El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
En nuestro mundo están naciendo generaciones en las que se ha pasado de un “estar” en comunidad a un “tener la sensación” de estarlo.
La vida aquí en la tierra apenas es un simple ensayo general para la gran cita eterna.
El cristianismo tiene que hacerse una realidad personal, que inspira nuestros pensamientos, llena nuestras palabras e impulsa nuestros actos.
La Biblia concibe la burla como crueldad contra personas inocentes.
Vivimos tiempos muy peligrosos, cuando tantas palabras que están fuera de lugar, están alimentando una espiral que puede acabar en catástrofe.
Si queremos llamarnos “cristianos”, discípulos y por tanto seguidores de Jesús, no deberíamos de renunciar nunca (¡nunca!) al Jesucristo que nos presentan las páginas del Nuevo Testamento.
Acudamos cada día al gimnasio divino, inclinemos nuestros oídos a los consejos de Dios, deseemos beber de la fuente de agua viva y doblemos nuestras rodillas en oración.
En las Escrituras descubro a un Dios poliédrico tanto en su ser como en su obrar, porque Él es absolutamente soberano de todo y hacía todos.
El cuidado de los recursos, una vida financiera con propósito y una visión a largo plazo de nuestras decisiones, son claves para gastar e invertir de una forma responsable.
La única tabla de salvación que tenemos, es la gracia de Dios.
La madre de Marcos debió de ser una mujer rica, puesto que disponía de una casa grande, no muy frecuentes en Jerusalén. Pero lo que más la honraba era dedicarla al servicio de aquella Iglesia principiante.
Las consecuencias de desatender nuestra responsabilidad mutua y nuestro hogar común están aquí, son graves, y la iglesia no puede esperar más para actuar. Un artículo de Katharine Hayhoe.
¿No será que, igual que hay un médico tras la puerta de la consulta pueda haber otro en las sillas de la sala de espera?
Un poema de Mate Ganza. (Selecciona Isabel Pavón)
Para la Biblia, la voluntad humana es libre y responsable. No está impuesta por Dios, aunque sí advertida.
El informe anual de la Fraternidad Evangélica de la India, publicado recientemente, recoge más de 640 incidentes contra cristianos.
La pecaminosidad que llevamos dentro quiere manifestarse continuamente en muchas maneras, de modo que hay una tendencia natural a estar ebrio y no necesariamente de vino.
Tener comunión es un asunto de actitud, de amor y del Espíritu Santo. Y cuando falta el amor, el Espíritu de Cristo está ausente; y eso por mucha verdad que se tenga o que se crea tener.
La vida es ese río donde lanzo mi señuelo y espero a que pasen las ondas del agua y algún pez despistado alcance el reclamo.
Una tribu que está siendo transformada por el trabajo de Maasai Rescue Ministries (Ministerio de Rescate Maasai).
Aún en los momentos más oscuros llenos de soledad y sufrimiento, sabían que el Señor estaba cerca y era su único refugio.
Activemos el necesario temor de Dios en nuestras vidas para apartarnos del mal en todas sus expresiones.
El consumo ético es una necesidad, pero también un rasgo propio de personas renovadas, aquellas que aspiran a vivir de otra manera, más coherente y responsable, respondiendo a los desafíos de nuestra época.
El 23 de marzo la Marcha “Sí a la Vida” 2025 recorrerá las principales calles de la capital. “La verdad de la vida tiene que darse a conocer”, dicen desde la asociación evangélica Aesvida.
Con Trifena y Trifosa la documentación es más restringida: sólo un versículo en el capítulo 16 de la epístola a los Romanos.
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