El reloj de la Luna

Dice el salmista que Dios "hizo la Luna para los tiempos" (Sal. 104:19).

Tomé esta imagen de la Luna llena desde mi balcón en Terrassa (Barcelona), con un teleobjetivo de 500 mm, el pasado lunes 14 de noviembre.

Ese día coincidía con el perigeo lunar, el momento en que el satélite se encontraba más próximo a la Tierra. Exactamente a 356.511 kilómetros del centro de nuestro planeta.

Se le llama “superluna” porque coinciden dos cosas: la luna llena y el perigeo (mínima distancia a la Tierra). Esto hace que pueda verse un 14% más agrandada de lo habitual.

Tal como afirma el salmista, la Luna ha permitido a la humanidad medir el tiempo con notable exactitud y también reflexionar acerca del cosmos.

Ante la monotonía diaria del ciclo solar que separa el día de la noche, las fases lunares supusieron un patrón mensual que le permitió al ser humano anticipar y predecir el futuro.

Gracias a la Luna el tiempo puede dividirse en estaciones y, por tanto, la caza, la siembra o el trabajo en general es susceptible de planificación previa. El cambiante satélite es verdaderamente como un enorme y preciso reloj para medir la vida de los mortales.

Algunos pensadores de la antigüedad, como Parménides que nació 540 años antes de Cristo, llegaron a importantes conclusiones observando la Luna.

Este filósofo de Elea se dio cuenta de que el satélite no tiene luz propia sino que refleja los rayos solares y así lo escribió en un poema:

Brillante en la noche con el regalo de su luz

Alrededor de la Tierra vaga,

Por siempre dejando que su mirada

Se vuelva hacia los rayos de Helios.

Este descubrimiento astronómico de que la Luna siempre mira al Sol fue lo que permitió a Anaxágoras ofrecer una explicación científica de los eclipses y, posteriormente, otros astrónomos entendieron que los astros interactúan entre sí y que no todo gira en torno a la Tierra.

Ésta no es el centro físico del universo porque éste carece de centro. Lo cual no impide que el planeta azul siga siendo en realidad el centro neurálgico del cosmos, desde la perspectiva de la información, la vida, la inteligencia y la capacidad para hacer ciencia.