El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Con la mala fama que tiene Calvino, ya es chocante que les ponga su lectura como ejemplo de sentido común y concordia, pero es así.
Podríamos seguir días enteros hablando de cada una de nuestras invenciones mientras seguimos viviendo en la oscuridad, y lo peor de todo, ¡sin querer disfrutar de la luz!
Estudiantes LGTBQ de Oxford publican una lista de iglesias “homófobas” de la ciudad, la mayoría evangélicas. La presión de las redes conduce a la puerta de los lugares de culto.
La Revelación que hemos recibido de Dios a través de las Sagradas Escrituras es mucho más grande que nuestro propio entendimiento.
No contribuyamos a ningún tipo de división que, con pretexto de guardar una unidad “más pura” al final será una falsa unidad creada y basada sobre un espíritu sectario.
El valor de la resurrección de Jesús es tal que sin ella, nuestra fe en todo lo demás no tendría sentido alguno.
Los beneficios que se derivan de aceptar al Señor Jesucristo a través de su evangelio, son sanadores a todos los efectos.
Pasamos a señalar cuáles eran (¡y son!) aquellos grandes hechos de la Revelación de Dios que conforman la llamada sana doctrina.
La recepción del Consenso por parte de Bucero fue acompañada por el fracaso de Melanchthon en respaldarlo, con el único resultado de que todas las Iglesias reformadas suizas se convirtieron en sus signatarias.
¿Cómo deberíamos responder ante todo esto los cristianos, no solo en los medios y la sociedad en general, sino de forma más cercana, en nuestros círculos, familias e iglesias?
No necesitamos recibir más revelaciones que la que “ya ha sido dada una vez” por medio de Jesucristo y registrada en las Escrituras.
Todos creen que la fe cristiana ha sido “una vez dada a los santos” (Jd 3), pero no todos coinciden en lo que se supone que debe hacerse con ella: preservarla, aclararla, desarrollarla o quizá alguna otra cosa.
Hay que admitir la creación como un principio necesario e irrefutable. Por mucho que esta conclusión pueda desagradar a algunos, lo cierto es que la ciencia actual asume que el universo no ha existido siempre.
Cada vez se hace más difícil hablar de nuestras convicciones cristianas porque un considerable sector del cristianismo actual ha cedido a las ideologías totalitarias de nuestra sociedad occidental.
No son excluyentes la fe en el Señor que nos ha prometido resguardarnos del mal y los actos cotidianos que debemos realizar para cuidar nuestra salud.
La convicción que impregna este libro es que la Doctrina cristiana de Dios como la Trinidad es fundamentalmente simple, verdaderamente práctica, teológicamente central y plenamente bíblica.
El debate del Infierno entre los primeros cristianos.
Los cristianos necesitaban defender su fe continuamente para no contaminarse, ni caer en errores religiosos.
Nuestros protestantes, eran nuestros protestantes, y creían en doctrinas bíblicas, certeras y sanas como la Palabra en la que se basan.
Dios formuló en el pacto sinaítico sus exigencias, a fin de destapar transgresiones. Él cumplió en Cristo estos requerimientos.
Religión y teología en una época postliberal.
Hablamos con los coordinadores Patricio Ledesma y Xavi P. Patiño.
Huye del falso evangelio de la prosperidad; que promete un camino al cielo sin pasar por la Cruz, que te lleva a buscar a Jesucristo con una motivación egoísta y equivocada.
Mucha falsa enseñanza se puede apoyar en algún versículo. Por decir, hasta la Biblia dice que “no hay Dios”. El problema es que eso lo dice el necio, no Dios.
Según esa teología, la fe no es un acto teocéntrico de nuestra voluntad, la simple confianza en Dios, sino una fuerza espiritual antropocéntrica. Sin embargo, cualquier teología que reduce la fe a ser una simple herramienta para ganancias materiales es inadecuada y herética.
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