La afirmación de Jesús de que las prostitutas pueden ir delante de ellos al reino de Dios, se la dirige a los religiosos de la época. ¿Era algo escandaloso? El texto tiene su importancia porque esta frase está dicha en un contexto muy especial. Jesús se dirigía a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo. Una vez más se dirige a los religiosos de la época. ¿Les diría esto Jesús también a los religiosos de hoy? Yo creo que hoy seguiría escandalizando lo mismo o más que en la época de Jesús. “De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios”.
Mateo 21: 31.
También el contexto es esta parábola de los dos hijos en la que uno responde con un “no” incomprensible a la llamada del padre para ir a trabajar a su viña -negación escandalosa-, pero luego arrepentido va, y el otro hermano dice que “sí”, de forma hipócrita, porque luego no va. Otro escándalo. Deja al padre tirado en la estacada a pesar de sus buenas palabras o su buena respuesta. Este es el contexto de la frase de Jesús.
Por tanto, el tema de que las rameras pueden ir por delante de muchos religiosos al reino de Dios, está en la línea de que en el mundo hay muchos que tienen buenas palabras para Dios, pero que no son coherentes, no cumplen, son religiosos sólo de labios, mientras que hay otros que, sin tener tan buenas palabras, tanta palabrería aparentemente positiva, son los que realizan la obra, son los que responden al llamado del Padre. ¿No es un tanto chocante la parábola? ¿No es un tanto escandaloso para los religiosos cumplidores del ritual?
Pareciera que al padre no se le agrada con palabras que no culminan en hechos y acciones coherentes con lo que se dice. ¡Qué bueno es repetir esto hoy aunque escandalice! Es una parábola sobre la importancia de la acción y sobre el hecho de que las buenas palabras no valen para nada, sean litúrgicas, u oraciones o alabanzas, si no culminan en trabajos, en hechos, en la realización del mensaje en el mundo, en la encarnación del Evangelio en nuestra historia como un evangelio que actúa tendente a la realización de la obra evangélica, al hecho de que todo cristianos tiene que ser las manos y los pies en medio de un mundo de dolor. Algunos hoy todavía se pueden escandalizar cuando se les saca del rito y se les quiere sumergir en la realización del mensaje en nuestro contexto histórico con hechos, con acciones con compromisos.
Nos escandaliza a muchos religiosos el que se nos diga que muchas prostitutas y personas estigmatizadas, marginadas y tachadas de pecadores nos pueden preceder en el camino al cielo. Ni se lo piensan para evitar el escándalo que les produciría... pero son palabras de Jesús. Parece que esto atentara contra la buena reputación que tienen muchos de los que viven su cristianismo de palabra, de ritual y de cumplimientos de normas. Una ética de cumplimiento, una moral de ritual a la que escandaliza el compromiso, la aceptación y el poner en los primeros lugares a los pobres y débiles del mundo.
Es verdad que nos enfrenta la parábola con el hecho de que muchos religiosos están diciendo continuamente “sí”. Pero es un “sí” que es fachada religiosa, sepulcros blanqueados por fuera y cuyo interior es hipocresía, insolidaridad con los sufrientes de la tierra, con los pobres, con los oprimidos… con el prójimo que nos necesita. Su vida religiosa está basada en palabras que no son coherentes con la acción que la fe demanda a través del amor. Estos son los que se escandalizan ante las afirmaciones de Jesús a favor de los débiles y proscritos del mundo.
¿Quiénes son los que han dicho “no” a Dios, pero que después son los que “realizan” el Evangelio, los que encarnan el mensaje, los que hacen la obra, el trabajo que el Reino de Dios necesita? ¿Son personas que, quizás, no hacen alabanzas de labios, no siguen los libros de rituales? ¿Son los que, aparentemente, están dando la espalda a Dios? ¿Son personas que no comunican de palabra el Evangelio a nadie, que ni siquiera hablan de Dios, que no confiesan con su boca que son hijos de Dios?... pero capaces de arrepentirse. Un tanto escandaloso, pero sin embargo son aprobados porque “hacen” la voluntad del padre... aunque tengan que decir: “Señor, ¿cuándo?”. No lo han hecho por ningún tipo de recompensa.
Hay textos y parábolas de la Biblia que nos dejan un tanto escandalizados. Sin embargo no se puede pasar por ellos sin hacer una reflexión. Una reflexión seria, una reflexión sobre lo que significa ser “hacedores de la palabra”, realizadores del mensaje, encarnadores en medio del mundo de la voluntad del padre.
¿Puede haber hombres y mujeres, despreciados por el mundo que estén realizando el mensaje, haciendo el trabajo que Dios quiere que se haga en el mundo, encarnando con sus hechos los valores del Evangelio, haciendo y practicando la projimidad? Realmente son parábolas radicales de Jesús, escandalosas, parábolas que extrañan un poco o un mucho a los cristianos del mundo hoy, temas a los que nos gustaría no enfrentarnos. Pueden causar escándalo.
También de la parábola se desprende la reafirmación de Jesús, escandalosa para algunos, en uno de los valores centrales del Reino: “Muchos últimos serán primeros”. La afirmación que los publicanos y las rameras van delante de muchos de nosotros en el camino del Reino de Dios, es una afirmación en línea con el mensaje de Jesús, con sus prioridades, con sus enseñanzas… aunque nos escandalice desde la vivencia de un cristianismo cómodo e insolidario con los sufrientes de la tierra.
¿Será que al evitar tantos cristianos la responsabilidad con tantos pobres y proscritos del mundo, con tantos hambrientos, empobrecidos y oprimidos, Dios se acerque a ellos -a pesar del posible escándalo- y ellos, arrepentidos, se pongan a disposición de realizar con hechos el mensaje en el mundo? Quizás cuando nosotros los rechazamos Dios se acerque más a ellos, cuando nosotros los dejamos en la estacada tirados y apaleados a los lados de los caminos de la vida, Dios se acerque a ellos y les use… y los defienda... aunque parezca incomprensible y escandaloso.
¿Sería un escándalo que Dios siguiera hoy viviendo en el mundo más entre los que habiendo dicho “no”, pero arrepentidos están disponibles para Dios, abiertos a hacer su voluntad, a realizarla en el mundo... aunque el mundo sólo pueda ver su “no” y no perciba su arrepentimiento?
Son misterios que no podemos desentrañar ahora… escándalos incomprensibles... cuando estemos con el Señor, entonces lo entenderemos si es que nosotros estamos también haciendo la obra, el trabajo de la viña obedeciendo los mandatos del Señor sin la hipocresía del “sí” falso y en el arrepentimiento que transforma el “no” en acción positiva para el mundo.
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