Oramos a Dios para que en su misericordia se produzca cuanto antes el efecto Nínive entre nosotros y seamos testigos de una poderosa visitación divina.

Dios, el autor intelectual de nuestra existencia, nos ha enseñado a amar la vida.

Los cristianos renacidos y confesos somos como versos sueltos del verdadero himno a la alegría, que fluye de un alma redimida y eternamente agradecida por la impagable dicha de la salvación.

Éxito es definitivamente llegar a conocer y realizar la voluntad de Dios para nuestra vida.

Hablar con Dios es mucho decir, pero es maravillosamente posible.

Doy gracias a Dios por el postrer Adán, el que no sucumbió ante las fascinaciones del tentador; este es el que por su perfecta obediencia ha devuelto la esperanza de salvación a millones de seres humanos.

La urgencia de la salvación para la gente que nos rodea nos viene dada por el mismo Señor Jesús, su misión redentora y su encargo solemne a sus discípulos para el cumplimiento inmediato de la gran comisión nos muestra el celo y la pasión de Dios por los perdidos.

Habiendo navegado por los mares de casi todo tipo de discusiones bíblicas de altura y de bajura en todos estos años, prefiero quedarme con la Sola Escritura.

Aprendamos a vivir con el necesario contentamiento con lo que tenemos, confiando el día a día a nuestro Dios para el sustento y el abrigo.

Todas las iglesias del primer siglo estaban imbuidas de la sensación del inminente retorno de Cristo.

¿Estamos dispuestos a asumir los cambios estratégicos que el Señor quiera mostrarnos para llegar más lejos y ser más eficientes de lo que lo estamos siendo hoy para alcanzar a los perdidos?

No podemos llegar tarde para orientar y empoderar a la generación del relevo que debe liderar a la Iglesia.

El antivirus del miedo es la valentía, que en la experiencia cristiana nos viene dada por la Divinidad como una fortaleza interior capaz de afrontar amenazas imprevisibles.

De lo que se trata es de ver en cada ser humano muchos de los reflejos de la imagen de Dios en cada uno de ellos.

El verano es un tiempo bonito y desenfadado en muchos aspectos, pero también es un tiempo espiritualmente peligroso, con carteles imaginarios en todas partes, de licencia para pecar a tuti pleni.

 Sustituir la fe en Dios por la fe en lo puramente material nos podría abocar a la más terrible soledad existencial y espiritual que pudiéramos imaginar.

La historia es conducida por la invisible y poderosa mano de Dios, a pesar de nuestros múltiples errores y contradicciones.

Quisiera capturar el espíritu más benigno y la enseñanza más práctica y positiva de una tradición viva, como es el congregarnos en el día del Señor.

Nuestros hijos, nietos y nuevas generaciones se van a encontrar un mundo cada vez más deshumanizado.

Mientras escuchaba al predicador, me llegué a sentir totalmente concernido por lo que estaba hablando y horas más tarde le entregaba mi vida a Cristo.

Tenemos que aprender a mantener relaciones sanas y transparentes con nuestros hermanos, con nuestras familias y con nuestros amigos.

Amar intencionalmente es un acto de testimonio evangelistico supremo.

Hemos de aprender a luchar contra la pasividad y contra lo deliberadamente pecaminoso.

En estos juicios de valor tan distorsionados somos capaces de llamar a lo malo bueno y de justificar lo indigno, o incluso lo injustificable.

Durante todos estos años he podido observar y analizar a muchos pastores desarrollando sus funciones pastorales eficientemente, de quienes también he aprendido mucho.