Además de dar a conocer algunas iniciativas, en este viaje tendré la ocasión de presentar el libro Ciudadano Cortés, que creo que puede servir de ejemplo de lucha y testimonio para muchas personas. Sólo espero que este libro sea recibido en Chile con el mismo cariño que ha tenido en España.
Otra de las actividades a realizar será la
visita a los numerosos templos y catedrales evangélicas que existen; lo que espero con gran ilusión, ya que tengo entendido que la fe evangélica en las ciudades de Chile ha tenido un crecimiento bastante importante. Y por consiguiente ¡cómo no! compartir con nuestros hermanos chilenos el mensaje de salvación de nuestro Señor Jesucristo. Desde España y desde esta plataforma quiero anticiparles mi admiración y respeto, así como el cariño de mi familia y de las iglesias españolas; y cómo no, enviar un cariñoso saludo a todos los obispos, pastores y consiervos allá en Chile.
También quiero expresar mi gratitud por el hecho de ser recibido por diferentes autoridades chilenas, y especialmente señalar que es un honor añadido que nos encontremos personalmente con la presidenta Michelle Bachelet Jeria.
En cuanto al viaje, tendré la oportunidad de participar en las actividades oficiales del
Día Nacional Evangélico que tiene lugar cada 31 de octubre. Precisamente durante este evento será cuando junto con la comitiva de representantes evangélicos tenga la oportunidad de visitar a la presidenta del gobierno en el Palacio de la Moneda.
El Día Nacional Evangélico fue declarado como tal el pasado año, en el Congreso de los diputados como día Feriado Nacional. ¡Cuánto me gustaría que España, como país democrático y que ofrece todas las garantías de un país moderno a la libertad religiosa, como parte de la igualdad que declara la Constitución española, declarase un día del año como día Nacional Evangélico, en pro de la igualdad religiosa y de la solidaridad con la comunidad evangélica de mi país.
La expedición que realizaré en Chile se llamará “TALITA CUMI” en honor a un pasaje bíblico donde se enseña que la esperanza es lo último que puede perder el ser humano. En ese relato de la vida de Jesús la fe se manifiesta como el fiel reflejo de todos aquellos que miran el futuro pensando que las cosas pueden cambiar con perseverancia, constancia y sacrificio; aquellos que no se esconden ante la adversidad, los que se enfrentan con valentía a las desigualdades, las injusticias.
Los que pelean mediante la fe en Jesucristo sabiendo que es mayor el que está con nosotros que el que está contra nosotros, se enfrentarán a gigantes, como David se enfrentó a Goliat. Incluso sin medios, sólo con cinco piedras de río y una onda en sus manos, pero con la fe en un nombre que es sobre todo nombre de lo que está en los cielos, de lo que está en la tierra, y de lo que está debajo de las aguas.
Es precisamente en ese nombre que nos fue dado para que peleemos la buena batalla de la fe, que emprendo este viaje a Chile. Los medios son escasos, pero confiamos en que Dios supla todo lo que necesitemos para que este proyecto sea una realidad.
Y en la fe espero que se cree una plataforma importante para el desarrollo de actividades que ayuden a que nuestras sociedades sean sociedades equilibradas, y potenciadas en valores sólidos para un futuro que pueda ofrecer las mismas oportunidades para todos.
Espero en el amor de nuestro Señor Jesucristo que este viaje sirva para algo real, y lo realizo con la misma ilusión que lo hacia el Apóstol Pablo en sus viajes por el Mediterráneo, Ya os contaré a la vuelta. Bendiciones para todos.
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