El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La labor de la ciencia no tiene por qué paralizarse porque se acepte la creencia en un Dios creador.
Lo importante de la ley, dice Calvino, no es tanto su contenido, ya que este varía según las circunstancias históricas, sino que sirva a los objetivos políticos queridos por Dios, es decir, a fines buenos y verdaderos.
El idealista ha de ser fiel a su ideal hasta las últimas consecuencias del tiempo. Éste es, también, el consejo de la Escritura: “Se fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida” (Apocalipsis 2:10).
Lo pequeño siempre me ha parecido bello. La escala de tamaños suele ser relativa en el universo. El macrocosmos es comparable al microcosmos, quizás porque a Dios le seducen las matemáticas.
El biólogo Antonio Cruz analiza los dilemas éticos del último avance en técnicas de reproducción asistida implementado de forma legal en Reino Unido.
Confundir amor con sexo es una de las grandes tragedias que está padeciendo este siglo XXI.
Para Calvino, Dios quiere la vida política, pero ello no significa divinizar este ámbito porque la sociedad política sigue siendo provisional, imperfecta.
Mahoma se distingue de Jesús, entre otras muchas cosas, porque no repudió el uso de la violencia sino que aceptó la guerra santa o yihad.
Actualmente hay cristianos que están muriendo por su fe, mientras otros parece que estemos hibernando como los osos o viviendo del recuerdo de tiempos pasados. ¿Cuándo despertaremos de este sueño invernal?
El ideal rompe las barreras del miedo y de la duda y se mantiene firme a pesar de las dificultades que se le opongan. Así lo concibe Don Quijote.
Oscura en su misteriosa grandeza, la figura de Prometeo ha sido admirada a través de los siglos y ha inspirado a músicos, dramaturgos y poetas tales como Dante, Milton, Byron, Goethe y otros muchos.
Vamos a destacar la complejidad del pensamiento del teólogo Calvino, y a valorar como valiosas las tensiones y dilemas irresolubles que encontramos en su obra.
En este tercer milenio no va a ser posible ser cristiano, sin serlo radical y apasionadamente.
El ideal, para que tenga fuerza de Dios, para que sea agente transformador de corazones y regenerador de conciencias, ha de contar con la estrella, con la gloria.
Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, por los corzos y por las ciervas del campo, que no despertéis ni hagáis velar al amor, hasta que quiera (Cantares 2:7).
Hay discípulos suyos esparcidos por toda América Latina como pastores o educadores teológicos o misioneros transculturales en varios continentes.
Penélope ha quedado en la historia y en el arte como heroína de una sociedad ideal, representante femenina de la astucia, la lealtad y la tenacidad.
La experiencia de la migración no tiene por qué ser necesariamente el factor fundamental del fracaso escolar y personal.
La transformación interior es condición indispensable para que el ideal arraigue. Dios se transforma en niño para dar ejemplo de humildad al hombre. Y le dice que si él, a su vez, rehuye volverse niño, no entrará en el reino de los cielos.
Parecía que, por fin, ateos y creyentes iban a hacer un esfuerzo por entenderse. Se programó un encuentro mundial en que cada una de las partes iba a ceder en todo menos en lo que considerasen verdaderamente fundamental. De los parlamentos de ambos extraemos un resumen.
Es difícil describir la emoción que experimento cada vez que consigo enfocar, en el visor de mi cámara, una criatura aparentemente tan frágil como ésta. Inconscientemente, dejo de respirar un segundo antes de cada disparo.
¿Puede amarse a más de una mujer? ¿Puede partirse el corazón en tantos pedacitos? Deseo no es amor. Sexo no es amor. Aventura de cama no es amor.
Los ataques terroristas en Francia generan preguntas que la sociedad tendrá que responder sobre convivencia, libertad de expresión y de conciencia en el continente europeo.
Hay un sentimiento de rechazo en Europa entre quienes temen estar siendo invadidos silenciosamente por un ejército de inmigrantes con idiomas, creencias y culturas diferentes a la suya.
“Pero los que esperan al Señor tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” (Is. 40:31).
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