El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
En menos de un minuto, muchos de nosotros decidiremos responder con el bien el mal, con la poderosa fuerza del amor de Dios que ha sido derramado en nuestros corazones.
El mundo entero está sumido en la más densa oscuridad espiritual por haberse desconectado de la fuente de Vida y de Agua Viva.
Es altamente llamativo que en medio de una situación tan desesperante para la humanidad estos 144.000 se mantengan como personas completamente íntegras.
Me parece muy interesante el proverbio salomónico que nos dice “que el alma generosa será prosperada”.
Equilibrio significa, orden, armonía y también libertad en nuestro culto personal y colectivo, y esta clase de libertad se manifiesta con espontaneidad y expresividad.
El tiempo pone a prueba todo lo existente y, en cuanto a nosotros se refiere, tiene dos efectos muy diferentes: que fácilmente nos endurece y difícilmente nos enternece.
Me anticipo a decir con todo mi corazón que bienvenido sea el día de Su poder sobre todos nosotros.
Oramos a Dios para que en su misericordia se produzca cuanto antes el efecto Nínive entre nosotros y seamos testigos de una poderosa visitación divina.
A día de hoy, no podemos ignorar el gran conflicto espiritual en el que estamos envueltos.
Me pregunto por qué nos distraemos tanto en mil y una historias que consumen nuestro precioso tiempo.
El Dios nuestro que nos acompaña aun en las pequeñas cosas también nos da buenas ideas para solucionar problemas y situaciones personales.
No se trata de números ni de los múltiples recursos humanos sino de los sorprendentes y maravillosos recursos divinos.
La trompeta divina de la movilización evangelística suena con fuerza. Dios ama a esta perversa generación y quiere rescatar a muchos, antes que la nave de esta humanidad perdida se hunda en el mismo infierno.
Somos tan humanos y, a la vez, vasos de barro utilizados soberanamente por el mismo Señor, que debemos estar apercibidos de los dardos de fuego del Maligno respecto de las dudas que asaltan nuestras almas.
Algunos pensamientos respecto a ciertos fallos en nuestra conducta ética en general, según observo a lo largo de los años, con esta breve autocrítica.
Hoy más que nunca están viniendo millares y millares de personas a la fe y a la salvación en Cristo en todos los continentes, como nunca antes en todas las generaciones anteriores.
¿Cómo ves a las personas que te rodean? ¿Las ves con los ojos de Jesús, con la necesaria compasión por su precario estado espiritual y sus profundas necesidades?
Necesitamos una verdadera revelación de cómo podemos llegar al corazón de nuestra gente, porque no existe ninguna cultura o grupo de personas inaccesible al Evangelio de Jesús.
La crueldad y la perversidad, en sus más variadas formas, son el pan nuestro de todos los días.
La importancia de despegar y aterrizar con éxito en este tiempo estival.
Quiero proponeros que juntos nos regocijemos en el Señor siempre: ser cristiano es una dicha, además de una bendición excepcional, que merece ser disfrutada.
Cuestionar los milagros tanto de antaño como en la actualidad, sería como cuestionar a Dios mismo y su naturaleza intrínseca.
En mi humilde radar espiritual percibo un claro sentido de urgencia de parte del cielo para la inminente venida del Señor.
Quiero expresar mi más sincero respaldo a las iglesias de nueva generación que manifiesten su total compromiso con Cristo y quieran mantenerse fieles a Dios en una vida de fe y santidad radical.
El Espíritu de Cristo me hace pensar en una respuesta de amor demostrativo a favor de los más necesitados.
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