El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Calla mi corazón para que puedas oír lo que Él susurra al tuyo. Si permaneces atenta estoy segura de que podrás oír como te llama por tu nombre.
Desde el punto de vista católico romano, existe una propiedad transitiva entre Cristo y la Iglesia católica, hasta el punto de que lo que se puede predicar de uno pasa al otro.
Los que estamos en él lo estamos desde la eternidad. Nadie puede ponerse ahí su nombre, ni quitarse cuando está puesto.
Necesitamos conocer y experimentar el corazón de Jesús tal como lo presenta la Biblia.
Lo malo es que los de la parodia se lo han creído. Nosotros la vemos tal cual es, por eso aborrecemos esas ofensas a la cruz y redención de nuestro Salvador.
Dios ha puesto un tesoro en nuestro corazón y si es valioso para Él es que no hay nada en nuestro ser más valioso que eso.
La batalla por la Verdad es “la buena batalla”, aquella por la que vale la pena luchar hasta sus últimas consecuencias, la carrera por excelencia.
El transporte de la sangre en el cuerpo se realiza mediante un inmenso conjunto de vasos sanguíneos de diferente diámetro que en total suponen más de 96.000 kilómetros de tuberías.
El ochenta por ciento del mundo en pobreza conforman un cuadro horroroso que expone en público, ante los ojos de todos, el gran escándalo de la humanidad.
Cuando se practica una sincera espiritualidad de ojos abiertos, se ven cosas para las que antes estábamos ciegos.
Si permaneces enclaustrado, sin sumergirte en la historia del pueblo, en su cultura y sus tradiciones y costumbres, no conocerás la identidad del pueblo, ¿Cómo vas a vivir entre ellos si no los conoces?
Sólo podemos tener un corazón limpio, cuando perdonamos de la misma manera que Dios nos perdona a nosotros.
La vida está llena de recuerdos; cuando recordamos es como si viviéramos por segunda vez.
La luz del Evangelio brilla potente en medio de tantas luces tenues. La Navidad nos recuerda que Dios ha bajado a este mundo para sufrir con nosotros, como nosotros y por nosotros.
Soy frágil, pero su poder se perfecciona en mi debilidad y eso me hace fuerte.
Esa llave iba a ser la causa de toda la felicidad del hombre o de toda su desgracia, de su ventura o de su tragedia.
Abrumados por tratar de reconocernos en alguno de los mensajes del choque de discursos cruzados en el que vivimos, olvidamos el diagnóstico que ya se ha realizado de nosotros.
¿Qué motivos de preocupación -peticiones- tienes en tu vida hoy? Identifícalos y haz una traducción: conviértelos en motivos de oración.
Hay una relación proporcional entre cuidado y valor. Si algo vale mucho, lo cuido mucho; si algo vale poco, lo cuido poco o no lo cuido.
Si nuestro concepto de paz es sólo el lago tranquilo, entonces los problemas -el agua de la catarata- la ahogarán con facilidad.
Un texto permeado por el asombro de existir, obra del poeta peruano-salmantino.
Cuando buscamos la trascendencia en cualquier otra cosa, persona o situación, dado que es material y finito, nuestro corazón sufre porque se vuelve limitado.
El creyente puede pasar malos momentos, las circunstancias pueden ser muy duras, pero sabe que toda prueba es “periférica”; en el centro de su vida hay gozo.
Cada día se nos presenta como un desafío ante el cual es necesario desplegar todas las fuerzas de nuestro corazón.
La psicóloga Lidia Martín publica un libro escrito durante los meses de confinamiento.
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