Según el
Censo de Población del año dos mil (cuya nueva realización tendrá lugar el próximo año) reportó 88 por ciento de católicos y
cerca de 6 por ciento de protestantes/evangélicos. Nuevos números dados a conocer en días pasados señalan que en el país existen 7 mil 74 asociaciones religiosas registradas ante la Secretaría de Gobernación. Entre ellas suman 63 mil 128 ministros de culto. Y aquí viene una cifra muy contundente:
66 por ciento de los ministros de culto ejercen su función en iglesias protestantes/evangélicas, es decir 42 mil 667.
Según nuestras estimaciones la población católica actual en México ha disminuido a un número cercano al 80 por ciento. Mientras que los evangélicos estarían, más o menos, en 10 por ciento. El 80 por ciento representado por los católicos, entonces, es atendido por 20 mil 173 sacerdotes. Por su parte el 10 por ciento de la población mexicana que se declara protestante tiene más del doble de ministros de culto que los católicos. Pero además es necesario agregar que mientras prácticamente la totalidad de sacerdotes católicos están registrados como ministros de culto en la Secretaría de Gobernación, un número muy considerable de ministros evangélicos no lo están por varias razones.
En las últimas dos décadas han crecido en México agrupaciones que han optado por registrarse como asociaciones civiles, esto para deslindarse de una terminología que rechazan: como seguir a Cristo no es una religión sino una experiencia viva, entonces prefieren usar otras coberturas legales ajenas a las vinculadas con las iglesias, a las que consideran anquilosadas. Aunque sus creencias embonan perfectamente en la categoría de evangélicas, rehúyen identificarse como tales y hasta evitan usar conceptos que consideran religiosos, aunque tengan sustento bíblico, para sustituirlos por otros que consideran más aceptables para la gente. Es así que no tienen pastores, sino líderes; tampoco ministros de la Palabra, sino conferencistas; no hay diáconos sino edecanes.
Muchos de los que en la práctica son ministros de culto, y ejercen su servicio en iglesias y agrupaciones de corte protestante/evangélico, no se registran en la Secretaría de Gobernación. Su número es muy difícil de precisar. Se trata de personas reconocidas por sus comunidades como pastores, y con eso les basta. En otros casos en los que la congregación es servida por un equipo pastoral, de digamos tres o cinco personas, la iglesia local (y/o el equipo pastoral) decide que solamente que uno de los integrantes sea registrado y los otros/otras desempeñen sus funciones sin ese registro. Porque para la vida interna de las iglesias el registro no representa ventaja alguna. ¿Cuántos miles están en esta condición?
Sigamos con las estadísticas. Las iglesias pentecostales suman poco más de la mitad de todos los ministros de culto evangélicos registrados en la Secretaría de Gobernación: 23 mil 969, que representan el 56 por ciento. Cabe destacar que las iglesias pentecostales tienen más ministros registrados que la Iglesia católica. Y eso que no están contemplados en los números oficiales los pastores de base que ejercen sus labores en congregaciones pentecostales en los barrios más pobres del país.
En la capital mexicana, el Distrito Federal, se localiza casi la tercera parte de los ministros de culto de todo el país, 24 mil 521, repartidos en 654 asociaciones religiosas registradas. El Concilio Nacional de las Asambleas de Dios, que en la familia pentecostal es parte de las iglesias históricas, tiene en la ciudad de México 5 mil 188 ministros de culto y predicadores. En segundo lugar aparecen los testigos de Jehová con 4 mil 225 ministros. En tercer lugar está la Iglesia católica, con 2 mil 264 sacerdotes. Las Asambleas de Dios tienen, en el Distrito Federal, mucho más que el doble de ministros de los que ha registrado la Iglesia católica.
Ministros de otras expresiones religiosas que están registrados son los siguientes: cultos orientales, 93 (hinduistas, budistas y krishnas); Iglesia ortodoxa, 133; comunidad judía, 9; islámicos, 26; y nuevos cultos, 26. Quedan sin representación estadística multitud de creencias que se ejercen entre la población mexicana, y que tienen sus ministros de culto, pero que no buscan la institucionalización mediante un registro gubernamental de su agrupación.
Siglo y medio después de que se establecieran en México las primeras congregaciones evangélicas, el peso estadístico de sus herederas es ya muy importante. Están insertas en la vida del país y su presencia es evidente por doquier.
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