Vivir como luces que brillan

Lauryn Hill fue una de las cantantes que grabaron un concierto, como parte de la célebre serie Unplugged de la MTV (año 2002). Todos quedaron impresionados porque Lauryn habló y cantó sobre la gracia de Dios y la libertad que Él ofrece. Esa cadena es conocida por la defensa de un secularismo a ultranza, así que las lágrimas aparecían en los ojos de la cantante cuando introducía alguna de las melodías: “Dios está siempre conmigo, ayudándome, cuidándome cada día. Cuando canto, hablo de los problemas que tiene la gente, pero también de las soluciones que Dios da” (…) “Hay una guerra espiritual por las almas de la gente, y la música tiene mucho que ver en esa guerra”, aseguraba Lauryn en medio del concierto.

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No se podría haber dicho de una manera más clara. La verdad es que la influencia de los creyentes en los medios de comunicación, y sobre todo en la música moderna, es trascendental para los millones de personas que la siguen. Dios usó a Lauryn para tocar el corazón de muchas personas que la escucharon, no sólo en aquel momento, sino también a lo largo de su carrera.

No cabe duda de que esa es una lección trascendental para todos; debemos ser luz en el lugar en el que estamos, viviendo de una manera diferente, radiante, radical, porque así brilla la luz. Dios nos enseña a disfrutar de la vida y a transformarlo todo ¡No debemos conformarnos simplemente con  sobrevivir! “La oscuridad cubre la tierra... pero el Señor brillará sobre ti y sobre ti aparecerá su gloria” (Isaías 60:2). La luz que Dios pone dentro de cada uno de nosotros, puede hacer los que nos rodean lleguen a conocer parte del carácter del Señor, al ver como vivimos. 

Cuando Pablo describe la armadura que el creyente debe ponerse para vivir en la lucha espiritual (Efesios 6:12-20), nos dice que debemos estar firmes en las promesas de Dios, lo que significa no sólo que creamos en lo que Él dice, sino también que vivamos descansando en Él. Ya que vivimos en una guerra permanente contra el mal, tenemos que pedir sabiduría al Señor para luchar por las almas de los que se pierden; y no sólo eso, debemos usar la imaginación y la creatividad que Él nos da para expresar el amor de Dios de la manera más bella posible. Porque somos hijos del Creador, vivimos imaginando y creando: usando la música y las artes para vencer al enemigo, porque no existe belleza en la oscuridad y el mal. Ya que Dios es nuestro Padre celestial, podemos expresar su gloria de muchas más formas de lo que podemos imaginar.

Vivimos firmes en el carácter y las promesas de Dios, porque sabemos que en Él está nuestra seguridad.