Cuando para algunos queda la impresión de que ya es muy poco lo que se puede decir acerca del impacto de Calvino en la esfera sociopolítica, abordajes como los reunidos en este libro vienen a refutar la idea. Obras como la mencionada de Biéler, que aparentemente habían zanjado ya la discusión, no dejan de ser hitos inevitables a la hora de revisar el legado calviniano en el terreno socioeconómico.
La introducción de Edward Dommen advierte a los lectores sobre la necesidad de releer a Calvino para hacerlo dialogar con los desafíos de la época actual, a él, cuya atmósfera vital comenzaba a experimentar el surgimiento de nuevas prácticas económicas, algunos de cuyos efectos negativos se dejan sentir hoy con enorme crudeza.
La primera parte del libro, compuesta por cinco ensayos, aborda a Calvino desde su época. La profesora Elsie Ann McKee, del Seminario de Princeton, ubica la temática en el amplio contexto de la teología bíblica y práctica de Calvino, además de que traza puentes hacia las diferentes áreas de influencia. De este modo revisa la transformación de algunas doctrinas en terrenos como la ley y la la libertad cristiana, para luego “aterrizar” en algunos aspectos de la vida humana: la sociedad y el matrimonio, humanidad y naturaleza, así como en otras expresiones más eclesiásticas: el culto, la organización de la Iglesia y los ministerios. Los planteamientos acerca del significado de la obra de Calvino parten del análisis del papel de lo “mundano” en su teología y de la responsabilidad de la Iglesia en los ámbitos social y económico. En este punto, afirma: “Los oficios eclesiásticos extralitúrgicos otorgan a la Iglesia reformada un conjunto definido de medios para expresar la responsabilidad de la Iglesia en la vida social y económica de los creyentes y de estimular intelectualmente y compartir culturalmente a gran escala” (p. 23). La mirada desde dentro y desde afuera son complementarias para replantear la participación responsable de la iglesia en las áreas concretas de la vida terrenal, sin menoscabo de su tarea eminentemente espiritual, algo que en algunos espacios eclesiásticos no se entiende ni se practica adecuadamente.
Robert Kingdon, especialista en Calvino de larga trayectoria, aborda el tema de la disciplina eclesiástica y sugiere que si no se conoce bien este aspecto de la obra calviniana, es muy difícil comprender su impacto en el testimonio social y económico, debido al hecho de que en las
Ordenanzas eclesiásticas de 1541, Calvino esboza un programa de servicio comunitario y reconstrucción social que se desplegará con los años hasta alcanzar todas las áreas del quehacer humano y que rebasaría las fronteras de la ciudad de Ginebra.
Por su parte, François Dermange (Universidad de Ginebra) expone el punto de vista de Calvino sobre la pobreza, contrastando las ideas calvinianas con las tesis tan extendidas de Max Weber acerca del surgimiento del espíritu capitalista. Un subtema fundamental en este análisis es la interpretación religiosa del octavo mandamiento, porque, según Dermange, “Calvino explícitamente distingue la interpretación religiosa de la justicia de la justicia legal y política” (p. 40). El resto de su texto se ocupa de “las consecuencias políticas del octavo mandamiento” tal como lo exponía y predicaba Calvino, particularmente a partir del libro de Deuteronomio.
Edward Dommen, en uno de los ensayos más provocadores del libro, se acerca a la perspectiva calviniana sobre el medio ambiente, a la luz de las ideas actuales sobre el desarrollo sustentable. Esta es una de las vertientes teológico-sociales más ricas y susceptibles de aplicabilidad para los tiempos que corren. Dommen cita el comentario de Calvino a Isaías 65.25, en donde se refiere a la necesidad de que la naturaleza sea restaurada en el futuro, aun cuando el horizonte de esta creencia sea más bien escatológico, y apunta en el cierre de su texto al diálogo con las ideas y prácticas actuales que proponen una recuperación paulatina del medio ambiente.
Eberhard Busch, antiguo asistente de Karl Barth en Basilea, pasa revista a la recepción del
pensamiento socioeconómico calviniano, nuevamente a la luz del debate provocado por las ideas de Weber, y se ocupa también de otros aspectos como la organización de la Iglesia.
En la segunda parte del libro, “Influencia global de Calvino”, cuatro trabajos apuntan a los efectos de las ideas calvinianas en otras épocas y contextos, como lo sucedido en la Holanda de fines del siglo XIX con Abraham Kuyper (James D. Bratt), en Corea (Seong-Won Park) y en Asia (Christoph Stückelberger), particularmente ante los reacomodos económicos actuales.
Por su parte, el profesor Eduardo Galasso, del Seminario Presbiteriano de São Paulo, Brasil, hace un magnífico recuento de la presencia de las ideas calvinistas en América Latina y su efecto indirecto en algunas iniciativas de los años 60 del siglo pasado, como el movimiento Iglesia y Sociedad (ISAL), que buscaron aplicar una visión diferente de la misión eclesiástica en un continente tan empobrecido, a pesar de que los filtros de corte conservador transmitieron una imagen de Calvino muy opuesta a la que se aprecia en otras latitudes. Específicamente, Galasso Faria ejemplifica en la labor teológica de Richard Shaull el peso específico de la tradición calvinista renovadora. Para él, la obra de Shaull buscó “recobrar” a Calvino más allá de los énfasis dogmáticos tan cerrados procedentes de las ramas del calvinismo fundamentalista. Con este fin, cita una serie de conferencias de Shaull sobre Calvino publicadas en 1960 por el Seminario Presbiteriano de Campinas. Una observación de Galasso sobre la coyuntura en que surgió ISAL es digna de mencionarse: “Este movimiento creativo y profético se basó en la práctica de Calvino que fue apagado por el golpe militar en Brasil, cuya influencia se extendió por toda América Latina, resultando en una larga y dolorosa época de violencia institucionalizada” (p. 108). Asociar la figura de Calvino a los movimientos eclesiásticos renovadores de aquel tiempo parecería una exageración, pero este autor piensa que detrás de aquellos impulsos transformadores podía reconocerse la influencia del reformador.
El libro concluye con un par de capítulos sobre las dificultades para traducir a Calvino al inglés y alemán, con observaciones interesantes acerca de las fallas de algunas versiones antiguas de sus obras.
La lectura de este volumen permite trazar un amplio panorama de algunas consecuencias de la reflexión teológica y la acción pastoral de Calvino que llegan hasta nuestros días. Redescubrir la influencia de Calvino y su tradición es un gran reto para los cristianos de cualquier tradición.
1) Louisville-Londres, Westminster John Knox Press, 2007 (Serie: Seminario Teológico de Princeton, teología e historia reformada)..
2) Gilbert Salem, “Calvino rehábilité par André Biéler” (Calvino rehabilitado por André Biéler), en Tribune de Genève, www.tdg.ch/geneve/calvin-rehabilite-andre-bieler-2008-11-26-0.
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