El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Es cierto que en el mundo existen poderosas obras de fortificación que intentan oponer resistencia al avance del reino de Dios, pero serán demolidas finalmente por unas armas espirituales superiores.
En la Biblia únicamente se menciona el ébano en una ocasión, en el libro de Ezequiel.
Los cristianos necesitaban defender su fe continuamente para no contaminarse, ni caer en errores religiosos.
La Escritura tiende a clasificar los distintos animales de manera diferente a como lo hace la zoología clásica.
Si la Biblia fuera una gran mentira inventada por los hombres, realmente la humanidad estaría ante un gran problema porque, de hecho, es el único libro que nos habla de trascendencia, de eternidad y de cómo formar parte de ellas.
En la Biblia no se habla en absoluto del mítico dragón alado imaginado por tantos pueblos, con una cresta en la cabeza, enormes garras y capaz de echar fuego por la boca.
La labor de la ciencia no tendría que paralizarse al aceptar la existencia de un Dios creador. Se dice que la Biblia no es un libro de ciencia; sí lo es.
Son unas de las aves más inteligentes que existen y hasta son capaces de usar herramientas rudimentarias para lograr su alimento o jugar con la nieve.
En el Antiguo Testamento el corzo se incluye entre los animales comestibles (Dt. 14:5; 1 R. 4:23) y, además, se consideraba elegante, delicado, inocente y veloz.
La fe en Jesucristo y los valores que de ella se desprenden están siendo cuestionados y atacados en la actualidad por las nuevas formas de ateísmo.
En algunos lugares se les consideraba sagrados ya que se creía que eran reencarnaciones de las personas que morían en el mar.
Los seguidores de Jesús descubrieron que aquellas antiguas leyes de pureza y dietética habían quedado obsoletas después de la muerte y resurrección del Maestro.
La Biblia se refiere al comino en dos ocasiones. En la parábola del labrador y en el evangelio de Mateo.
El pueblo que caminaba por el desierto era mantenido en todo momento por el Eterno y disponía de lo necesario para vivir. Sin embargo, a nada de esto le daban valor.
Se sabe que este enorme reptil habitó las tierras bíblicas porque se han encontrado restos óseos en cavidades del monte Carmelo.
El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el diablo.
Jesús, clavado en el madero, derramó también su sangre carmesí para dar vida abundante a todos sus hijos.
Estas aves han sido desde siempre un símbolo de belleza y fidelidad debido, sobre todo, a la blancura de su plumaje y a su monogamia.
Todo aquello que los humanos no pueden hacer, lo sigue realizando el Creador cada día.
Los animales siguen siendo aquello que están llamados a ser, pero el pueblo de Israel ha roto su relación con Dios.
Muchos creen que la naturaleza se ha creado a sí misma. Sin embargo, desde los días de Job hasta el presente, millones de personas pensamos que eso es imposible.
Por trágica que sea esta situación mortal, hay una luz al final del túnel.
Son capaces de ver su camino en el cielo y seguirlo fielmente. No sólo nos dan ejemplo a las personas sino que evidencian la sabiduría de un Dios omnipotente.
El buen sentido común y el adecuado discernimiento espiritual deba acompañar siempre al verdadero testimonio cristiano.
Los cedros del Líbano pertenecen a la familia de las Pináceas y, tal como su nombre indica, son propios de los montes del Líbano, Siria y el Sureste de Turquía.
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