El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Uno puede tener opiniones acertadas sobre Dios sin que eso implique un verdadero amor o deseo de servirlo. Satanás es un claro ejemplo de esto.
La diferencia para Schaeffer que hace al cristianismo distinto a cualquier otra religión, es que “Dios lo hizo todo”. Siempre acababa mostrando nuestra culpabilidad moral, para anunciar que Cristo murió por nosotros en la cruz.
Schaeffer se dio cuenta que lo que le faltaba era el amor. No podía distinguir lo fundamental de lo secundario porque el amor a la verdad no hacía que mostrara la verdad en amor.
El hecho de que Al Mohler diga que el catolicismo romano es una “tentación” es una señal de vigilancia espiritual que se agradece.
Si entendemos con Stott que “la fe evangélica no es nada más que la fe cristiana histórica”, el movimiento evangélico es un lugar de encuentro y no de separación.
El protestantismo en que me he criado era fundamentalista o liberal. No había término medio. Stott me enseñó, sin embargo, que había una “tercera vía”.
Debería ser obvio, a la luz del testimonio y la enseñanza de Cristo, que la marca del ministerio o liderazgo cristiano es el servicio, y no así la autoridad.
La Biblia muestra la locura de confiar en nuestro entendimiento. ¿De dónde creemos que salen todos esos cristianos ufanos de su santidad que juzgan a otros creyentes, poniendo en duda incluso su salvación?
Toda la construcción fundamentalista se le vino abajo a Schaeffer en las montañas de Suiza, a principios de los años 50. La pregunta que todos se hacen es: ¿qué es lo que pasó?
En estos tiempos de negacionismo y teorías conspiratorias parece increíble que hubiera una época en que el cristianismo evangélico no fuera sinónimo de oscurantismo e irracionalidad.
Cada vez se hace más difícil hablar de nuestras convicciones cristianas porque un considerable sector del cristianismo actual ha cedido a las ideologías totalitarias de nuestra sociedad occidental.
El principio de la Sola Scriptura también ha llevado al protestantismo al ‘libre examen’ de la Escritura y ha provocado una falta de aprecio a la tradición.
Aunque les afecta de distinta forma, desencadena una tormenta que golpea al individuo, la unidad familiar y la comunidad.
Nuestro activismo político nunca debe estar por encima de nuestro activismo evangelístico y de nuestro amor fraternal.
No, no existen los noviazgos misioneros. ¡Eso no es un ministerio! No se comienza un noviazgo –cuya meta es el matrimonio– con un incrédulo, y luego se espera a ver si “cae la breva” y Dios salva a esa persona.
Cometemos un craso error cuando en nuestro deseo de combatir la falta de conocimiento bíblico, convertimos el conocimiento en un fin y no en un medio.
Algo anda mal cuando puedes pasar horas de estudio alrededor del texto bíblico, pero su mensaje no te conmueve.
La misión, por lo tanto, ahora necesita ser dirigida no solo a los materialmente más pobres sino a la enorme masa de personas que se desilusionarán con la hindutva.
Si nos persiguen, critican u hostigan, que sea por hablar la verdad en amor, no por nuestras formas imprudentes de articular el mensaje.
Lo que normalmente hay detrás de esta expresión es una desviación de la única fuente de revelación firme y segura.
Cuando los ancianos predican semana tras semana, año tras año, pero no otorgan oportunidades o no invierten tiempo y esfuerzo en entrenar y capacitar a otros para el ministerio de la Palabra, están fallando en su llamado, que es el de «perfeccionar» y «preparar» a otros que han recibido de Dios el mismo llamado.
Huye del falso evangelio de la prosperidad; que promete un camino al cielo sin pasar por la Cruz, que te lleva a buscar a Jesucristo con una motivación egoísta y equivocada.
Algunos cristianos hablan mucho de Él, presumen estar llenos de la presencia del Espíritu, pero sus vidas no dan le fruto de Él.
Que Dios es amor no debe llevarnos a pensar que este amor es una blandura indulgente, divorciado de toda consideración moral.
Lecciones del auge, caída y arrepentimiento de Sierra Leona.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.