De vez en cuando leo, lógicamente, algunas publicaciones sobre la pobreza. Pues bien, leyendo un libro cristiano sobre este tema, me he encontrado con una canción de Atahualpa Yupanqui que me ha llamado mucho la atención. Es posible que la haya escuchado alguna vez sin prestarle demasiada atención. No lo sé, pero la letra de esta canción es bastante llamativa. Se pregunta sobre Dios. Parece que no sólo quiere saber con quién está el Todopoderoso, sino que lo supone. Me dio pena. Él cree que Dios está con los patrones, con los poderosos. Almuerza con ellos sus apetitosos manjares. ¿Será posible que en nuestras sociedades haya personas que ven así a Dios? La letra de esta canción dice:
“¿Que Dios vela por los pobres?
Tal vez sí y tal vez no...
Pero es seguro que almuerza
En la mesa del patrón”.
Atahualpa Yupanqui, te equivocas. Realmente no conoces las prioridades del Dios verdadero. Sin embargo, Atahualpa, yo sé lo que te pasa, yo puedo imaginar cuál era la causa de tu equivocación. Quizás nunca te has fijado seriamente en el Dios de la Biblia, no has leído bien los Evangelios. Si no, sería imposible, Atahualpa, que hicieras esa afirmación. Pero
sé lo que te ha ocurrido: No has mirado a Dios, has mirado a los religiosos, a los que algunos llaman representantes de Dios en la tierra. ¡Y muchas veces no son sus representantes, Atahualpa! Quizás se representan solamente a sí mismos. Es verdad que ellos comen más en las mesas de los patrones que en las casas de los pobres desposeídas de los manjares que se ponen, injustamente, sólo en las mesas de los poderosos de la tierra. Sí, Atahualpa: No todos los que se llaman representantes de Dios lo son. No.
Atahualpa: ¿Conoces la vida de Jesús, sus prioridades, sus estilos de vida? ¿Sabes que se sentó a comer con pecadores y publicanos, que habló del banquete del Reino de los Cielos en donde se forzaría a entrar a los pobres, los lisiados, enfermos, desarrapados, proscritos y desclasados? No, Atahualpa, a Jesús no lo vas a encontrar sentado en las mesas de los acumuladores, de los que están almacenando más de lo que necesitan. Jesús, a éstos, les llamó necios. Es más: los condenó y les dijo que no disfrutarían de esos almacenamientos injustos. Recuerda, Atahualpa, lo que Jesús dijo a esos necios egoístas: “Necio: esta noche vienen a pedirte tu alma, y lo que has almacenado, ¿para quién será?”.
En España, Atahualpa, a pesar de que decimos estar en el primer mundo, tenemos muchos pobres, desahuciados, alrededor de un millón de familias donde todos están en paro, 25% de desempleo... ¿y los jóvenes? Más del 50% no encuentra trabajo.
¿Sabes, Atahualpa?
Me da vergüenza decírtelo, pero ahí va: Muchos niños en España pasan hambre y van a la escuela sin desayunar. Para colmo, a muchos de estos niños les han quitado la beca de comedor. Es igual en Cataluña que en Andalucía u otras de nuestras Comunidades Autónomas. ¿Tú crees, Atahualpa, que en estas situaciones, Dios se va del lado de estos niños y se dirige a almorzar con los patrones y acumuladores injustos? No, Atahualpa, no. Quizás Dios se quede sin comer y se siente al lado de estas criaturas, estos pequeños, sufriendo su hambre. Dios no es un glotón, ni un buscador de mesas de patrones. Está del lado de los que sufren.
Sí, Atahualpa, sí. También al lado de los que sufren hambre. Es más: nos mira a nosotros y nos dice: “Lo que hicisteis por uno de estos pequeños, por mí lo hicisteis”... y espera que le demos de comer a través de la boca de estos niños. ¡Tremendo! ¿Verdad?3
¿Sabes, Atahualpa? Tenemos en España muchos problemas económicos. Muchas gentes no pueden pagar sus casas y los desahucian. Entre los desahuciados muchos niños que ven como la policía, enviados por los jueces, les echan a la calle. Y no creo que sea precisamente la policía quien tiene la culpa. Vi en la pantalla de televisión una escena transmitida por una de las televisiones de España. Desahuciaban a una familia inmigrante. Uno de sus miembros era una niña que no sabía qué era lo que realmente pasaba, pero viendo la tristeza de su madre, se dio cuenta de que era grave. Se quedaban sin casa. Cuando salían expulsados por el desahucio, la niña saló corriendo y se abrazó a los pies de uno de los policías que la estaban echando. Ella pensó que la policía estaba para proteger a los niños, pero se equivocó. Aunque te digo, Atahualpa, que la policía no tiene la culpa, hacen un trabajo que les ordenan. Si no recuerdo mal, este policía le dio un beso en la frente a la niña. ¿Qué pudo pensar este policía, Atahualpa, cuando quizás él tenía algún hijo de esa edad? No lo sé. Atahualpa, no lo sé. Pero con estas situaciones puedes estar seguro que Dios no almuerza con los patronos.
Sólo te digo una cosa más, Atahualpa: No confundas a Dios con sus representantes en la tierra.
Dios no almuerza con los ricos de este mundo mientras haya niños y ancianos sin comida y sin casa. A poco que leas la Biblia te darás cuenta. Quizás, si no la conoces bien ve directamente a los Evangelios. Verás las prioridades de Dios, los valores del Reino que nos deja. Observa esta frase de Jesús: “Muchos últimos serán los primeros”.
No, Atahualpa, no. Dios no se pone a almorzar con los patronos mientras que los niños, los ancianos y los pobres pasan hambre. Y hablamos de España. Podríamos hablar de la pobreza en el mundo y nos escandalizaríamos. Tú debes conocer la situación actual del mundo.
Tienes que cambiar tu imagen de Dios, Atahualpa. No es seguro, ni cierto, que Dios almuerce en la mesa del patrón. Seguro que sabe lo que es el hambre y sabe lo que siente un niño hambriento y de sus limitaciones. No, Atahualpa, no. La Biblia te lo garantiza. No te fijes en los hombres, no creas que Dios es la imagen de lo que hacen muchos de sus representantes en la tierra que desayunan en las mesas de los patrones injustos. Lee su historia, su biografía. Te sorprenderás, Atahualpa, te sorprenderás. Y quizás, entonces, te unas al Todopoderoso en la lucha contra la injusticia en el mundo.
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