El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Todavía no sabemos cómo hizo Dios las primeras células que aparecieron en el planeta azul, pero estamos seguros de que fue Él quien las diseñó con su infinita sabiduría.
Esa ley moral objetiva que toda criatura humana lleva en el alma implica la existencia de un Legislador original que nos la haya puesto ahí.
Una conciencia transformada por la verdad del evangelio no puede limitarse en un mundo plagado de limitaciones. Y quienes la poseen alcanzan a ser esos “luminares en el mundo”.
Los cristianos en Corea del Sur protestan contra una ley antidiscriminación que, entienden, restringiría la libertad de las iglesias y las personas para vivir su fe.
La idea es que todo diseño complejo requiere un diseñador y, como en el mundo hay muchas cosas y organismos altamente sofisticados, lo más lógico es que exista también un diseñador del universo.
La opción por Dios o por la nada se toma siempre, en lo más profundo del alma humana, mediante la fe en lo uno o lo otro, no por medio de ninguna demostración racional.
Es evidente que en el cuerpo humano y en el de los animales existen estructuras y órganos que son vestigios de nuestro propio desarrollo embrionario y no de la evolución.
Nuestra conciencia no es el estándar de nuestra santidad, es solamente un guía. Nuestro estándar de santidad es Cristo y solamente Cristo.
Darwin pensaba que la degeneración que evidenciaban tales órganos apoyaba su teoría evolucionista, mientras que refutaba la creación de las especies por parte de un Dios creador.
Sus pretendidas deficiencias, en realidad no lo son, sino que manifiestan una planificación muy sofisticada y superior a los proyectos realizados por los ingenieros humanos.
Resistamos la tentación de plegarnos a los dictados de los guardianes de lo políticamente correcto y salgamos a las calles, a las redes sociales, a los medios de comunicación, armados con la verdad y la gracia.
Se archiva el proceso por incitación al odio contra el pastor después de cuatro años. Ha tenido que pagar una multa de 5.000 euros y pedir disculpas públicamente.
Adán no habría podido labrar, ni cuidar el huerto de Edén, si la entropía no hubiera estado ya actuando.
Una de las principales pruebas de que el universo y la Tierra tienen miles de millones de años -y no sólo unos pocos miles- es aquella que proporciona el análisis de la luz estelar procedente del firmamento.
La interpretación de las eras o etapas es la que mejor refleja la realidad ya que armoniza bien con lo que la ciencia ha descubierto hasta el presente y con lo que refleja una exégesis profunda del texto inspirado.
Es evidente que la fuente de la luz del primer día de la creación era el Sol, que ya había sido preparado por Dios mucho antes.
La Biblia nos muestra a un Ser Consciente (Dios) que creó al ser humano de manera tan valiosa que no puede reducirse solo a materia. Un artículo de Nahúm Tapia.
¿Alguna vez estuvo la Tierra completamente cubierta de agua? ¿Acaso las ballenas aparecieron primero y después los grandes mamíferos terrestres? ¿Fue el Diluvio realmente un fenómeno universal?
Si la Biblia es verdaderamente la Palabra de Dios, no puede contener errores fundamentales de ningún orden. Aceptar esto no es elaborar ningún tipo de “bibliolatría”, sino reconocer que no estamos simplemente ante una obra más de la literatura religiosa.
Las numerosas dificultades de la Biblia parecen, a primera vista, desafiar su infalibilidad. Sin embargo, cuando se analizan a fondo mediante una correcta crítica del texto, la mayoría suelen desaparecer.
En el Nuevo Testamento tanto el Señor Jesús como el apóstol Pablo se refieren a Moisés, citando su autoridad y asumiendo su paternidad literaria.
José Moreno Berrocal reflexiona sobre las bases de la democracia o la libertad de conciencia examinando la figura de Roger Williams, pastor puritano que cambió la forma de hacer política en el Siglo XVII.
Todas estas menciones bíblicas prematuras son fácilmente explicables desde la cantidad de copistas que han tenido las Escrituras.
Tanto los judíos como los cristianos han considerado a Moisés como el autor inspirado que había escritos estos primeros cinco libros de la Biblia.
La reproducción humana constituye un claro ejemplo de interdependencia irreductiblemente compleja entre personas que no puede explicarse mediante el concurso de las solas leyes naturales.
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