El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Quizás, fuera de la utopía, estamos condenados a un materialismo más o menos burdo, al comamos y bebamos que mañana moriremos.
Pensamos que si tuviéramos la evidencia delante, nos daríamos cuenta de las cosas y actuaríamos en consecuencia. Juzgamos el pasado, creyendo que nosotros no lo repetiríamos.
Las aristas de la cuestión de género son múltiples y tienen muchos análisis.
Los bautistas de San Jerónimo Tlacochahuaya simpatizaron con la política agraria del régimen posrevolucionario y ello fue un elemento más en la conflictividad con el tradicionalismo contrario a tal política.
Al habernos instalado en esa especie de negación permanente, somos la generación más frágil de todos los tiempos.
La realidad es que, en algún momento, no solo decidimos dejar entrar lo digital en nuestras vidas, sino que le dimos todas las comodidades y derechos sin aplicar demasiadas condiciones o restricciones a su presencia y acción.
Cuando Cristo nos llama por nuestro nombre, ¿qué nos detiene para acudir a Él?
Jesús, uniendo lo trascendente y el amor al hombre en su aquí y su ahora, nos dice: “Yo he venido para que tengáis vida y para que la tengáis en abundancia”.
En Marruecos, la población que se identifica como no religiosa ha crecido un 10% aproximadamente en los últimos seis años.
Hitchcock evita todo reduccionismo al enfrentarse al misterio del mal. No hay duda de que, para él, “todos los hombres son potencialmente homicidas”.
Casiodoro de Reina llega a su quinto centenario y están por realizarse varios actos para celebrarlo.
¿Es demasiado pedir en tiempos convulsos como los que vivimos que, al menos, haya cierto juego limpio y valores deportivos, no solo en la pista, sino en la cancha de la vida?
Conversamos con Aitor de la Cámara sobre el auge del movimiento de oración en Europa. En la segunda parte, analizamos los cambios legales en Francia que pueden limitar la libertad religiosa.
Cuando veo sus entrevistas percibo una fe claramente cristo-céntrica, aunque mal informada por el contexto en que se convirtió, así como incoherente ante la realidad del pecado que todavía mora en él.
En esta ocasión me ocupo de los orígenes del cristianismo evangélico en territorio oaxaqueño y la importancia de prestar atención a las evidencias que señalan esfuerzos endógenos.
Medimos nuestras fuerzas de forma imprecisa, incorrecta y profundamente arriesgada. Lo hacemos, además, de forma frecuente, sistematizada.
Se nos reclama, bíblicamente, el uso de la palabra, hablada o escrita. Una palabra que explote en forma de denuncia, de grito por solidaridad humana.
Todo comenzó en 1962, cuando fue invitado a unos debates. En la habitación donde se alojaba había un ejemplar del Evangelio de Mateo, cuya relectura le impresionó. En su arrebato, decidió hacer una película.
Un estudio novelado de Mateo 21:17-21, Marcos 11:12-24.
Kathleen M. McIntyre estudia el desarrollo del cristianismo evangélico en las comunidades indígenas oaxaqueñas.
Cuando las pequeñas cosas marcan tanto, cuando lo minúsculo repercute y se amplifica de forma titánica, la descompensación es tan enorme entre lo uno y lo otro que verdaderamente aturde.
Después de las 95 Tesis, este tratado marcó el que es, quizá, el momento más alto de la primera gran etapa de Lutero como reformador.
Textos del libro “El mar ya no es”, con el que obtuvo el Accésit del Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador.
La nueva candidatura del hasta ahora presidente, en contra de lo que dicta la Constitución, ha polarizado a la sociedad marfileña.
Según la Palabra, no todo consiste, para la auténtica vivencia de la espiritualidad cristiana, en el cumplimiento de las prácticas que nos pueden hacer caer en rutinas y vivir un cristianismo lleno de preceptos.
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