Noche de paz, o turrones amargos

Qué curioso que el himno emblema de la Navidad, Noche de paz, que se canta en todos los idiomas del mundo, aluda, fundamentalmente, al silencio, a la tranquilidad, a la paz, al amor, a lo santo. En alemán tenemos “Stille Nacht, hailige Nacht”, que alude a ese silencio y calma que debe reinar en Navidad, en esa noche santa. En inglés, sería “Silent Night”, que alude también a ese silencio, quizás de profundo respeto al mayor evento y de mayor importancia para la humanidad. En francés, se sigue aludiendo como en alemán a la noche santa y agrega otro calificativo: Noche dulce. “Douce nuit, sainte nuit”.  En nuestro idioma, se alude a la paz y al amor. 

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Esperemos que en estas fechas navideñas en la que se cantará millones de veces este cántico navideño, también se callen las bombas, las metralletas, las peleas urbanas, las discusiones e insultos políticos que tanto y tanto y de forma tan “chabacana” están proliferando en nuestro país en donde hay tensiones sin par. Que haya silencio, que haya amor, que haya paz, que sea una noche santa.

Ojalá que este himno navideño sirva de reflexión a todas las personas que poblamos este mundo violento e injusto en donde la paz no reina. Es verdad que los cristianos gozamos de esa paz que el mundo no da, pero eso no significa que tampoco tengamos que trabajar por la paz en el mundo, por la justicia, por la calma, por el amor por una mayor santidad entre aquellos que creemos. Además, yo creo que una auténtica paz interior cuando damos la espalda a las violencias e injusticias del mundo, tampoco puede ser una paz que refleje el verdadero sentido de la espiritualidad cristiana.

“Noche de paz, noche de amor, todo duerme en rededor”, nos dice la versión evangélica del himno emblema de la Navidad. Aunque agrega que alguien no dormía: velaban José y María “mirando la faz de su niño, en angélica paz”. Aunque María sabía que las violencias no terminarían ya para siempre en la tierra, a pesar de sus palabras en su cántico, en el llamado “Cántico de María”: “Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes, y a los ricos envió vacíos”. Pero, a pesar de su afirmación de que Dios “esparció a los soberbios”, sabía que a su hijo le iban a regalar mirra, símbolo del sufrimiento humano y que en el mundo no se acabarían las violencias.

Sin embargo, cantemos Noche de Paz, Noche de Amor, Noche Santa. Alguien, a pesar de todo, tiene el control en el mundo, aunque sea como dice la Biblia que el trigo y la cizaña debe crecer juntos, pero algún día esa cizaña será quemada y el trigo guardado en el alfolí del Señor. Ese también es el mensaje del pesebre. Podemos encontrar paz, silencio interior, calma y santidad en el compromiso y solidaridad con el hombre que sufre, en la búsqueda de justicia y en la práctica de la misericordia. El final y el objetivo de la Noche de Paz, será, pues en términos espirituales también se puede hablar así, el deber cumplido, la tarea hecha, en que la empatía con el que sufre haya funcionado. Si es así, que tengáis paz en estas Navidades.

Veamos la estrofa última de nuestro himno Noche de Paz:  

¡Noche de paz! ¡Noche de amor! 

Ved que bello resplandor:

En el pesebre do se haya Jesús

Brilla, lanzando raudales de luz, 

¡Astro de eterno fulgor!

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Que esa luz nos llegue a todos los que hacemos el camino siguiendo al Maestro por estos senderos en donde se va a encontrar tantas violencias y problemáticas. Que la Navidad nos alumbre a todos y que sepamos encontrar la verdadera paz, pero trabajar también por la paz de tantos y tantos hombres que deambulan en medio de un mundo de dolor. Que en esta noche navideña hayamos podido encontrar la paz que se consigue también sirviendo al Maestro, siguiendo sus pisadas, sirviendo al prójimo que sufre.

Si no, de nada valdrán nuestros turrones que nos sabrán amargos, de nada nos servirá el champán que se quedará paralizado en nuestras gargantas, de nada valdrá una mesa navideña bonita, limpia y lujosa. Todo será un estercolero si no sabemos dar sentido solidario a la Navidad, a esta noche santa de paz y de amor. Solo habrá merecido la pena si al cantar ese himno tan emblemático cambiamos nuestra mente, nuestras actitudes, nuestros estilos de vida y nuestra predisposición para el servicio. ¡¡FELIZ NOCHE DE PAZ PARA TODOS!! Que sea una noche santa… una noche de amor.