Cuando la arruga es bella

Te has fijado alguna vez en alguna persona que te resulte sumamente atractiva y no solamente o precisamente por su belleza exterior???... Alguien especial, con una personalidad sorprendente que te atrape, con una dulzura que te deslumbre, con una serenidad que te sorprende, con un gesto y una mirada especiales???...

Seguro... Esa persona sabe lo que es pasar por el dolor, ha pasado por alguna experiencia difícil en su vida que la han transformado en esa persona de belleza atractiva y madura que hace que la vuelvas a mirar o que intentes entablar conversación con ella.

Hace años leí la oración de una mujer, me gustó tanto que la hice mía cientos de veces: “Señor, haz que cada arruga de mi rostro vaya marcada por una experiencia vivida a tu lado.”

Dice alguien tan famoso de mi tierra como lo es el diseñador Adolfo Domínguez que “La arruga es bella”... Bueno... según... Pero sí es cierto que puede llegar a ser hermosa.

Te has parado a observar alguna vez las arrugas, más o menos marcadas, de una persona???...

• Hay personas con un rictus alrededor de sus labios que indican amargura, mucha amargura...


• Otras, tienen una línea profundamente marcada en el entrecejo, eso puede ser falta de vista o un indicio de enfado permanente...


• Algunas personas tienen muy marcadas las arrugas de la frente, lo que indica preocupación constante...


• Existen personas que tienen muy marcados hoyuelos y las arruguitas alrededor de los ojos, eso indica que es una persona que sonríe ante la vida, a pesar de sus dolores o dificultades...


• Otras, tienen muy marcadas las arrugas sobre el labio superior (el código de barras)... Eso es, malhumor perpetuo...


• Y otras, no sé cómo lo consiguen; pero tengan las arrugas que tengan su rostro expresa placidez, serenidad, conformidad, y tienen un algo tan especial, que estarías horas mirándolas.

Dicen los entendidos que a partir de los veinte ya empiezan a insinuarse pequeñas arrugas... Aunque, para ser honestos, tenemos que decir que influye la salud, la genética, los cuidados... Pero sí es cierto que la manera en cómo enfrentamos la vida, al lado de quien y de qué modo, van a determinar en un grado muy alto la clase de nuestras arrugas e incluso la clase de nuestra belleza.

A medida que pasan los años me sigue impresionando con más intensidad la oración de aquella mujer...

Recuerdas a Macmillan y su árbol de hojas escarlata???... No es que sus condiciones en la raíz fueran las mejores; pero la naturaleza, que es sabia, le dio en compensación las hojas más rojas y bonitas del mundo.

Cómo es tu vida???... Cómo quieres que sean tus arrugas???... No lo sé... No te estoy viendo ni oyendo, pero yo estoy escribiendo delante de un espejo y... sin querer, acabo de ver mi rostro y... yo sí sé como quiero que sean mis arrugas: hermosas!!!; porque a todo lo que aspiro en la vida es a vivir cada experiencia al lado de mi Señor y eso hace que cada nueva arruga vaya dibujada por su propio dedo, y ojalá un día, si el Señor me deja vivir bastantes años, alguien se pare, se fije en mí, y piense:
“Se nota que ha caminado con Jesús