El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La necesidad de ser amados siempre ha estado inscrita en nosotros.
El cine captó el horror de un conflicto, que lejos de exaltar los grandes ideales, mostró la podredumbre humana.
Quiero recordarme a mí misma y a todos vosotros el modo de amar a alguien difícil, del mismo modo que nos ama Dios a nosotros.
Un virus raro ha atacado a vuestro hijo que le hace soñar cosas y que según parece es altamente contagioso.
No son acciones realizadas como meras “obras de caridad”; tampoco son obras para incrementar el número de “adeptos” a nuestras iglesias, sino obras que nacen de un corazón amante del Jesús de los Evangelios.
Nunca está de más meditar en esta paráfrasis de uno de los capítulos más conocidos de la Biblia, 1 Corintios 13.
John Harper renunció a su propia vida para que otros pudieran ser salvos.
Nunca nos tocó nada… miento, creo que tuvimos mucha suerte, porque tuvimos el mejor premio posible. Tener una familia numerosa y que permanezca unida.
En ausencia del amor todo tiene fecha de caducidad.
Las cosas que edificamos sobre anhelos egoístas y con una conciencia carente de sentido, con el tiempo se vuelven banales y molestas. Nos incomodan hasta que desaparecen.
Tal ‘primer amor’ no es el mero sentimiento humano que genera historias románticas, poemas, novelas; y que, a menudo, termina en profundos dolores, separaciones, malos tratos y hasta crímenes y suicidios.
Hemos de saber que Dios no solo cuida de sus hijos, también cuida de su creación y así exige a los seres humanos que cuidemos de los animales que también son creación suya.
Si Dios fuese interesado dejaría de ser ilimitado. Se duele con todo lo malo que puede ocurrirle al ser humano y se alegra con todo lo bueno que le sucede.
Si, como decía Agustín, ante todo somos seres que aman, eso es algo que nos expone de formas inimaginables.
La ceguera de George Matheson le llevó a escribir algo infinitamente bello que nos hace acercarnos al amor más grande que pueda existir, el de aquel que dio su vida por la nuestra.
Algunos lo comprenden cuando ya han pasado demasiados años; otros terminan su vida, incluso, sin querer reconocer que sin amor no somos nada.
A pesar del mal existente, la creación sigue alabando a Dios y evidenciando su infinita inteligencia.
Hasta que un día Eva dijo a Adán “tenemos que hablar”.
No hay prepotencia que valga, no necesitamos “pendencieros cristianos”, no hay humillaciones que dignifiquen a nadie, no hay desprecios al hermano que edifiquen.
Es bueno recordar, especialmente en esos momentos en los que podemos observar la crudeza de nuestro propio ser, lo que dice la Biblia sobre el amor de Dios.
Amar intencionalmente es un acto de testimonio evangelistico supremo.
Si buscamos en la vida, como Monroe, nuestra identidad y realización en el trabajo o una relación amorosa, para conseguir autoestima, seguiremos siempre frustrados.
Leo en las manos de Cristo lo que soy, una marca de dolor que él lleva muy cerca y a la cual no mira con desaprobación.
Cuando se ama lo que Dios ama, tal amor es deseable y cuando se ama lo que Dios odia, tal amor es detestable.
Pido a Dios que me ayude a, no solo sentir, sino demostrar el amor que llevo dentro.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.