Pasando revista a los héroes

El jugador de baloncesto Oscar Robertson consiguió con los Cincinatti Royals, en la NBA, una marca prácticamente imposible de batir: durante toda la temporada logró un triple-doble de media: 30,8 puntos, 12,5 rebotes y 11,4 asistencias. ¡No tuvo un solo partido normal en todo el año, ni un solo día en el que no hiciese un triple-doble! ¡Con un rendimiento tan extraordinario, cualquier equipo del mundo le ficharía! Atletas extraordinarios, personas que siempre luchan hasta el límite. Gente que es capaz de dar el máximo en todos los momentos. Todos queremos tener a alguien así en nuestro equipo.

¡Tú eres así! La Biblia dice que Dios nos hizo así a cada uno de nosotros. El profeta Isaías presenta al Creador pasando revista a sus tropas: «Ruido de tumulto en los montes, como de mucha gente. Ruido de estruendo de reinos, de naciones reunidas. El Señor de los ejércitos pasa revista a sus tropas para la batalla» (Isaías 13:4).

Cuando recibimos al Señor Jesús en nuestra vida formamos parte del equipo de Dios. Nuestra misión es trascendental, porque el futuro del Universo depende de lo que podamos hacer a las órdenes del Capitán. Dios se presenta en diferentes ocasiones en su Palabra como «el Dios de los ejércitos», para que comprendamos de qué se trata la lucha espiritual contra el poder del mal y las tinieblas. ¡Fuimos creados para ser conquistadores!

El diablo, nuestro adversario, no puede vencernos, porque vivimos en las manos del Señor Jesús, y él afirmó poco antes de ascender al cielo: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y la tierra, por lo tanto, id y haced discípulos...» (Mateo 28:18-19). Si estamos en dificultades, solo tenemos que reclamar la autoridad y el poder de Dios sobre el mal. No se trata de nuestra autoridad o nuestro poder, sino el suyo.

La Biblia dice que Dios nos dará un día el privilegio de reinar con él. Esta lucha espiritual en la que estamos participando nos enseña a tomar buenas decisiones leyendo y aplicando su Palabra, estando en permanente contacto con el Señor de los ejércitos (la oración) y dependiendo del Espíritu de Dios, porque él nos da el poder y nos reviste con su armadura. Se trata de luchar con armas espirituales, no con nuestra fuerza. Dios está pasando revista a sus tropas, comprobando cuántos están listos para ayudar y hacer el bien.

Necesitamos revisar nuestra agenda. A veces vamos a la iglesia, escuchamos lo que nos dicen y nos involucramos en las actividades... ¡Pero no pasamos tiempo juntos orando, adorando, compartiendo lo que Dios dice en su Palabra! Somos simplemente espectadores o, como mucho, actores en diferentes obras, sin estar dispuestos a luchar.

¡Dios pasa revista en todo momento! Él nos ve como mujeres y hombres extraordinarios. No mira lo externo, sino el corazón. No le preocupan nuestras hazañas espirituales, lo que quiere son personas enamoradas y entusiasmadas con él. Personas que luchan en oración y ayudan a los demás. Esas mujeres y hombres son los que cambian el mundo. Dios mismo ha dejado escrita nuestra victoria: «Con majestad, cabalga victorioso en nombre de la verdad, la humildad y la justicia; que tu diestra realice gloriosas hazañas» (Salmo 45:4 NVI).