Bella Baxter o la moderna progre

“Hombre y mujer los creó” (Génesis 1:27)

Hace más de 200 años, una mujer escribió una de las novelas más importantes y profundas de la historia de la literatura. Motivada por un reto que un grupo de amigos se impuso: escribir el mejor relato de terror y compartirlo. Mary Shelley materializó su inolvidableFrankenstein o el moderno Prometeo, que sigue influyendo y siendo referencia para todo aquel que quiera abordar temas como el jugar a ser Dios, si en nombre de la ciencia hay líneas morales o éticas que no se pueden cruzar, o las relaciones entre criatura y creador. El material de la novela es realmente inabarcable, fruto de una madurez por parte de su autora que hoy día aún sorprende.

[ads_google]div-gpt-ad-1623832500134-0[/ads_google] 

Lanthimos, infatigable provocador, en Pobres Criaturas nos presenta a Bella Baxter (una desinhibida y desmesurada Emma Stone) a quien el Dr. Godwin Baxter (una caricatura de William Dafoe) ha devuelto a la vida insertando en ella el cerebro de un feto. Asistimos por lo tanto al despertar de esta extraña joven cuyo cuerpo no se corresponde con su intelecto.

De la pobre propuesta (sí, ya lo sé, tiene 11 nominaciones a los Oscar, mérito de una agresiva campaña de marketing y de, junto a Barbie, subirse al barco del neofeminismo que solo tolera el pensamiento único) solo destaco 2 momentos: en el primero de ellos Bella es seducida por la voz de Carminho, que está cantando en un balcón su fado O quarto, los decorados que representan Lisboa (buena parte de la película se ha representado como si la estuviéramos viendo a través de los ojos de Bella, que, aunque con cuerpo de mujer, es una niña), la expresión de Emma Stone en ese momento al sobrecogerse por tanta belleza, consiguen una secuencia realmente hermosa. El otro momento que destaco es el de Bella descubriendo un asentamiento de pobres al que nadie quiere hacer caso, su reacción de incomprensión y de impotencia porque esas personas no puedan tener lo necesario para llevar una vida digna, emociona. Son dos momentos que en ese viaje iniciático que es la película simbolizan atributos que nos hace humanos, que nos diferencian de las demás criaturas. 

Si ese hubiese sido el tono y la intención de este cuento gótico, la capacidad de un director tan personal como el griego sin duda hubiera conseguido una obra de una utilidad atemporal. Por el contrario, su pretensión y preocupación es señalar, no lo que nos distingue como humanos, sino lo que nos convierte en animales. 

Bella es una niña que no tiene vergüenza alguna, que no se corta ante nadie y expresa las cosas sin cuidado alguno. Que cuestiona cualquier tipo de convencionalismo, huye de lo políticamente correcto y rechaza cualquier autoridad. En ese derrumbe de lo que la civilización ha ido estableciendo para poder convivir, es cierto que podemos encontrar alguna denuncia pertinente, por ejemplo, la de que un mismo comportamiento sea visto de una manera muy diferente por los demás, dependiendo de cual sea el género; pero la invitación que la película hace de romper todo corsé y ser almas libres dejándonos llevar por los deseos y placeres carnales como única motivación vital, está argumentada al nivel de la edad del cerebro de la pobre criatura. 

[ads_google]div-gpt-ad-1623832402041-0[/ads_google]

No deja de ser curioso que las dos exitosas apologías neofeministas recientes hayan tenido que recurrir a una muñeca, Barbie, que nos invita a jugar al mundo al revés, y un monstruo, Bella, cuya lucidez contrasta de forma radical con la de Mary Shelley y su útil y atemporal obra maestra. 

[analysis]

[title]Por un año más[/title]

[photo][/photo]

[text]¡Protestante Digital te necesita! Tenemos por delante un gran reto económico. Por eso, hoy te invitamos a ser parte comprometida de esta misión y desafío para asegurar y potenciar la continuidad de Protestante Digital y Evangelical Focus en 2024.

Puedes encontrar más información en apoya.protestantedigital.com.

[/text][/analysis]