Debemos tener cuidado para que la respuesta del mundo hoy, incluidos la del mundo cristiano con sus honrosas excepciones, no sea la misma, la de la muerte.

Con la insensibilidad y con nuestro pasar de largo nos jugamos nosotros también la salvación eterna prometida.

Hemos de reflexionar y trabajar para que no nos confundamos con los conceptos de “iglesia santa”, “familia santa”, “ambiente santo” u otros, no sea que estemos rozando los conceptos de pureza que tenían los religiosos del tiempo de Jesús.

¿De qué forma la iglesia puede transformar su entorno? Conversamos con la directora de A21 en España.

El Maestro no sólo miraba la ostentosa ofrenda, sino que posaba también su mirada divina en el interior de las personas.

Quizás a algunos no les parezca muy serio decir que los que derrochan en vestimentas elegantes, caras y lujosas visten a otros de harapos, pero lo real es que, en general, los acumuladores empobrecen a más de media humanidad.

Valencia, una de las 21 ciudades españolas en las que se visibilizó el drama de la explotación sexual. “El evangelio es liberación”, explica Sara Pérez.

No son los ricos o poderosos los que agradan a Dios, sino quienes hacen justicia, misericordia y viven en humildad.

No es atractiva la fe sin obras, la comunicación del Evangelio sin compromiso ante los pobres y los débiles.

“Es fácil sucumbir al márqueting poderoso de los precios bajos de la fast fashion (moda desechable)”, dice Corban Bryant, fundador de una empresa de ropa de comercio justo en Nepal.

Xesús Manuel Suárez coordina el Centro de Estudios impulsado por el Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia, para dar bagaje intelectual, solidez e iniciativa a un proyecto que busca potenciar la presencia evangélica en la sociedad.

La acumulación de riqueza por unos pocos dejará de ser tolerable cuando la acumulación de riqueza no sea aquello para lo que la sociedad entera vive.

Los cristianos debemos sentirnos interpelados en nuestra responsabilidad ante el prójimo viviendo la tensión a que las injusticias sociales y las estructuras de pecado y económicas de poder someten los valores bíblicos.

Conocemos más de cerca diversos proyectos que quieren plantar cara a un sistema de competitividad encarnizada con mensajes de esperanza y citas directas del evangelio.

Cada 20 de febrero se celebra el Día Mundial de la Justicia Social. Este año se enfoca en la denuncia de la trata y la explotación.

Sucumbimos a la voz que nos empobrece y nos posiciona en el lugar incorrecto. Fingimos ser buenos samaritanos, pero a la hora de la verdad es mucho más cómodo dar la espalda.

El día de hoy muchas de las iglesias en EEUU siguen predicando un Evangelio a medias, unas por un lado y otras por otro.

He tratado de encontrar sentido a lo sucedido: En la España del siglo XXI, un país del primer mundo, alguien puede morir desnutrido; ¡cómo hemos cambiado!. ¿O no?

Algunas reacciones a estos artículos sobre la ecología e injusticia social me sorprenden, diciendo que estos temas no son propios de una revista que trata temas espirituales

El grupo, formado por expertos de varios países e impulsado por el Consejo Mundial de Iglesias, nace para asesorar a las iglesias en el fomento de acciones concretas, como la lucha contra la evasión fiscal o la promoción de una economía sostenible.

Reconocemos que Dios requiere amor. Pero no hemos demostrado el amor de Dios a quienes sufren abusos sociales. Reconocemos que Dios requiere justicia. Pero no hemos proclamado ni demostrado su justicia a una sociedad injusta.

Los cristianos deben saber que Jesús fue liberador de los oprimidos, de los pobres, de los proscritos, de los esclavos, marginados y rechazados.

José de Segovia analiza la fe en Jesús de Bono, el irlandés cantante del conjunto U2, al que recientemente calificó como "El Hijo de Dios", y al que considera desde joven su Salvador. Una entrevista de Daniel Oval.

"Yo creo que Jesús fue el Hijo de Dios" dice el cantante irlandés, que argumenta que Jesús exigía compromiso social y rechazaba “pretensiones”.

Los profetas predicaban contra la injusticia social. Se adelantaron 3.000 años a Carlos Marx y a otros en su denuncia de las injusticias.