños, visiones……. Y me imagino que muy guapo, igual que su madre y que su abuela, no creo que se encaprichase de aquel modo con José la bella esposa de Potifar, así por las buenas…

Y viene la primera etapa, niño amado, preferido, hijo de la vejez y del amor de la vida de Jacob, cuidado con esmero…… Cubierto con una preciosa túnica de colores.. Creo que todo esto convirtieron a José en un chico no demasiado humilde, un tanto arrogante y con una pizca de “acusica”.

Todo esto provoco de todo y más en sus hermanos y sabemos como terminó esta parte de la historia. Primero en una cisterna y luego de esclavo en Egipto.

La segunda etapa de la vida de José, comienza en la casa de Potifar. Todo iba cambiando por momentos y, cuando parecía que no podía ir mejor, aparece la caprichosa, entre otras cosas, mujer de aquel buen hombre y José termina en la cárcel. ¡De nuevo abajo!.

Pero hay un secreto que hace que José no se derrumbe ante tanto dolor, algo que se repite una y otra vez en la Escritura: ”Más Jehová estaba con José”… Eso era una constante en su vida y marcó cada instante, hasta llegar al triunfo de las cotas más altas.

Y estando en la mismísima cárcel, Dios sigue trabajando y al control de la vida del muchacho de la túnica de colores. Le quita por completo el orgullo, fortalece su fe y no le permite dejar de soñar, esto me parece fundamental, seguiría siendo una constante en su vida que le permitiría salir de la oscura cárcel. Dios le sacó de allí igual que lo hizo cuando estaba metido en las oscuras, húmedas y frías paredes de la cisterna.

Y llegamos a la tercera etapa…. “Del pozo al calabozo y del calabozo al trono” Pero la constante compañía de Dios en la vida de José no permite que se apodere de él el orgullo, la amargura por todo lo que le habían hecho, todas y cada una de las injusticias que había sufrido…….. Era tan fácil… ¿No es cierto?

Me encanta la frase….”El Espíritu Santo es Dios en traje de faena”, Es realmente buena e ilustrativa…. ¡Sí! El Dios trino estaba con él, pero el brazo de poder de ese maravilloso Dios en tres personas, El Santo Espíritu, es el propio Dios “En traje de faena”…. ¡Me encanta!

Y pasa el tiempo y José tiene dos hijos, Efraín y Manasés.

Manasés fue el mayor y su significado en Hebreo es: “Causando el olvido”

Efraín, es el segundo hijo de José ¡Por cierto! Un hombre monógamo…. En la Reina-Valera del 1960 lo traduce así: “Dios me hizo fértil en la tierra de mi aflicción”. ¡Me parece increíblemente bello! José tenía múltiples motivos para no olvidar, no perdonar, para que la amargura, el odio y el rencor de recuerdos muy dolorosos e injustos hicieran raíces profundas en su corazón.

Pero no fue así; se dejó trabajar por “Dios en traje de faena” y cuando se reencontró con sus hermanos demostró que aquel antaño muchachito de la túnica de colores, a través de un proceso largo y duro, se había convertido en un hombre íntegro que consiguió olvidar, perdonar y cumplir el propósito de Dios para su vida. ¡Quién dijo fácil? Yo no, os lo puedo garantizar, conozco bien de cerca el tema.

¿Estás siendo muy probado por un Dios qué te ama profundamente y qué tiene preciosos propósitos para ti? Jamás olvides qué está contigo cuando lleves la túnica de colores, cuando te la desgarren y te la manchen de sangre, en la cisterna, en la cárcel y en el segundo lugar del trono con una túnica muy diferente.

Jamás pierdas tu frescura y humidad… Olvida y perdona por mucho qué cuesta y tu Dios y el mío, vestido de traje de faena….. Será siempre con nosotros igual que fue con José y cuando te preguntes el porqué de tantas pruebas, recuerda……

“ES POCO PROBABLE QUE DIOS PUEDA BENDECIR GRANDEMENTE A UN HOMBRE (O A UNA MUJER……) ANTES DE HABERLE HERIDO PROFUNDAMENTE”. A. W. Tozer.