El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Si buscamos en la vida, como Monroe, nuestra identidad y realización en el trabajo o una relación amorosa, para conseguir autoestima, seguiremos siempre frustrados.
Tras su conversión, siguió en cierto sentido siendo introvertido, enfermizo, dubitativo y depresivo. Pero Eliot encontró el asombro del perdón.
Lo que se espera del artista cristiano es que sea en primer lugar, un verdadero creyente, coherente con su fe, pero también miembro de iglesia, como era Schulz.
La vida de Linda Lovelace y Harry Reems nos muestra que no hay nadie que esté tan perdido que no haya esperanza para él. Dios salva pecadores, no lo olvidemos.
Es tanto una figura mesiánica como alguien dominado por el mal. Es un improbable Cristo, por su imperfecta humanidad, aunque tenga una misión que domine su conciencia.
Todo comenzó en octubre de 1962, cuando el director releyó el evangelio según Mateo y le impresionó muchísimo. En su arrebato, decide hacer una película sobre el Evangelio.
Su principal problema con la iglesia donde había sido bautizado es que no era suficientemente espiritual. Una vez tomado el sacramento, vivían como si aquello no fuera verdad.
Los paralelismos del Extraterrestre con la figura de Jesús le resultaron evidentes desde el primer momento, por el trasfondo católico de Mathisson, la guionista.
La pregunta que nos hacemos es qué fruto produjo su fe. Si el cristianismo significa algo, tiene que ser un cambio de vida, algo que controla y gobierna tu existencia.
Su identificación con el sufrimiento de Cristo no le dio un sentido de perdón y nueva vida.
Es una tragedia que el cristianismo evangélico sea conocido hoy por su oposición a esto y a lo otro, en vez de por el anuncio del Evangelio que nos ha sido encomendado.
El anhelo humano de ser querido a menudo excede los límites naturales para convertirse en una idolatría. Buscamos un romance que trascienda nuestra vida y le de significado.
A Sparky le costaba hablar, pero “su bautismo le proporcionó una nueva sensación de plenitud”. Tenía seguridad, la “Grata certeza” de su himno preferido.
Sparky empezó a acompañar a su padre a la Iglesia de Dios, los domingos, al decepcionarse con el pastor luterano, que no fue a ver a su madre cuando se estaba muriendo.
Si hay un rasgo que caracteriza al seguidor de Jesús, esa es “la humildad y mansedumbre”. Sin embargo, el mundo cristiano está lleno de personalismo y orgullo cubierto de falsa humildad.
En esta segunda entrega por el centenario del artista, profundizamos en el luteranismo de su familia.
Dice la viuda de Schulz que para él, “Dios era muy importante, pero de una forma muy profunda y misteriosa”.
Sabemos que tenemos una fecha de caducidad, el problema es que no sabemos cuál es.
Muchos seguimos creyendo, como él, que “toda vida y realidad está relacionada con Dios, así que todo pensamiento, obra, acción y sentimiento es en un sentido religión”.
La muerte no solo nos enfrenta a la vanidad de la vida, sino también a su carácter efímero y breve.
Si esta obra es ya un clásico contemporáneo, es porque nos interroga cada vez que nos acercamos a ella.
Si hay algo particularmente cristiano, eso es la Encarnación, una doctrina incomprensible, tanto para el judío, como para el pagano. No está mal pensar en ello, por lo menos una vez al año.
Su fascinación, sin embargo, por la persona de Jesús nos llena de esperanza. Kafka decía que Jesús es “un abismo de luz, que si no cierras los ojos, te puedes caer dentro”.
Al llegar al final de esta serie –la más larga que recuerdo haber hecho nunca–, me doy cuenta de que se ha vuelto algo tan personal, que Stott es parte de mi vida.
Al hablar con otras personas, Stott buscaba lo que les unía a ellas, pero también aclarar las diferencias.
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