El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El nombre que los judíos le daban al almendro, shaked, que significa “vigilante” o “despierto”, hace alusión asimismo a la singularidad de ser el primer árbol que anuncia la primavera.
¿Por qué, a pesar de alimentarse de cadáveres en descomposición, los buitres no se enferman?
En la Biblia aparece el ajenjo en relación con las consecuencias amargas que comporta volverle la espalda a Dios u olvidar sus mandamientos.
La alheña sólo se cita dos veces en el Cantar de los Cantares (Cnt. 1:14 y 4:13) en relación con la belleza, la fragancia y el amor.
Tanto en el AT como en el NT se menciona frecuentemente al águila en imágenes y comparaciones.
Solamente hay una cita en la Biblia que se refiera al algodón (Est. 1:6), aunque la mayor parte de las versiones castellanas lo traducen como lino.
Se puede decir que hace alrededor de 5.500 años ya se criaban caballos en Kazajistán, país de Asia Central, y se usaban para montar, se consumía su carne así como su leche.
La madera de acacia es ligera pero muy resistente y duradera, de ahí que fuera usada por los hebreos en la construcción del Tabernáculo y del Arca de la Alianza (Ex. 25:5; Dt. 10:3).
Es considerada en la Biblia como animal abominable que no se debía consumir pues, en ocasiones, busca los insectos de que se nutre entre los excrementos de otros animales.
Se creyó que los abetos no existían en las tierras bíblicas. Sin embargo, en el monte Hermón, que se eleva a 2.814 metros sobre el nivel del mar, y en sus elevadas laderas existen hasta el presente numerosos abetos.
A pesar de las muchas connotaciones negativas que pudieran dárseles a tales aves, lo cierto es que son imprescindibles para los ecosistemas actuales.
El salmista permanece despierto durante la noche, mientras los demás moradores de la casa duermen tranquilamente. Se identifica con los solitarios búhos.
Sus cuernos eran temibles y su fiereza, fuerza y peligrosidad estaban fuera de toda duda.
La idea de la encarnación de Jesús sigue siendo algo tan extraordinario que ha marcado no sólo la historia de Occidente, sino la de toda la humanidad.
Algunos virus son “buenos” ya que ayudan a nuestro desarrollo intestinal, participan en el crecimiento del sistema nervioso, otros pueden usarse para combatir el cáncer o el sida y también contribuyen a formar la placenta.
¿Podrá la ciencia dar una explicación del origen del universo, sin necesidad de Dios?
En las tierras de la Biblia hay millones de arañas que pertenecen a varios cientos de especies diferentes.
Si las genealogías judías mencionaban solamente a los varones cabezas de familia, la de Jesús incluye también a las féminas más discriminadas de la sociedad.
En la versión Reina-Valera (1960) de la Biblia, el término hebreo hadás se tradujo en unas ocasiones por “arrayán”, mientras que otras veces aparece como “mirto”.
En Israel existen numerosas especies de plantas que presentan espinas punzantes.
Débora significa “la abeja”, animal considerado por los hebreos como ordenado, sabio y laborioso.
Los álamos aparecen en la Biblia en pocas ocasiones, sin embargo, uno de estos pasajes es muy interesante desde el punto de vista científico.
La Biblia se refiere también a las algarrobas en el evangelio de Lucas, a propósito del relato del hijo pródigo (Lc. 15:11-32).
En la Biblia, los ajos se mencionan en una sola ocasión (Nm. 11:5), a propósito del recuerdo nostálgico de los israelitas en su peregrinación por el desierto.
A veces, nuestros prejuicios personales hacen que las algas se nos enreden en la cabeza y nos traicionen.
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