El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
¿Qué motivó el espectacular crecimiento de la Iglesia en Jerusalén?
Las ideas religiosas de Shakespeare, sus convicciones espirituales, su fe en el más allá forman en conjunto un tema que la mayoría de sus biógrafos eluden.
Para Cervantes, todo cuanto la Biblia dice es verdad, y en esa verdad descansaba su fe y su conciencia religiosa.
La imaginación de Cervantes transforma a un aldeano hidalgo, Alonso Quijano, en Don Quijote, hombre que del mucho leer libros de caballería se declara a sí mismo caballero andante.
Concluyo la presentación de 41 líderes evangélicos que nos precedieron hablando sobre Gabino Fernández, Federico Fliedner, Félix Moreno, Ramón Taibo, Juan Gili.
En este artículo escribo sobre Emilio Martínez, William Barber.
Hoy recordamos a Samuel Vila, Bernardo Sánchez, Antonio Martínez y Joaquín Serra.
Hoy recordaremos a José Grau y a Luis Ruiz Poveda.
En este artículo escribo sobre Francisco Palomares, Antonio Vallespinosa, José Alhama, Pedro Sala.
En este artículo hablo de José Flores, Manuel Gutiérrez Marín, José Solé.
En este artículo hablo de Ernesto Trenchard, José Martínez, Emiliano Acosta.
En este artículo hablo de Ambrosio Celma, Mariano San León, Santos Molina.
En este artículo hablo de José María Martínez, José Cardona.
En este artículo hablo de Antonio Carrasco, Agustín Arenales, Lorenzo Lucena, Miguel Trigo.
En este artículo hablo de Atilano Coco, Samuel Palomeque, Pedro Rubio y Cipriano Tornos.
Recuerdos sobre la vida y ministerio de Alberto Araujo, Carlos Araujo y Adolfo Araujo.
Inauguro una nueva sección en Protestante Digital para recordar a los grandes líderes evangélicos que nos precedieron y cuyos nombres están olvidados o casi.
Las violentas medidas de represión impidieron entonces el desarrollo del protestantismo en nuestro país.
Los héroes siempre van ganando contemplados desde el cielo, aunque en la tierra parezcan perdedores.
Escribo del sentido del heroísmo y del lugar que ocupa en el capítulo once de la epístola a los Hebreos.
El argumento definitivo e irrebatible contra todos aquellos que dudan o niegan la existencia de Dios es que “Yo era ciego y ahora veo”. La razón topa con el sentimiento.
Este es un término moderno que sustituye al de mundialización, pero de significado equivalente. Relativo o perteneciente al mundo entero. De esto tenemos mucho en los cuatro Evangelios.
Ante estos y otros disparos de la moderna teología, que en realidad lo que pretende es librarse de la responsabilidad de Dios, el Eterno sonríe compasivo.
Dios pudo hacerlo. Y lo hizo. Dios quebró la corteza, rasgó los cielos y se reveló a los hombres desvelando el misterio de Su personalidad.
A Dios no podemos comprenderlo ni explicarlo. Pero Dios, ¿es lo único en el mundo que no se puede comprender ni explicar?
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