El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Necesitamos volver a lo importante. Recordar lo que merece la pena: hay que pararse y buscar los caminos que nos dan la vida y volver a andar en ellos.
No importa lo que los demás digan. Tenemos que seguir adelante.
¡La Biblia dice que cuando el Señor Jesús vuelva, los jóvenes volverán a jugar!
Muchas veces no tenemos descanso en nuestra vida porque no estamos haciendo nada que merezca la pena.
Aquel lugar sólo tenía dos tipos de personas: los que derrochaban maldad, y los que sufrían.
A algunos, ser leal a Dios les cuesta la vida. Hay lugares ahora mismo donde matan a los cristianos simplemente por serlo. ¿Estamos dispuestos a vivir con ese riesgo?
Cuando lo tienes todo, pierdes la capacidad de agradecer, la belleza del proceso de conseguir y la fascinación de admirar.
Toda la ética cristiana podría resumirse a una sola palabra: gratitud.
Dios nos regala la libertad para tomar decisiones, e interviene cuando debe hacerlo, sin que nada le tome por sorpresa.
¿Qué ocurre cuando nosotros perdemos a alguien que vivía cerca de nuestro corazón?
Cuando la Biblia nos enseña que podemos vivir en la presencia de Dios no está hablando de una religión que nos ayuda en algunos momentos.
La fuente del perdón es el mismo carácter de Dios. Él es amor, y lo es en esencia.
Existe un premio para los animadores, y es el de alegrarse sinceramente por los éxitos de los demás.
Puede que no cambie nada, pero el poder de Dios enseña a sonreír aún en medio de la muerte y la preocupación más absoluta.
Sabemos que somos amados. No por lo que somos o hacemos, sino porque quien nos ama quiere hacerlo.
Piensa en tus objetivos y trázalos de acuerdo a tu corazón, pero no te esclavices con ellos.
Para y piensa. Reflexiona sobre lo que es importante en tu vida.
Deberíamos vivir con un corazón enamorado de la Vida, con mayúsculas, que es el Señor Jesús.
Da gracias a Dios porque tienes la oportunidad de vivir un día más.
Cuando somos niños, todos soñamos con ser héroes o heroínas. Dios siempre cumple ese sueño: seas quien seas, estés donde estés y sean cuales sean tus circunstancias.
Sus ejercicios eran admirados por todos, no solo por su habilidad, sino sobre todo porque su pierna izquierda era de madera: le había sido amputada por un tren.
A ninguno de nosotros nos gustaría estar en esas tres categorías, pero déjame decirte que caemos en ellas a menudo.
Muchas veces no necesitan ser gritadas o publicadas en los medios de comunicación para transformar o revolucionar la vida de muchas personas.
Muchas veces nuestra bondad o nuestra maldad se refleja en la manera de mirar.
El honor no se puede fingir, y tampoco se puede esconder. O se tiene o no se tiene.
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