Los libros que hablan

Agustín de Hipona decía en sus Sermones que cuando oramos, hablamos con Dios; más cuando leemos, es Dios quien habla con nosotros.

Y, en efecto, así es mientras se escudriña la Escritura bíblica con la mente y el corazón abiertos, que es el texto al que se refería el gran teólogo medieval.

Lo malo es que, a veces, se enmudece a la divinidad y resulta que la Biblia parece hablarle a los sordos, cuando se la escucha pero no se le hace caso o se la pretende distorsionar para que diga aquello que nos conviene en cada momento.

Aunque hoy no quiero referirme a este tipo de sordera espiritual sino, más bien, a todo lo contrario.

Se están poniendo de moda en el mundo los llamados “audiolibros”. Textos que la mercadotecnia del XXI ha conseguido convertir en sonido. Libros hablados que facilitan el esfuerzo para entrar en ellos.

A unos gustan y a otros no tanto pero lo cierto es que ya están ahí y auguran un mercado en ascenso. Primero se nos regalan para seducirnos, luego habrá que pagarlos como es lógico.

Cuando los activas, aparece una ventana con los datos del libro, así como una relación de la sección o capítulo en que se encuentra la narración. Se puede avanzar o retroceder capítulos, ir al principio y al final, pausar o avanzar, etc.

Lo que, de momento, no se puede hacer es “bobinar/rebobinar” como con los antiguos cassettes. O sea que, si te pierdes, tienes que localizar a ojo el punto en que estabas desde el principio del capítulo. Tampoco hay manera -al menos yo no la conozco- de pasar el audiolibro a formato mp3 o al revés.

Los audiolibros divulgan su contenido a quienes no les gusta leer, o no pueden hacerlo por diversas razones, o tienen que realizar otras tareas a la vez que no requieren demasiada atención, o sencillamente les gusta escuchar.

Dicho todo esto, os presento mi primer audiolibro Nuevo ateísmo, que apareció ya en formato de texto y también digital hace un par de años, pero que ahora se puede escuchar en la agradable voz de Joan Espinosa. ¡Deseo que lo disfrutéis!