La entrega de los Óscar: un amor común

Se acerca la ceremonia de entrega de los “Óscar”; que suelen ser vistas por millones de espectadores en todo el mundo.

Puedes encontrar cosas atractivas durante esa noche: La música, la puesta en escena, los actores y actrices, y muchas otras cosas.

Aún así, siempre ocurre algo que no estaba previsto en el programa, alguna sorpresa, alguna frase ingeniosa de alguien al recoger un premio, etc.

Steve Martín, el presentador pronunció una de las mejores en la ceremonia de los “Oscar” del año 2001 cuando dijo: “Aquí estamos todos, blancos y negros, cristianos y judíos, hombres y mujeres, ricos y pobres, todos juntos trabajando por un amor común: la publicidad”.

¿Crees que Steve exageraba? Yo creo que no, fíjate en un solo dato: En algunos de los llamados países del primer mundo se llega a gastar más dinero en comida para perros y gatos que en comida para bebés.

Todas las grandes empresas gastan millones de euros en publicidad, porque saben que pueden influir en las personas para comprar aquello que no necesitan.

Otra pregunta ¿Crees que estoy exagerando ahora al decir que nos hacen comprar lo que no necesitamos?..

Si quieres haz un pequeño ejercicio, entra en tu casa y mira todas las cosas que tienes y que no necesitas.

Fíjate en todo lo que no es útil y que en cierta manera (¡la publicidad!) te “obligaron” a comprar. Haz una lista si puedes, piensa en el dinero que has gastado en los últimos meses en cosas que no te han servido para nada, o que no eran lo que pensabas, o que te has arrepentido por haberlas comprado.

No es una broma, haz la lista, porque si te dejas, ellos pueden hacer que tengas tu vida llena de cosas absolutamente innecesarias, que estés triste cuando no las compras, y que incluso ¡¡¡llegues a pensar que tu vida no tiene ningún valor si no las tienes!!!

Todos caemos tarde o temprano en la malvada red de esos amores comunes, la publicidad y el consumismo.

Menos mal que nuestro Creador nos da de vez en cuando un “toque” de atención.

Muchas veces no queremos escucharlo. La gran mayoría de las ocasiones olvidamos que El nos ha dado valor como personas, independientemente de lo que tengamos o compremos. Pero como muchos siguen dándole la espalda, El simplemente pregunta. No quiere sermonearnos, ni tampoco atacarnos duramente para que nos demos cuenta que estamos poniendo la confianza y la felicidad de nuestra vida en absolutas tonterías.

Dios simplemente pregunta: “¿Qué vais a hacer cuando todo haya terminado?” (*)

(*) Jeremías 5:31