El Papado, una parodia

La que se ha liado con la parodia en la inauguración de los juegos. Al fin y al cabo, si es parodia no pasa de ahí el juego. Lo malo es cuando la parodia se pretende como la verdad absoluta.

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Ya sabemos, aquí lo sabemos, que la confusión del confundidor requiere el uso de parodias que pasen como verdades. Se sienta en el templo de Dios como dios.

Escribo estas notas el miércoles de los juegos, cuando llegue a nuestro ratito habrán pasado cosas, o no.

Una cosa que ha pasado y ha pasado sin ruido (yo no he escuchado) es que la noche de la inauguración París sufrió un apagón (una hora más o menos) y se quedó sin luz mucho de lo emblemático de la ciudad, pero en las fotos se ve que precisamente el templo expiatorio del Sagrado Corazón estaba iluminado, y se ve porque está donde se ve. (Cuidado que a nada te proclaman milagro, que las subestaciones eléctricas las carga el diablo.)

Y nos vamos a ese edificio emblemático, es muy relevante lo que de él se estime, que aquí tenemos otro, otros, como la Sagrada Familia de Barcelona, mismo contexto, mismo pretexto, misma parodia. Pero gran estilo de arte. Caín se construyó una ciudad con todos los edificios emblemáticos, sería impresionante, fuera de Dios.

(Sobre el contexto del XIX y lo que propone el papado ya escribí algo, me lo encontré. Pueden leerlo aquí: “El lenguaje como barco y mar”.)

Los de turismo dicen que es el segundo edificio más visitado, después de la torre, de París. Ese que tiene un montón de escaleras, que está donde más se ve, en Montmartre (la colina de los mártires, porque dicen que allí matan a Dionisio, el primer obispo de París, leyenda dorada, propaganda, pero que el monacato contó para cantar sus misas y le construyeron la famosa San Dionisio, gran templo de la abadía, donde se coronaban los reyes. Europa y sus valores, que los tiene, pero que no te cuenten cuentos).

Esa gran edificación del Sagrado Corazón de Jesús fue aprobada para su construcción en 1875, duró cuarenta años, pero entremedias (1885) se pudo practicar lo que pretendía: ser lugar expiatorio, donde la eucaristía fuese adorada permanentemente. Otra vez: adoración perpetua de la santa eucaristía.

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Esto para los evangélicos, pues los católicos no entran, ¿se siente alguien ofendido? ¿Han presentado escritos de protestas? ¿Han visto parodia de algo sagrado en algún sitio?

Lo había propuesto antes el notable Federico Ozanam (-1853, con 40 años), beato laico creador de lo que también aquí se componía: un papado adaptado a los tiempos. Atención a los necesitados, que no tengan la exclusiva los socialistas, más cercanía con la política para que no quede en manos de los otros, etc.

Los propagandistas católicos, vaya. Y todo ello bajo el argumento de que los desastres nacionales, con sus penurias sociales, eran causados por el abandono del beso al pie del papa.

Una nación sin papado solo puede traer ruinas. Tal como hoy. Ozanam escribió que Francia necesitaba satisfacer por sus pecados, y lo mejor era levantar un templo expiatorio con el que obtener la misericordia infinita del Sagrado Corazón de Jesús Cristo, medio del perdón de nuestros pecados.

Además se tiene que obtener la ayuda extraordinaria del papa, pues sólo él la puede otorgar. (Se levantará con donativos personales, el mérito es ese.)

Dicho y hecho. El obispo de Nantes propuso, la Asamblea aprobó, el edificio inicia su construcción. Todo ello en la Francia de la 3ª República, que el imperio había sido tumbado. Ese contexto es el que pudo contemplar, precisamente en el espacio de Montmartre la llamada Comuna.

Algo confuso, pero que era indicador para los del orden de lo que supondría dejar de besar el anillo. Antes de ese episodio comunal (corto y confuso, dos meses de 1871) los ejércitos  prusianos asestaron gran paliza al francés, al punto de conquistar París. (Sirvió el caso para casar intereses alemanes, confirmados oficialmente en Versalles, con la aparición del estado nación alemán.)

La lectura de entonces y de ahora es que todo eso es consecuencia de haber perdido los valores tradicionales. ¡Esa Revolución francesa, fruto de la Reforma protestante, que todo lo ha corrompido! ¿Cómo habrá libertades fuera del pie papal, donde se resume todo lo bueno y sagrado?

En el mosaico central del edificio, obra impresionante, se representa a Cristo ofreciendo su corazón, y a él le ofrece el globo mundo el papa León XIII. Aparecen otros papas y santos, y sin faltar la virgen también con su corazón. ¿Es esto parodia, o es real? ¿Verdad o falsedad?

¿Esa eucaristía a la que se debe y puede, para eso existen los templos expiatorios, pues están abiertos todo el tiempo, adorar perpetuamente, es una aberración, o está Cristo allí por eficacia de la voz de los voceros del papa?

Para atraer voluntades el edificio se presentó en un primer momento como homenaje a todos los soldados franceses muertos en la guerra con Prusia. Como vino luego la comuna, pues también contra la comuna y su significado.

Francia no es España, y la izquierda allí no es la de procesiones de aquí. (codazos hubo de presidente socialista para estar en la foto central en el centro de la inauguración de la Sagrada Familia, un templo expiatorio contra el pecado de la libertad política, entre otros. En Andalucía, cualquier socialista que se precie y aprecie subir de puesto tiene que ponerse el capirote, y ser de cuantas hermandades rocieras mejor. Que cada uno haga lo que quiera, pero esto es así, y así va la cosa.)

Un gobierno de izquierdas procuró parar la construcción, derribarlo, pues aquello era un monumento a la ignorancia y la superstición. No pudo. El dinero. Ya se había invertido tanto que reponerlo supondría una millonada.

Pusieron el nombre de la plaza de enfrente en recuerdo de una anarquista de la Comuna, algo es algo, pero es algo. Recientemente, con el aniversario a mano, la izquierda evitó vítores; pero al final se ha consignado como “monumento histórico nacional”. Y lo es. Pues es un monumento de historia. Cómo la leas, eso es otra cosa.

Allí, por si faltara algo a la leyenda dorada de Dionisio, en 1534 hicieron sus votos en la iglesia de San Pedro de la abadía de Montmartre, Ignacio y algunos de sus seguidores. Ha nacido en público la Compañía de Jesús. El papado y sus defensores, hasta hoy.

París podrá estar sin luces, pero si quieres ver, ese templo expiatorio te da bastante luz. Por si acaso, te doy pistas: el papado es la parodia de la Iglesia católica que Cristo compró con su sangre. Los católicos fieles saldrán de esa cárcel de pretendida verdad y cimientos petrinos.

Lo malo es que los de la parodia se lo han creído. Nosotros la vemos tal cual es, por eso aborrecemos esas ofensas a la cruz y redención de nuestro Salvador.