Unamuno, verso suelto de los protestantes

Buenos días, autoridades,  señoras/señores, es un placer  para mi estar en este lugar y en compañía de todos ustedes, para explicar brevemente el por qué del título de este premio (*).

MIGUEL DE UNAMUNO ¿AMIGO DE LOS PROTESTANTES? 

Unamuno  fue uno de los grandes pensadores e ideólogos  de la generación del 98 y quizá el más prolífico además de su brillante trayectoria intelectual y de vida en defensa de las libertades. Unamuno, sin ser protestante oficialmente,  tuvo por una lado y durante una etapa de su vida, una identificación con el protestantismo, no como institución pero sí en su teología y por otra parte  un trato de empatía, una cercana relación con personas destacadas del protestantismo español, y en especial, aquí en Salamanca, con la casa del pueblo y con el pastor salmantino Atilano Coco.

Trazaré lo más breve que pueda ambas ideas, basándome no sólo en sus obras, impregnadas de esto, sino de su epistolario. Sus cartas son un valiosísimo documento de su evolución espiritual, sus cartas a españoles y a latinoamericanos, donde también tuvo una fuerte influencia en los protestantes. La primera teséis doctoral sobre Unamuno y sus creencias e ideas en general fue de Jhon Mackay, insigne protestante peruano.

UNAMUNO, “ESPÍRITU EN MOVIMIENTO”, CONSECUENTE HASTA EL FIN

A Unamuno no se le puede encasillar, clasificar, en ninguna faceta de su vida. Su vida politica tiene una evolución: es socialista, pero termina saliendo del partido, es republicano de corazón, pero  acaba decepcionado de la República, apoya en sus comienzos las tropas franquistas…hasta que  se da cuenta de las monstruosidades que cometen…y se arrepiente profundamente. Y  también es así en su dimensión espiritual. Y si esta evolución no se sabe seguir  parece un ser lleno de contradicciones, pero no es así, todo lo contrario, fue consecuente hasta el final de sus días. Fue ante todo un buscador de la verdad.

Pero sé que nunca faltará el lector  insatisfecho, educado en un dogmatismos cualquiera que dirá: este hombre no se decide, vacila; ahora puede parecer afirmar una cosa, y luego la contraria, está lleno de contradicciones, no le puedo encasillar” (Del sentimiento trágico de la vida, 1912)

“Mi vida toda se mueve en un principio de íntima contradicción. Me trae la lucha y siento ansias de quietud y paz; estudio ciencias y caigo en poeta; soy cristiano anti-pagano de corazón y explico clásicos griegos. De aquí que pueda decir que soy un espíritu en movimiento” (Carta a Candamo)

Y bien, se me dirá, "¿Cuál es tu religión?"  yo responderé: mi religión es buscar la verdad en la vida y la vida en la verdad” Ésos, los que me dirigen esa pregunta, quieren que les dé un dogma, una solución en que pueda descansar el espíritu en su pereza. Y ni esto quieren, sino que buscan poder encasillarme y meterme en uno de los cuadriculados en que colocan a los espíritus, diciendo de mi: es luterano, es calvinista, es católico, es ateo, es racionalista, es místico, o cualquier otro de estos motes, cuyo sentido claro desconocen, pero que les dispensa de pensar más. Y yo no quiero dejarme encasillar, porque yo, Miguel de Unamuno, como cualquier otro hombre que aspire a conciencia plena, soy una especie única.  (Mi religión y otros ensayos, 1910)

SIGUIENDO SU EVOLUCIÓN VEMOS TRES ETAPAS RELIGIOSAS EN UNAMUNO

1. Hasta 1886. Unamuno profesa de niño y adolescente una fe católica, hasta que en 1886 viene a Madrid como estudiante de Filosofía y letras y comienza una etapa rebelde y atea, completamente anticlerical. A partir de ahí perdió el sentido religioso de la vida, y católico romano, contra el que arremetió agresivamente, y por lo que fue llamado “hereje máximo y maestro de herejías” . (Obispo de Canarias, Antonio Pildain)


2.  Pero en 1897 tiene la crisis más fuerte de su vida, y es  a partir de aquí que se produce este acercamiento claro a la teología protestante y a los protestantes de forma personal. Eso le llevará a una sincera y profunda conversión al cristianismo, fe que ya nunca abandonará, con una base claramente evangélica, inclinada hacia el protestantismo, pero nada ortodoxo. Etapa de apostolado y reformador. Esta etapa llega hasta 1907


3. A partir de 1907 que ya no habla de reforma sino más bien de recatolización.

Nos vamos a centrar en la SEGUNDA ETAPA en la que hay dos aspectos importantes:

I.- ACERCAMIENTO CLARO A LA TEOLOGÍA PROTESTANTE: VOCACIÓN DE REFORMADOR

Ya partir de 1900, cuando ya era rector de la Universidad de salamanca florece en él la vocación de “reformador” a la española, como Lutero lo fue en Alemania. Ya en alguna ocasión había dicho tener el presentimiento de que su persona iba a ser un instrumento en manos de Dios. En 1898  confiesa en una carta a Jiménez Iludain  su experiencia de cómo a través de la Biblia  sintió que Dios le había llamado a difundir el evangelio.

A José Enrique Rodó le decía en 1900 que “lamentaba que en España no hubiera existido un Lutero español, y a Pedro Múgica en 1903 “Desde hace algún tiempo, desde que pasé cierta honda crisis d conciencia, se va afirmando en mi una profundísima persuasión de que soy un instrumento en manos de Dios para contribuir a la renovación espiritual de España”

Lo que él buscaba más bien era una reforma religiosa autóctona que surgiera en España, una “reforma española, indígena y propia que preludiaron nuestros místicos del siglo XVI y que fue ahogada en germen por la Inquisición”.

El veía una España ignorante y supersticiosa "Una vez más, y no será la última, tengo que repetir lo vergonzoso y degradante que resulta el que en un país que se dice cristiano no haya leído el Evangelio la inmensa mayoría de los hombres que por cultos se tienen y que en cambio se cuelguen al cuello de los niños, a modo de amuleto, trocitos del Evangelio en latín...".

“Yo no sé qué esperar de pueblos materializados por una larga educación de fe implícita católica, de creencias rutinarias, y en los que parece gastado el resorte interior, esa íntima inquietud que distingue a los espíritus  más genuinamente protestantes”

Sin duda, el, catedrático de filología griega, aquí en Salamanca,  fue el escritor del 98 que más leyó la Biblia, que mejor la conocía y que más la interiorizó. Fue conocedor profundo de los evangelios y de los escritos de Pablo, que leía directamente en griego. Unamuno se acercaba más en su cristianismo a la teología protestante: creía en el libre examen exegético, libre conciencia, ausencia de intermediarios (“revendedores de gracia”) y en la fe por pura gracia, y no en las obras para hacer bueno al hombre, la necesidad de regeneración y cambio interior etc.

“Y yo me siento protestante, en lo más íntimo del protestantismo (Harnack, Ritschl, Hermannn, etc. me han convencido de ello)… Y yo, se lo repito, me siento con alma de luterano, de puritano o de cuáquero, el ideocratismo latino y su idolatría me repugna, me repugna su adoración a la forma y su tendencia  a tomar la vida como una obra de arte y no como algo formidable y serio. Y mi alma es luterana. (carta a J.E.Rodó, 1900)

AHORA BIEN, UNAMUNO NUNCA SE LIGÓ A  ALGUNA INSTITUCIÓN RELIGIOSA

Unamuno era un hombre contrario al dogmatismo, al autoritarismo y al intitucionalismo.  Era de mente abierta, nada amigo de los encorsetamientos, estrecheces. Por ello nunca cuajó en ninguna institución, ni religiosa ni política. En cuanto topaba con la institución rígida, fría y dogmática, Unamuno se alejaba.  Unamuno dice: “Me hablas de la iglesia como de la depositaria de las verdades de tu fe. Las verdades que no están depositadas en tu alma no son verdades de tu fe, ni para nada te sirve. Tu fe es lo que tú crees, teniendo conciencia de ello, y no lo que cree tu iglesia.”(Mi religión y otros ensayos)

II. SU RELACIÓN CON LOS PROTESTANTES (CARTAS)

1. AMIGOS. Si está clara toda independencia de Unamuno de cualquier institución o religión oficial también está clara su relación personal y de amistad y apoyo hacia los protestantes, de manera personal.

Marcial Dorado, Diputado por Sevilla (1931) y representante de la Unión de jóvenes evangélicos de Madrid;  Francisco Oviedo, insigne representante de los evangélicos y unos de los más profundos defensores de la libertad de conciencia;  Carlos Araujo, pastor y maestro, quien le pide asesoramiento para traducir correctamente el texto de Mateo 16:8, Jorge Fliedner, director del Colegio El Porvenir, familia importantísima en el desarrollo del protestantismo en España y en la educación.

2. UNAMUNO CON LOS PROTESTANTES EN SALAMANCA

Casa del Pueblo y libertad de cultos. 1922

Frecuentaba la Casa del Pueblo, y daba allí conferencias  en pro de la libertad de conciencia y educaba a los trabajadores del movimiento obrero. Unamuno proclamó la Segunda República Española en la Casa del Pueblo de la Federación Obrera salmantina.  El día primero de julio de 1922 tuvo lugar en salamanca en la Casa del Pueblo, un acto para pedir la libertad de cultos. Fue promovido  y organizado por los protestantes y otorgaron la presidencia nada menos que al mismísimo Unamuno y participando varios pastores evangélicos de renombre. No se conserva el discurso literal, pero sí una reseña de José de Castro publicada en 1922 en la revista “España Evangélica”.

“Dijo que al ser invitado al acto ni por un momento vaciló en decir que sí; pues de igual manera hubiese estado al lado de  cualquier otros ciudadanos para pedir la libertad. Ahora son los protestantes españoles, quienes la piden, cuando si se diesen cuenta debían ser los católicos los que la pidieran si tuviesen sentimiento religioso  verdadero”.

3. ATILANO COCO.

Atilano Coco fue  pastor de la IERE (Iglesia Española Reformada Episcopal) en Salamanca desde 1929. Con el levantamiento de Franco fue detenido y encarcelado el 1 de agosto de 1936. La única explicación posible era su condición de pastor y masón. Atilano Coco escribe desde la cárcel a Unamuno  solicitando ayuda y agradeciendo las gestiones que hace, y la última carta es de la esposa de éste Enriqueta Carbonell. Ante esta injusta detención, Unamuno se enfrascó de lleno haciendo gestiones para liberar a su amigo pastor.

Pero todo fue inútil, su amigo fue fusilado el 9 diciembre de ese mismo año. Esta última petición desesperada de la esposa de Atilano  la llevaba Unamuno en su bolsillo cuando  tomó parte del Día de la Raza, que se celebraba el 12 de octubre de 1936 en el paraninfo de la Universidad.

Se preparó concienzudamente el escenario para lo que debía de ser un acto religioso, patriótico y una demostración solemne de la España nacional. Unamuno preside la ceremonia como rector y va anotando frases  en el dorso del sobre de la carta de súplica que le ha remitido la esposa de Atilano Coco, subiendo su indignación conforme sube el tono nacionalista y exaltado de los discursos. Allí se encuentra el general asesor de Franco, Millán-Astray y la misma esposa de Franco, Carmen Polo.

Cuando acaban, un indignado Unamuno, se puso de pie y pronunció un apasionado discurso: “Me conocéis bien y sabéis que soy incapaz de permanecer en silencio. A veces, quedarse callado equivale a mentir”…. A lo que respondió Millán-Astray: ¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!

Unamuno no se amilanó y concluyó: -“Este es el templo de la inteligencia. Y yo soy su sumo sacerdote. Estáis profanando su sagrado recinto. Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha.

Este fue su último discurso público.Muere solo, el 31 de diciembre de 1936, retirado de toda institución…pero fiel a Dios. Así reza su epitafio: “Méteme Padre en tu seno, que llego cansado de tanto bregar

Verso suelto, disonante, pero inmerso y firme en la defensa de la justicia, de la verdad, de la libertad de conciencia y de la fe evangélica, en el sentido más literal de la palabra.

Por esto podemos decir con clara y firme convicción: Unamuno, amigo y verso suelto de los protestantes. 

(*) Reflexión expuesta en el acto de entrega del “Premio Unamuno amigo de los protestantes” a Miguel Elías, en la Casa-Museo de Unamuno de Salamanca, el 21 de marzo de 2015.