Prince y las últimas preguntas

El genio musical de PRINCE se ha apagado. Realmente una gran pérdida para la cultura. A pesar de que su carrera ha sido dilatada y sus composiciones admiradas por casi todos, no puedo dejar de recordar una de las primeras canciones suyas, titulada “Time”. En esa composición, la música y las palabras están concebidas para llenar de preguntas el corazón de quien la escucha. Lo curioso es que todas las preguntas aparecen sin que nadie las responda; en algunos casos porque la respuesta es muy obvia... En otros casos porque el compositor no la encuentra:

“Algunos dicen que el hombre

No es verdaderamente feliz hasta que muere, ¿Por qué?...

Se hace de noche y cae una sombra...

¿Alguien verá amanecer?”

Si es difícil encontrar respuestas para las preguntas normales de la vida, mucho más lo es si queremos conocer lo que hay más allá de la muerte. El compositor cree que una persona puede ser feliz al morir, pero al mismo tiempo se pregunta ¿Alguien verá amanecer? Algunos viven y mueren con el deseo de que con la muerte termine todo, y de que al menos del otro lado de la vida el sufrimiento y la frustración no sean continuos. Preguntas, muchas preguntas... Aparentemente preguntas sin respuesta.

Ese es el problema número uno del ser humano: no conocer las respuestas a lo trascendental. La frustración humana aparece cuando somos incapaces de encontrar una salida a las situaciones en las que estamos, mientras creemos que el problema son los tiempos que estamos viviendo, y olvidamos que desde lo más antiguo de la historia de la humanidad, el hombre se ha hecho siempre las mismas preguntas.

Y es curioso que a pesar de no tener respuestas para sus preguntas, la humanidad acepta todo (incluso vivir en la permanente frustración) antes que reconocer que sus respuestas las puede encontrar en Dios. Y muchos se enfrentan de una manera ciega a su propia muerte, creyendo que ese será el final de sus desventuras, mientras Dios está ofreciendo las respuestas que necesitamos. Pero porque el hombre y la mujer de hoy no quieren escuchar la voz de Dios, y prefieren seguir viviendo debajo de la sombra de sus propias dudas, es nuestro Creador el que hace la pregunta definitiva... "¿Quién se alegrará sin Dios?"*.

* Eclesiastés 2:25