¿Me amas?

Y, es que somos humanos, y necesitamos sentirnos amados, y- no sólo eso- escucharlo de la boca de aquellos a quienes queremos.

El título de este artículo son las palabras que por tres veces e, “in crescendo”, cada vez con más intensidad, el propio Jesús, le pregunta a aquel Pedro impulsivo, visceral, que había prometido seguir a su Señor a donde quiera que fuese; pero que, había caído tan bajo, que le había negado por tres veces.

Después de que el gallo cantase, ese Jesús que es también Dios, ese Dios que es AMOR, camina en silencio, hacia un Pedro cabizbajo, triste, y terriblemente arrepentido; creyendo, que jamás podría ser perdonado y.....de repente, sus ojos, se cruzan- frente a frente- con los ojos de Jesús, y ¿qué escucha? ......¿palabras de reproche?......¿exhortaciones legalistas sobre el mazo de la ley que le iba a caer encima?....... ¡¡para nada!!.....Se encuentra con una mirada dulce, llena de COMPASIÓN, llena de perdón y, termina diciéndole por tres veces: ¿me amas?......¿me amas?...... ¿ me amas?......Esta vez, traspasó tanto el alma de su discípulo, que este dijo, como siempre, desde lo más profundo de su corazón, Señor, tu sabes todas las cosas, tú sabes que te amo.

¡¡¡Dios mío!!!......¡¡¡cómo me gusta esta escena!!!....No sé Pedro, pero yo, seguro que me abrazaría arrepentida, llena de agradecimiento y amor a los pies del Señor y los llenaría con todas y cada una de mis lágrimas.

Creo que, a veces, hay tanto legalismo, tanto fanatismo, tanto......prefiero no seguir, que olvidamos la esencia del evangelio, una palabra que parecemos haber olvidado: COMPASION y también parecemos haber olvidado que, nuestro Dios, además de muchas otras cosas, nombres y acepciones, es, por encima de todo, AMOR. ¿ recordáis las palabras de Pablo? ....Si yo hiciese......y tuviese tanta fe que....y....y.....y.....y no tengo amor, nada soy, de nada me sirve. ¿Cuántas cosas hemos hecho en nombre del amor; pero negándolo, con nuestros hechos, de la manera más absoluta?.Os aseguro que esto, me produce una profunda tristeza.

Hace, tan sólo unos días, llego a mis manos algo que quiero compartir con vosotros, no sé quien lo escribió, pero me parece muy bueno:

La justicia sin amor te hace duro.
La amabilidad sin amor te hace hipócrita.
La inteligencia sin amor te hace cruel.
La fe sin amor te hace fanático.

El deber sin amor te hace ser un hombre triste.
La cultura sin amor te hace interesado.
El orden sin amor te hace complicado.
La agudeza sin amor te hace agresivo.
El honor sin amor te hace arrogante.
El apostolado sin amor te hace extraño.

La amistad sin amor te hace interesado.
El poseer sin amor te hace avaricioso.
La responsabilidad sin amor te hace implacable.
El trabajo sin amor te hace esclavo.
La ambición sin amor te hace injusto.

¡Ama!; porque como alguien dijo; “Al atardecer de nuestra vida se nos juzgará sobre el amor” ¡Ama!

¿Te ha gustado?....A mí, realmente me encanta. Me gusta muchísimo esa canción que dice: “Quiero dejar una huella en mi generación”. ¿Quieres, como David, servir a Dios, en medio de tu generación?........¿Cómo quieres ser recordado al atardecer de tu vida?.......

Yo quiero ser recordada como mi Señor: “Anduvo haciendo bienes”....y, ¿qué le hacía ser así?.... ¡Por supuesto! el AMOR, amor que le llevó a una cruz para morir por ti y por mi y ganar allí nuestra salvación.

¿Quieres -al igual que yo- parecerte más a Cristo?, pues termino recordando esas palabras que alguien dijo: AL ATARDECER DE NUESTRA VIDA SE NOS JUZGARA SOBRE EL AMOR

¡¡¡AMA!!!