Las iglesias y organizaciones cristianas se ven afectadas por las culturas y prácticas seculares. En muchos casos, las decisiones ministeriales se toman de acuerdo con criterios gerenciales, y no según las normas trascendentales de la Biblia. Por Steve Sang-Cheol Moon.
El porcentaje de personas que no están afiliadas a ninguna religión en particular sigue creciendo en muchas partes del mundo. ¿Cómo se prevé que crezca este porcentaje en los próximos años? ¿Qué teorías misiológicas pueden aplicarse para entender el fenómeno de la desafiliación religiosa? ¿Qué debemos hacer para abordar adecuadamente estos retos en nuestras vidas? Abordaremos estas preguntas a continuación.
Pew Research Center (en adelante, Pew) ha destacado el crecimiento de la población no religiosa en el mundo en la última década aproximadamente. Un informe de Pew publicado en 2015 señalaba que en 2010 había unos 1.100 billones de ateos, agnósticos y personas que no se identificaban con ninguna religión en particular. El informe también preveía que el aumento neto de la población no afiliada entre 2010 y 2050 sería de 61.490.000 personas, con una incorporación de 97.080.000 y un egreso de 35.590.000 personas.[1] Esto supera incluso el aumento neto estimado de los musulmanes de 3.220.000 para el mismo período.[2]
En otro informe publicado en 2017, Pew puso su atención en la escasez de recién nacidos entre los no afiliados, explicando por qué se espera que este grupo disminuya como proporción de la población mundial a largo plazo, a pesar del aumento del número debido a personas que salen desde el cristianismo y otras religiones en Europa, América del Norte y otras partes del mundo. Esta perspectiva se basa en la proyección de que, para 2055-2060, solo el 9% de todos los bebés nacerán de mujeres sin afiliación religiosa, en contraste con el 36% de musulmanes y el 35% de cristianos.[3]Sin embargo, se prevé que el número de «ningunos» religiosos en todo el mundo crezca rápidamente en las próximas décadas. Según el informe, el 62% de los adultos de Estados Unidos espera que aumente la proporción de la población sin ninguna religión.[4]
Además, el informe de Pew afirma que la mayoría (75%) de la población mundial sin afiliación religiosa vive en Asia-Pacífico, un porcentaje muy superior al de Europa (12%) y Norteamérica (6%). El aumento natural de las personas sin afiliación religiosa en Asia-Pacífico entre 2010 y 2015 fue de 16.850.000 del total mundial de 26.240.000.[5] China, Japón, Corea del Sur y otros países asiáticos densamente poblados enfrentan los retos de la secularización y la desafiliación religiosa.
El rápido crecimiento de los «ningunos» tiene que ver con la menor observancia religiosa entre los adultos más jóvenes, que no es solo un fenómeno estadounidense, sino también común en todo el mundo. En EE.UU., la proporción de adultos menores de 40 años con afiliación religiosa es inferior en 17 puntos porcentuales a la de los adultos mayores que se identifican con un grupo religioso. La brecha es aún mayor en Canadá (28 puntos) y Corea del Sur (24 puntos). En Corea del Sur, el 39% de los adultos más jóvenes están afiliados a un grupo religioso, comparado con el 63% de sus mayores.[6] La brecha también es grande en Australia (23 puntos), Japón (18 puntos) y Uruguay (18 puntos), según el informe de Pew de 2018.[7]
La encuesta de Pew realizada en 2018 y 2019 actualizó los cambios en el panorama religioso de Estados Unidos. Un 65% de los adultos estadounidenses se describieron a sí mismos como cristianos, lo que supone un descenso de 12 puntos porcentuales en la última década, y la proporción de la población sin afiliación religiosa fue del 26%, frente al 17% de 2009.[8] El número de adultos sin afiliación religiosa aumentó en casi 30 millones en EE.UU. durante este período, lo que indica que la tendencia hacia la desafiliación religiosa ha continuado.[9]
Según el informe del censo nacional publicado en 2015, la mayoría (56,1%) de los surcoreanos no están afiliados a ninguna religión en particular, lo que supone un aumento del 9% desde 2005. El porcentaje de «ningunos» es mayor entre los adultos más jóvenes (64,9% entre personas que están en sus 20s) que entre las que están en sus 60s (57,7%) o sus 70s (58,2%).[10] Una tendencia similar se observa en Estonia, donde la mayoría es no religiosa (54,1%), y también en Letonia, donde la proporción de «ningunos» es del 63,7%. [11]
Detrás del aumento de la población no religiosa hay influencias tanto socioculturales como de ciclo de vida en el compromiso religioso.[12] Los cambios socioculturales generales afectan al crecimiento del número de «ningunos». En el corazón de las fuerzas impulsoras de la secularización se encuentra la búsqueda de beneficios económicos, que es fuerte en muchas economías avanzadas. Otro aspecto son las influencias del ciclo de vida, en el sentido de que el apego religioso tiende a alcanzar su punto máximo durante la adolescencia, disminuye durante la juventud y la mediana edad, y luego aumenta a lo largo del resto de la edad adulta.[13] Combinados estos dos aspectos, los adultos más jóvenes de las sociedades altamente secularizadas tienden a centrarse en ganar dinero más que en la religión, de modo que su religiosidad tiende a disminuir durante la primera etapa de la vida adulta.[14]
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En un nivel más profundo, la cosmovisión de la Ilustración funciona para justificar el impulso hacia la prosperidad materialista con una orientación orientada a este mundo. La dimensión metafísica solo existe como categoría conceptual y carece de significados concretos y operativos en esta cosmovisión secular moderna. Aun entre personas religiosas con presupuestos teístas, las prácticas reales tienden a mostrar una propensión al ateísmo funcional.
Las iglesias y organizaciones cristianas se ven afectadas por las culturas y prácticas seculares. En muchos casos, las decisiones ministeriales se toman de acuerdo con criterios gerenciales, y no según las normas trascendentales de la Biblia. Irónicamente, la toma de decisiones basada en perspectivas gerenciales tiende a socavar la credibilidad de las iglesias y organizaciones cristianas en muchos contextos.
Al abordar las cuestiones relacionadas con el crecimiento de la población no religiosa, quizá debamos volver a examinar tres teorías de la misiología propuestas por Paul G. Hiebert, Donald A. McGavran y Andrew F. Walls.
En su sugerencia de una teología integral, Hiebert abordó la cuestión del encuentro de verdad, el encuentro de poder y el encuentro empírico. Recomendó un encuentro de verdad al tratar con otras religiones, un encuentro de poder al tratar con el espiritismo animista y un encuentro empírico al tratar con el secularismo.[15] Mi interpretación de esta sugerencia es que debemos abordar cuestiones de la religión alta con un encuentro de verdad, cuestiones religiosas populares con un encuentro de poder y cuestiones no religiosas con un encuentro empírico. Este punto de vista tiene sentido no solo para equilibrar e integrar los enfoques y debates de la generación anterior, sino también para abordar la cuestión de las personas sin afiliación religiosa. Además, debemos acercarnos a las personas no religiosas mediante un encuentro integral que incorpore los tres aspectos del encuentro. No es suficiente encontrarnos con este grupo desde el punto de vista de la religión alta, la religión popular o el secularismo. Se necesitan enfoques integrales u holísticos para abordar las cuestiones relacionadas con la desafiliación religiosa y la secularización que hay detrás.
En su teoría de la redención y la elevación, McGavran postuló que los conversos cristianos en muchos contextos tienden a experimentar una elevación de su posición socioeconómica tras la conversión. La elevación tras la conversión debe entenderse como una bendición de Dios, quien es la fuente de toda bendición. Sin embargo, la bendición podría ser un factor que contribuya a la secularización de los cristianos, llevándolos a un estilo de vida que prioriza las preocupaciones de este mundo sobre el compromiso con la obra redentora de Dios, desplazando así lentamente la redención por la elevación.[16] Desde la perspectiva de esta teoría, guardar las bendiciones de Dios solo para uno mismo está mal. Compartir las bendiciones de Dios con los demás para hacer avanzar su obra redentora es una forma sensata de evitar este tipo de secularización irónica por parte del pueblo de Dios, porque pedir a Dios que deje de bendecirlos para preservar su pureza espiritual no es una opción.
Walls explicó la historia de la expansión cristiana como una expansión en serie que generalmente repite un patrón en el que el cristianismo decae y se marchita en sus mismos centros para luego volver a echar raíces en los márgenes de esas zonas y más allá. Este patrón contrasta con la expansión progresiva del islam desde su lugar nacimiento y sus primeros años. Walls subrayó que Dios puede prescindir incluso de comunidades cristianas que se consideran importantes, sin depender de ningún instrumento individual.[17]Una posible implicación práctica de la teoría de la expansión en serie es la necesidad de pasar el testigo de un centro de gravedad del cristianismo que actualmente está disminuyendo a otro centro de la comunidad cristiana que actualmente está aumentando su influencia para que puedan continuar la carrera de la evangelización mundial.
Basándome en la exégesis misiológica anterior sobre el fenómeno de la desafiliación religiosa, recomendaría tres enfoques para alcanzar a las personas que no están afiliadas a ninguna religión con el evangelio desde la perspectiva del encuentro integral.
- En primer lugar, compartir el evangelio con nuestros vecinos y los demás de forma integral. Las nociones de encuentro de verdad, encuentro de poder y encuentro empírico deben integrarse en nuestros enfoques evangelísticos y misioneros. Esto significa una combinación de razonamiento basado en verdades bíblicas, confrontación con oración empoderada por el Espíritu y testimonio insertado en las experiencias de vida.
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- Segundo, compartir nuestros recursos con los necesitados como testimonio de la provisión de Dios en nuestras vidas. Dar a los necesitados desde una perspectiva misionera supera el individualismo, materialismo y consumismo que caracterizan a las culturas seculares modernas en muchos contextos. Compartir recursos fortalece la autenticidad y la calidad relacional de las comunidades. Dar y compartir ayuda a mantener las bendiciones de Dios como bendiciones; de lo contrario, las bendiciones materiales podrían obstaculizar nuestra santificación y maduración. El compartir incondicionalmente es una parte importante de un testimonio integral.
- Tercero, compartir nuestras responsabilidades y liderazgo con otros más allá de las fronteras.[18] Este tipo de intercambio puede fortalecer y facilitar la sostenibilidad y la innovación de los ministerios. Atravesamos las fronteras de la cultura para transmitir la visión e impartir la misión a personas en un contexto diferente. Nuestro compromiso y dedicación a lo largo del tiempo pueden dar frutos inesperados en nuevos contextos que antes eran campos de misión. Las expansiones en serie son posibles cuando se comparte el liderazgo y se pasa el testigo de forma inteligente y estratégica.
Como bien dijo Oswald Chambers, «el propósito de Dios no es simplemente hacernos hermosas uvas gordas, sino hacernos uvas para que él pueda exprimir la dulzura de nosotros».[19] El exprimir de Dios requiere compartir el evangelio, recursos, responsabilidades y liderazgo a través de las fronteras. Nuestro enfoque para ganar las almas de las personas sin afiliación religiosa requiere un estilo de vida sacrificado e inspirador.[20]
Cuando los discípulos de Jesús reprendieron a la mujer que lo ungió con un perfume muy caro, su respuesta fue: “Ella ha hecho una obra hermosa conmigo… Les aseguro que en cualquier parte del mundo donde se predique el evangelio, se contará también, en memoria de esta mujer, lo que ella hizo” (Marcos 14:6, 9).
Steve Sang-Cheol Moon es un misiólogo coreana, fundador de Charis Institute for Intercultural Studies. Su trabajo se centra, sobre todo, en facilitar la investigación de misiones a nivel mundial.
Este artículo se publicó por primera vez en el sitio web del Movimiento Lausana y se ha reproducido con permiso.
Notas
[1] The Future of World Religions: Population Growth Projections, 2010-2050,’ Pew Research Center, 2 April 2015. ↑
[2] ‘The Future of World Religions’. ↑
[3] ‘The Changing Global Religious Landscape,’ Pew Research Center, 5 April 2017. ↑
[4] ‘The Changing Global Religious Landscape’. ↑
[5] ‘The Changing Global Religious Landscape’. ↑
[6] ‘The Age Gap in Religion Around the World,’ Pew Research Center, 13 June 2018. ↑
[7] ‘The Age Gap in Religion Around the World’. ↑
[8] ‘In US, Decline of Christianity Continues at Rapid Pace,’ Pew Research Center. 17 October 2019. ↑
[9] ‘In US, Decline of Christianity Continues at Rapid Pace’. ↑
[10] ‘The National Census Report of South Korea, 2015,’ Statistics Korea under the Ministry of Economy and Finance (Ingu-kagu-jutaek chongjosa pyobon jipkae kyulkwa), 7 September 2016. ↑
[11] ‘The World Factbook,’ 10 June 2021. ↑
[12] ‘The Age Gap in Religion Around the World,’ Pew Research Center, 13 June 2018. ↑
[13] ‘The Age Gap in Religion Around the World’. ↑
[14] ‘The Age Gap in Religion Around the World’. ↑
[15] Paul G. Hiebert, Anthropological Reflections on Missiological Issues (Grand Rapids: Baker Books, 1994), 198-201. ↑
[16] Donald A. McGavran, Understanding Church Growth (Grand Rapids: William B. Eerdmans, 1980), 295-313. ↑
[17] Andrew F. Walls, The Cross-cultural Process in Christian History: Studies in the Transmission and Appropriation of Faith(Maryknoll, NY: Orbis Books, 2005), 13. ↑
[18] Nota del editor: Ver el artículo de Kirsteen Kim “Liberar el intercambio de recursos teológicos entre el norte y el sur” en el número de noviembre 2017 del Análisis Mundial de Lausana. ↑
[19] Oswald Chambers, ed. by James Reimann, My Utmost for His Highest (Special Updated Edition), (Discovery House Publishers, 1995), 2 September. ↑
[20] Nota del editor: Ver el artículo de Steve Moon “Cómo alcanzar a la Generación Z con el evangelio” en el número de marzo 2021 del Análisis Mundial de Lausana. ↑
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