El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Para los seres humanos, generación tras generación, el perdón nunca ha sido (ni es, ni será) tarea fácil. Por eso la Palabra de Cristo siempre resurge frondosa.
Ofrecen un simulador online personalizado de cómo y cuánto tardaría un virus letal en colapsar y destruir al ser humano en el planeta Tierra.
Los buenos ejemplos nos guían, desde cualquier parte.
Hay que estar comunicado, pero sabiendo el cómo, el con quién y el por qué.
Ser bondadoso requiere de un elevado ejercicio de voluntad. Ser malvado es más fácil, pues basta dar rienda suelta a las distintas formas que hay dentro del hombre.
El servicio que implica la vida cristiana está lejos de posturas elitistas o presuntuosidades propias de absurdos líderes.
Estamos convirtiéndonos en una sociedad del miedo.
Aprende a no traicionarte, a no caer en esas competiciones que no cesan de irrumpir en un mundo que ha perdido su remo.
Aquello que uno ama es como un vaso lleno de luz indicando el lugar de la Verdad.
Una teología que no se embarre en el día a día de los más necesitados, podrá ser una hermosa metáfora pero no una traducción perfecta del Amor al prójimo.
No te importe tropezar una y otra vez con la piedra blanda de la gratitud. El agradecimiento torna grande tu humildad.
Muchos sólo creen en la dignidad cuando padecen indignidades en carne propia.
Lo definitivo es la viva relación con Cristo, sin abstracciones ni metáforas. Húndete en sus raíces, emula sus experiencias y mastica el maná de su pensar. Así no habrá mentira en tu corazón.
Quien murmura se ocupa demasiado en perder su tiempo.
Sé impermeable a la usura, pues con ella no se construye una sólida casa. Parecerá una bella mansión, pero pronto será cubierta por telarañas.
Una masacre no es de repente; una abyecta crueldad acopia tiempos mensurables.
Una joven empresa de Barcelona crea aplicaciones digitales con cuentos para transmitir historias bíblicas y valores cristianos a niños, generar trabajo y apoyar proyectos misioneros.
Esta puede ser la frase que guíe tal ‘nueva’ Misión: “Porque ejemplo os he dado para que, como yo he hecho, vosotros también hagáis”.
Tú, cristiano de todas partes, busca tu origen en el Sermón de la Montaña.
No a la diestra; tampoco a la siniestra: al centro del Evangelio, que no es reino de oscuridad ni de óxidos ciegos.
La oración, a veces, requiere frenar los labios. Gran derrota (la peor, si cabe) obtendrá quien no es consecuente con aquello que en alto vocea.
Quien desea servir, primero debe derrochar empatía hacia los demás. No teman hacerlo: es gratis.
Un nuevo Moisés advierta la deriva de aquellos que partieron por la senda equivocada.
El dinero no es un pequeño Dios, pero hay quienes combustionan su corazón ante tal presencia. No resulta sacra esa costumbre; tampoco la de corromperse por tenerlo cerca.
No a la diestra; tampoco a la siniestra: al centro del Evangelio, que no es reino de oscuridad ni de óxidos ciegos.
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