Las legumbres en el Nuevo Testamento eran el alimento preferente de los creyentes espiritualmente débiles, que se negaban a comer de todo por motivos religiosos.
Mejor es la comida de legumbres donde hay amor,
que de buey engordado donde hay odio. (Pr. 15:17)
Las palabras hebreas zeroim, y zereonim, significan “semillas” en general y aparecen en diversos pasajes bíblicos.
Dichos términos fueron traducidos al griego de la Septuaginta por ospria, y spérmata, . Mientras que la Vulgata latina los recoge como leguminae. En realidad, las legumbres son las semillas contenidas en las plantas leguminosas (familia Fabaceae), tales como los garbanzos, las alubias (o judías, frijoles, habichuelas, etc.), las habas, los guisantes, las lentejas, etc.
La Biblia se refiere a las legumbres a propósito del alimento con que Dios bendijo a Noé y a sus hijos después del diluvio (Gn. 9:3). Era habitual poseer huertos donde se las cultivaba con esmero (1 R. 21:2).
Aunque se consideraba que constituían un alimento humilde que no se podía comparar con la carne de los bueyes engordados (Pr. 15:17).
A pesar de lo cual, se reconocía que la dieta de legumbres era mejor y más saludable que la de carnes, de ahí que fuera elegida por Daniel y sus compañeros, deportados a Babilonia (Dn. 1:12, 16).
Tenemos aquí la primera dieta vegana de la historia. Además, las comidas de la corte pagana habían sido sacrificadas a los ídolos (Dt. 32:38) y estaban prohibidas por la Ley mosaica (Lv. 3:17).
Las legumbres también figuran en el Nuevo Testamento como el alimento preferente de los creyentes espiritualmente débiles, que se negaban a comer de todo por motivos religiosos (Ro. 14:2). Pablo se refiere a este comportamiento con el fin de enseñar que no se debe juzgar al hermano.
Las leguminosas y los cereales fueron los primeros vegetales que cultivó el ser humano hace unos diez mil años, en el Cercano Oriente. Se han encontrado fósiles de semillas de trigo, cebada, lentejas y guisantes de esa época, lo que indica que eran especies ya domesticadas.
Mientras que las habas se empezaron a cultivar más tarde, alrededor del cuarto milenio antes de Cristo (ver HABAS). En el Génesis se narra la historia de Esaú, quién vendió su primogenitura por un guisado de lentejas (Gn. 25:34).
Asimismo, los egipcios y romanos las apreciaban mucho, se dice que en el mismo barco que transportaba un obelisco desde Egipto a Roma, en tiempos del emperador romano Calígula, se cargaron también 840 toneladas de lentejas.
Algunos pueblos antiguos no sólo consumían legumbres sino que también las veneraban como si fueran un tesoro. Estas semillas se han encontrado en las tumbas de los faraones egipcios y en las de los aztecas, entre los tesoros con los que solían sepultarlos.
Los griegos y romanos las ofrecían a sus respectivas divinidades. El gran aprecio que se les tenía a tales vegetales se ve incluso en algunos nombres que los romanos imponían a las personas: Fabio viene del latín faba o haba; Cicerón proviene de cicer o garbanzo; Lentulus de lenticula o lenteja y, en fin, Piso viene del latín pisum o guisante.
Las legumbres son un grupo de alimentos muy homogéneos que se desarrollan dentro de vainas rectas y carnosas. Estas vainas presentan una cara interna esponjosa, aterciopelada y blanquecina que envuelve a las semillas. El tamaño de éstas puede variar según las especies.
La legumbre más grande del mundo posee vainas que pueden alcanzar los dos metros de longitud con semillas no comestibles de forma acorazonada, de color marrón oscuro y de unos 6 cm de diámetro por 2 cm de grosor.
Es la llamada “escalera de mono” (Entada gigas) que es una planta trepadora propia de las selvas tropicales de América Central y África.
En general, las legumbres son ricas en nutrientes ya que poseen entre un 20% y un 25% de su peso en proteínas. Este porcentaje aumenta en los cacahuetes y la soja, llegando hasta el 38%.
La cantidad de hidratos de carbono que suelen poseer de media es del 60%; así como entre el 11% y el 25% de fibra dietética; y micronutrientes importantes como hierro, cobre, níquel, carotenoides, vitamina B1, niacina o ácido fólico.
Las legumbres tienen bajo contenido en grasas y ayudan a bajar el nivel de colesterol en sangre.
De manera que, aunque durante algún tiempo se las llamó despectivamente “carne del pobre”, en relación a la verdadera carne que se consideraba como un lujo para personas pudientes, lo cierto es que las legumbres siguen siendo un excelente alimento.
El texto bíblico de Proverbios, que encabeza esta entrada de las legumbres, afirma que “mejor es la comida de legumbres donde hay amor, que de buey engordado donde hay odio (15:17).
Alguien podría pensar, no obstante, que lo mejor de lo mejor sería el buey engordado donde hubiera también amor. Sin embargo, el dilema no es ese. Lo que pretende el autor es que se elija entre el amor y la buena comida.
Entre los sentimientos y los apetitos. Entre lo espiritual y lo material. Desde luego, siempre será más importante el amor porque sólo él es capaz de cubrir todas las faltas y errores humanos (Pr. 10:12; 1 P. 4:8)
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