Enfermos de amor por el amado

La historia del Cantar de los Cantares es una historia de amor en estado puro, sin duda alguna es uno de los poemas más bellos jamás escrito. Esta mujer enamorada del rey Salomón es una apasionada de su amado al que persigue incesantemente hasta encontrarlo en su lecho de amor. En esta historia también vemos la reciprocidad de su amado piropeando a la novia y abrazándola en su cámara de amor más íntima.

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Cuando el apóstol Pablo nos exhorta acerca de la relación conyugal como Dios manda, concluye su interesante argumento diciendo “Grande es este misterio, más yo digo esto de Cristo y la Iglesia” (Efesios 5:32). Y esta analogía nos lleva a considerar también a Cristo como el Esposo eterno y a la Iglesia como la Novia pura y sin macula que finalmente será presentada en las bodas del Cordero para celebrar un enlace glorioso. (Apocalipsis 19:6-10)

La expresión tan dramática de la sulamita “estoy enferma de amor” (Cantares 2:5) nos habla de un amor incontenible y desesperado. Y esta clase de pasión también la detecto en las mujeres que seguían a Jesús fervientemente y le servían con sus bienes (Lucas 8:1-3). También en el equipo apostólico en su etapa más madura se les ve dispuestos a todo incluso a morir por amor de Jesús. También en Esteban el primer mártir de la Iglesia y en el apóstol Pablo, el intelectual más apasionado de su época con declaraciones extremas: “Todo lo he estimado como basura, por amor de Cristo”. (Filipenses 3:7-14)

Ciertamente asistimos a una época donde observamos un cristianismo a la carta además de superficial y devaluado. Pero también observo en diversos sectores internacionales incluido nuestro país, a una generación emergente que discierne las señales de los tiempos que le ha tocado vivir y son miles que están consagrando sus vidas a la misión redentora de la Iglesia y también a un seguimiento apasionado del Maestro rindiéndole sus vidas y su mejor adoración de manera sostenible.

Este creciente remanente mundial de “enfermos de amor” por el Esposo nos invitan a la esperanza como precursores de un poderoso avivamiento transversal en todas las direcciones, que será incontrolable por los aparatos institucionales y denominacionales y sino vivir para ver lo nunca visto amigos.

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¿Serás tú uno/a de ellos de los que siguen al Cordero hasta sus últimas consecuencias, preparando el Camino del Señor en su pronta venida, ahora más cerca que nunca antes, por todo lo que ya estamos viendo y viviendo?