Comienza un nuevo año. Todo un reto de paz. Hay que crear caminos de paz. Nuestro himno navideño clásico sigue resonando en este inicio de año: Noche de Paz, pero hacer Navidad no se restringe a una noche, la paz debe inundar toda nuestra historia. Se necesitan gritos por la paz, suspiros de paz en el inicio de este año 2014.
La paz es uno de los temas sobre el que continuamente deberían estar reflexionando los cristianos en todo el mundo, siempre y a lo largo de todo el año, pero, si se quiere, más aún ante el comienzo de un nuevo año. Suspirad por la paz, cristianos. Gritad a su favor. No habrá justicia mientras no haya paz. Los pobres sufren violencia continuamente.
Lamentablemente, muchos cristianos evangélicos, y así sucede también en España, hablamos de la paz que Dios nos da “no como el mundo la da”… y, quizás, al malinterpretar esta frase, nos hacemos insolidarios con los que sufren violencia en medio de nuestras sociedades: pobres, marginados, personas sin hogar, niños que mueren de hambre… Les arrebatamos la paz que les podríamos dar. Por eso, intentar vivir la paz interior en insolidaridad con el prójimo, es una falsedad, un pecado.
Muchas veces con nuestras huidas del mundo en busca de paz interior nublamos la paz. Desequilibramos la balanza. Paz interior, paz en el mundo. Aquí no se trata de saber qué paz es mejor. Quizás la una depende de la otra. El que tiene paz interior debe trabajar por la paz en el mundo. Se trata de equilibrar nuestra paz interior con la paz que debe reinar entre los pueblos, paz que debe estar fundamentada en una mayor solidaridad y compromiso social con los pobres del mundo. Que el año 2014 sea un año de suspiros de paz. Mensajes de año nuevo con gritos de paz.
Los caminos de paz que debe ir abriendo el cristiano están en los dos niveles: Ofrecer la paz que el mundo no puede dar, paz interior, paz con Dios y, a su vez, buscar la paz que dimana de la búsqueda y aproximación a la justicia social, en favor de la dignidad de los hombres cumpliendo con la projimidad.
Así, crear caminos de paz en este año nuevo 2014, parte de un comienzo importante en nuestra andadura cristiana: no considerar la pobreza como una fatalidad natural, sino como ausencia de paz, un escándalo que dimana de lo injusto de los comportamientos humanos, del egoísmo del hombre en un mundo en el que hay recursos suficientes para todos. Para dar testimonio de esto Jesús tuvo que encarnarse y comenzar un camino hasta el Gólgota.
Año nuevo: Tráenos un reto de la paz. El himno “Noche de Paz” que hemos cantado hace muy pocos días, queremos que se amplíe hasta el infinito en el tiempo haciendo de la Navidad un icono eterno que cubra como un manto blanco todo el nuevo año 2014.
El cristianismo no podrá crear caminos de paz durante el nuevo año sin esta preocupación por los desheredados de la humanidad. Un cristianismo insolidario con los gritos de dolor de tantos hombres en exclusión, ni puede crear caminos de paz, ni podrá disfrutar de la paz interior.
Año 2014. Año nuevo que comienza. Quédate impregnado de los destellos de paz que hace poco hemos celebrado en la Navidad. Conviértete en un año en el que se promueva una cultura solidaria con la tierra, que se considere un pecado la explotación desmedida y desordenada de sus recursos y se enseñe que el desarrollo humano tiene que ser sostenible, con todo lo que ello implica de cambios en los estilos de vida, en los valores y en el concepto de fe, que se debe adecuar a la fe que en la Biblia se define como una semilla que actúa a través del amor. Es el reto que proponemos para este año 2014.
Todo esto debe ser esencial en el mensaje en torno a la novedad del año que comienza. Que sepamos que en el mundo no puede haber paz sólo para unos pocos y, menos aún, para los mejor armados o los que se cubren detrás de sus riquezas. Que entremos en líneas de renuncia a favor de los otros... Eso sería cubrir de un manto de paz al nuevo año. Hay una implicación de la paz y de la liberación completa de los pueblos oprimidos, explotados y excluidos… porque esto no es sólo una cuestión social. Es vivir la espiritualidad cristiana en compromiso con el prójimo.
Nuestra vivencia de la paz, del amor, del compromiso, debe estar tan encarnado como el Verbo que irrumpe en nuestra historia en la figura de Jesús. Un Jesús que comienza su andadura en la historia como un Jesús niño, excluido, sin lugar donde nacer, reclinado en un pesebre sólo digno para las bestias y que, en breve, tendrá que huir como refugiado con la muerte pegada a los talones por la violencia de Herodes. ¿Seguirá repitiéndose la historia en el nuevo año 2014 que vamos a comenzar? Sería tanto como renunciar a la paz. No hay paz sin justicia. No hay paz sin justicia social. Dios quiera que el nuevo año nos depare buenas dosis de justicia y paz a un mundo en donde hay tantos que sufren violencia.
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