“No me ruegues que te deje y me aparte de ti; porque a dondequiera que fueres, iré yo y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios, mi Dios. Dondequiera tú murieres, moriré yo y allí seré sepultada”.
Me encanta la historia de Ruth y cada vez que la releo y la medito, aprendo algo más de esa bonita realidad, una preciosa historia de amor en medio de la vida rústica de Israel.
En aquella época, la de los jueces y en aquella bendita nación, las viudas solían vivir en la pobreza y Ruth y su suegra Noemí enfrentaron esa difícil situación después de la muerte de sus respectivos esposos. Pero hay algo que me encanta, los planes de Dios para ellas, cosas más que preciosas y mucho más altas de lo que ellas podían soñar jamás y es que mi Señor…. es el Dios de los planes perfectos, mucho más perfectos de lo que nosotros podemos imaginar, intuir o soñar.
Siempre me llamó la atención el cariño entre suegra y nuera, algo bastante fuera de lo común e incluso la promesa que Rut le hace a Noemí. Qué necesitados estamos hoy de personas así!!....personas mayores con la suficiente grandeza para comprender a las personas más jóvenes que sienten que sienten incluso amor profundo por gente mayor, aunque sean sus suegros. Estas dos especiales mujeres entendieron bien esto, se ayudaron mutuamente, se cobijaron y se consolaron juntas. Ruth se dejó aconsejar por Noemí y….el final es como un hermoso cuento de hadas.
Booz, un acaudalado terrateniente, conocía, admiraba y me atrevo a decir que estaba enamorado de Ruth, de quien la Biblia nos dice que era extremadamente bella.
No sé que le hubieran parecido a nuestra protagonista los planes de su suegra, casi un tanto descabellados, ni sabemos si también ella estaba enamorada de Booz, quien era bastante mayor que ella. La Biblia no nos lo dice, pero yo……quiero imaginarme que aquel hombre tan extremadamente bueno, amable, sútil, prudente y un montón de cosas más; aunque un tanto mayor que Ruth, estaba lleno de hermosos y bellos atractivos para ella y, así de simple!!, creo que fue un amor correspondido por ambas partes.
Una noche, tal como le indicó Noemí, Rut –sigilosamente en mitad de la noche- se acostó a los pies de Booz.
Supongo que este se despertó más que perplejo y aquello le debió dejar….ni sé cómo. Ruth, le pidió que extendiera su manto sobre ella para indicar que, si por ser un familiar cercano, estaba dispuesto a “redimirla”.
No sólo le estaba pidiendo protección, sino, directamente…..qué se casara con ella!!!.
Pero, Ohhhhh…Booz inmediatamente estuvo dispuesto. Si!! Ya sé que otros quieren buscar aquí otro tipo de lecturas, yo siempre quise ver en esto una preciosa historia de amor.
La decisión de Rut de seguir las instrucciones de Noemí, me da que ….no demasiado forzada, desencadenaron una serie de acontecimientos que la incluyeron en el plan divino de Redención. De aquel precioso matrimonio nació su hijo Obed, el futuro abuelo del rey David y pasando y pasando generaciones llegamos hasta el mismísimo Señor Jesús.
De esta preciosa historia se desprenden
dos cosas. Primero, que el respeto de las personas jóvenes por las mayores con sabiduría, es enormemente enriquecedor y segundo, la vida de Ruth era triste, no tenía salida, recursos, futuro, sueños…..pero los planes del Padre, son infinitamente más grandes que los nuestros y no sólo hicieron que aquella bellísima mujer triste y sin supuesto futuro llegara a salir a flote y a formar parte de la línea de la Redención, sino que….lo que me imagino que menos esperaba, vivió una preciosa e inmensa historia de amor.
Cómo te sientes?....triste?, desamparado?, piensas que los planes del Señor para tu vida son injustos? Y….mucho más?
Recuerda, los planes de Dios siempre son perfectos para nuestras vidas, solamente hay que pararse, esperar a ver como Él actúa, cuando nos manda hacer algo, simplemente obedecerlo y dejar que Él nos sorprenda con Su infinita soberanía y fidelidad.
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