Mientras el Quijote se limita a analizar nuestra condición humana, la Biblia, después de analizarla por el ojo escrutador de Dios, nos dice cuál es el remedio divino a todas nuestras calamidades.
Se ha dicho de la Biblia, con sobra de razón, “que es un libro tan profundamente divino como fuertemente humano”. Este carácter esencial del libro de Dios hace que nos identifiquemos totalmente con sus escritos. Las palabras de un Dios que nos hablara en términos de divinidad, ignorando nuestra condición humana, no llegarían a cautivar nuestra atención. En la Biblia, Dios desciende hasta nuestro propio nivel humano, se pone al alcance de nuestra mente y de nuestro corazón y trata con nosotros en términos que manifiestan el gran interés que siente por todos nuestros problemas y los medios costosos de que se ha valido para darles solución. San Agustín dijo acertadamente que “para todas las enfermedades del alma proporciona la Sagrada Escritura un remedio”.
Todo cuanto pudiera escribir para resaltar el hondo sentido de humanidad que adorna las páginas de la Biblia queda magistralmente compendiado en este pasaje del célebre escritor Henry Van Dyke: “Nacida en el Este y revestida de formas y figuras literarias orientales, la Biblia recorre todas las sendas del mundo con pie familiar y penetra en un país tras otro para hallar a los suyos en todas partes. Ha aprendido a hablar al corazón del hombre en centenares de idiomas. Los niños escuchan sus historias con admiración y deleite y los sabios las meditan como parábolas de la vida. Malos y orgullosos tiemblan ante sus amonestaciones, pero para los heridos y los penitentes tienen voz como de madre. Ha compenetrado nuestros sueños más íntimos; de tal manera que el amor, la amistad, la simpatía, la devoción, la memoria y la esperanza lucen el ropaje hermoso de su dorado lenguaje. Ninguno que tenga como suyo este tesoro es pobre o sin consuelo. Cuando oscurece el paisaje y el peregrino tembloroso llega al valle llamado de la sombra, no teme penetrar; toma en su mano la vara y el cayado de la Escritura; dice a amigos y compañeros: “Adiós, nos veremos otra vez”; y consolado con aquel apoyo, se encamina al paso solitario, como quien anda a través de tinieblas hacia la luz”. (1)
En cuanto al Quijote, como libro producido por la mente del hombre, es el más humano de cuantos existen hoy día. La historia del caballero hidalgo es sencillamente conmovedora. Muchas páginas he leído y repasado escritas por diferentes autores encomiando la humanidad, la ternura, la psicología penetrante de Cervantes en la concepción de sus personajes inmortales.
Comentando la derrota de Don Quijote ante el caballero de la Blanca Luna, escribe Navarro y Ledesma: “Leamos y releamos esta aventura y no dejaremos de caer en la cuenta en que modernamente se ha caído del profundo simbolismo que encierran todas sus partes y, sobre todo, las tristes, las dolientes, las desmayadas y flacas palabras del desfallecido y derrotado caballero. Aquí puso Cervantes lo mejor de su corazón, aquí sacó el don de lágrimas, que poseía como pocos escritores de los nuestros. ¡Quién no se siente conmovido al ver derrumbarse en este caso el castillo interior, el ensoñado alcázar de las ilusiones de Don Quijote, y no se compadece de él y de su pobre caballo, cuya flaqueza tiene algo de humana debilidad!” (2)
La Biblia y el Quijote son dos libros profundamente humanos. Ambos describen nuestras miserias, nuestra flaca naturaleza, nuestras tentaciones y claudicaciones, nuestras reacciones terrenas y nuestras vanas promesas de reforma. Los dos penetran en nuestra alma con exquisita sensibilidad, remueven las paredes de nuestro corazón y tratan de despertar nuestros sentimientos a lo bello y a lo noble de la vida. La diferencia está en que mientras el Quijote se limita a analizar nuestra condición humana, la Biblia, después de analizarla por el ojo escrutador de Dios, nos dice cuál es el remedio divino a todas nuestras calamidades humanas: la sangre vertida por Cristo Jesús en la Cruz del Calvario para nuestra redención.
(1) Henry Van Dyke en “Compendio Manual de la Biblia” de Henry Hallen, página 19.
(2) Francisco Navarro Ledesma, “El Ingenioso Hidalgo Miguel de Cervantes Saavedra”, página 327.
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o