La iglesia que gira en torno al templo

Puede ocurrir, a veces, que, cuando hablamos de iglesia con un concepto unívoco, podamos caer en pérdida de matices. Pregunta: ¿Puede haber una iglesia que gira en torno al templo, y otra que gira en torno al mundo, o es una y la misma iglesia? Pregunta similar: ¿Puede existir la iglesia que gira en torno al templo, y la iglesia, como cuerpo de Cristo, que gira en tono al mundo y a lo trascendente en un concepto totalmente universal?

La verdad es que, en el concepto de la iglesia universal, como cuerpo de Cristo, sería absurdo hablar de confesiones religiosas, de denominaciones, iglesias históricas o, simplemente, evangelicales, como algunos dicen. Todas estas divisiones, conforman una absurdidad, y solamente se puede hablar de ello desde el concepto de iglesia que gira en torno al templo. Son formas torpes de clasificar a los creyentes, desde las orejeras que, a veces, nos pone un concepto restringido de iglesia. Si hablamos de iglesia local debe ser solamente a efectos didácticos y para entendernos, el concepto de iglesia universal como cuerpo de Cristo lo debe englobar todo.

¿Existe alternativa a la iglesia de los concilios, de los dogmas, del magisterio, de los cargos eclesiásticos? ¿Existe otra iglesia o, en su caso, cuando hablamos de iglesia, englobamos también el concepto de iglesia universal que gira en torno al mundo rompiendo las cuatro paredes de la iglesia local?

Una pregunta para la reflexión: ¿Puede existir en el mundo una iglesia que se mueve fuera de los templos, o eso es un imposible? ¿Puede existir una iglesia diseminada por los hospitales, centros de trabajo, universidades, escuelas, mercados y oficinas, o tiene que ser la misma iglesia la que gira en torno al templo? ¿Si es la misma iglesia, ¿puede haber olvidos graves en la iglesia que gira en torno al templo, eliminando algo de su universalidad y de su excelso concepto de cuerpo de Cristo? ¿Hay una iglesia conectada con la realidad social, las problemáticas de la gente, la pobreza y la injusticia en el mundo, conectada con los excluidos y sufrientes de la tierra que, en el fondo, valora más su misión samaritana de compromiso con Dios y con el hombre, aunque no gire tanto en torno al templo?

No os preocupéis. Yo no voy a contraponer la iglesia que gira en tono al templo a la iglesia que gira en torno al mundo, pero, quizás, la reflexión debe ir en torno a la idea de una iglesia de muros rotos, de puertas abiertas en contacto con el mundo uniendo ambos conceptos de iglesia. Quizás, la iglesia que gira desmedidamente en torno al templo, puede perder dinamismo y arraigo en la historia, en el mundo, en la sociedad. Por tanto, esta reflexión no tiene por qué ser inútil, si nos conecta con ese concepto de iglesia que gira en torno al mundo en solidaridad, búsqueda de justicia, servicio y práctica de la misericordia.

En modo alguno, la iglesia debe estar amarrada y encorsetada al templo. Tiene que tener las manos y los pies de sus fieles actuando en medio de un mundo de dolor. Habría que desoficializar, en algunos casos, la iglesia, para que derramara algo más de frescor girando en torno al mundo, en torno a los focos de conflicto, a las necesidades humanas de los hombres como buenos prójimos, aunque nos alejemos un poco de cumplimientos eclesiásticos y éticas de cumplimiento. Una iglesia más participativa con los vecinos, los pueblos, las ciudades y el mundo, intentando unir ambos conceptos de iglesia, girando en torno al templo y, a su vez, en torno al mundo en una situación de equilibrio total.

La verdad absoluta, sustentada en el amor y la entrega al prójimo, no se da solamente entre las cuatro paredes de la iglesia, sino que se hace visible en el mundo a través de la acción, las prioridades, los estilos de vida y los compromisos de los creyentes todos. Por supuesto que hay una iglesia que se mueve fuera de los templos hechos de mano, de piedra, de ladrillos. La iglesia que gira en torno al templo, debe estar abierta a la acción y compromiso de esta iglesia y, lógicamente, a la inversa. 

La iglesia que se mueve en torno al mundo, no debe, necesariamente, dar la espalda al templo, a la iglesia local. Es un error que se pueda hablar de una iglesia que gira en torno al templo y de otra que gira en torno al mundo, una disfunción, un malentendido del concepto de iglesia bíblico. Ambos conceptos deben estar en una interrelación total, en una unión de hermandad como hijos de un Dios que nos ha puesto, no solamente en el templo, sino en el mundo.