El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Los organizadores de la iniciativa reivindican el valor de las instalaciones en la calle Camèlies de Barcelona y hablan de “patrimonio moderno en riesgo”.
Si queremos reformar, hay que leer y protestar, empezando con la iglesia antigua. Esos “padres” escribieron cosas seguro que muy edificantes, pero también burradas.
En lugar de justificar la autoridad masculina por la inferioridad femenina, los códigos domésticos cristianos afirman que las mujeres tienen el mismo valor que los hombres.
Un poema de Ángeles Mora, del poemario Quién anda ahí (TusQuets editores) con motivo del 21 de septiembre, Día Mundial del Alzheimer. (Selecciona Isabel Pavón)
Este fin de semana se celebran los 100 años de presencia protestante en esta localidad gallega con diversas actividades.
Hay mucho que aprender de la historia de la Iglesia primitiva. La actitud hacia las mujeres y los enfermos son dos ejemplos que dicen mucho de lo que el Evangelio puede conseguir en una situación histórica concreta. Por Olof Edsinger.
Es esa voluntad de mantenernos, de conservarnos tal cual somos y estamos, lo que nos genera la angustia de no querer perder la vida. Ahí, dice el evangelio, la diferencia entre salvar y perder es inexistente.
En escritos de 1822 y 1825, José Joaquín Fernández de Lizardi hace una abierta defensa de la tolerancia y se refiere en términos elogiosos a Martín Lutero.
Plasmamos en objetos, lugares e incluso personas lo más íntimo de nuestros anhelos, aunque en realidad los reconocemos en nosotros mismos.
Negar a Cristo y su resurrección es lo que hace que la fe cristiana se mantenga en pie o muera. Por Adrián Butrón.
Lo malo es que los de la parodia se lo han creído. Nosotros la vemos tal cual es, por eso aborrecemos esas ofensas a la cruz y redención de nuestro Salvador.
Con la poca información a la que tuvo acceso, J. J. Fernández de Lizardi pudo enterarse de lo central sobre los inclementes juicios inquisitoriales de 1559 en Valladolid.
La competición deportiva más grande del mundo nos ayuda a reflexionar sobre el éxito y el fracaso.
Los radicales de Zúrich perciben con claridad que sus críticas tanto a príncipes católicos como a protestantes, al igual que a sus respectivos teólogos, les acarrearían persecuciones.
Nuestros logros como humanidad, apuntan a nuestro Creador y Redentor, Jesucristo, ya que todos los seres humanos llevamos su impronta, su imagen.
Los vaivenes socio-religiosos que dieron origen al movimiento valdense, así como a otros grupos heterodoxos durante la Edad Media fueron reconstruidos de manera extraordinaria por Malcolm D. Lambert, profesor de la Universidad de Bristol.
Nos obsesionamos por lo complejo, hasta el punto de dedicar nuestra vida por completo para alcanzarlo, pero repelemos lo sencillo, casi como algo despreciable.
A lo largo de los siglos, el cristianismo y los Juegos Olímpicos han mantenido una relación ambivalente. Por buenas razones. Pero hoy en día los cristianos consideran los grandes acontecimientos deportivos como oportunidades de evangelización dadas por Dios.
De una forma u otra, tanto los creyentes como los que no creen estamos atravesados por esa historia. Esa gran narrativa cristiana, que comienza con un galileo crucificado y resucitado hace dos mil años, sigue influyendo en el mundo hasta hoy.
Los Trenchard seguían con su rutina. Ernesto se recuperaba bien de su amputación, aunque el proceso no era tan rápido como él hubiera deseado.
Mientras Lutero desaprobó tajantemente la insurrección campesina, Müntzer lanzó juicios contra los príncipes y sus aliados. Ambos consideraban que estaban respaldados bíblicamente.
La Alianza Evangélica Española publica sus aportaciones al proyecto propuesto por el gobierno, al mismo tiempo que lamenta que un planteamiento con “poca fe”.
Hasta el 17 de febrero de 1848, luego de siete siglos de rechazo y persecuciones sangrientas, la Iglesia Valdense noconsiguió que se decretase la libertad religiosa que le otorgó la legalidad.
Este movimiento global, que comenzó en 1974 en Lausana, Suiza, con el liderazgo de Billy Graham y John Stott, ha tenido un impacto significativo en la evangelización mundial.
La interpretación que hizo Müntzer del cuarto Imperio, Daniel 2:33, 41-43, le llevó a concluir que allí se explicitaba la necesaria unión del poder político y el poder religioso para hacer los cambios.
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